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Nuevo estudio de EGADE y Red de Impacto LATAM expone retos y oportunidades para la inversión de impacto en Guatemala
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El 70% de la economía guatemalteca opera en la informalidad, lo que limita el acceso a financiamiento formal y dificulta la escalabilidad de negocios con impacto social y ambiental en el país.

Por JOSÉ ÁNGEL DE LA PAZ | EGADE BUSINESS SCHOOL

Guatemala tiene un gran potencial para la inversión de impacto, con una proyección de crecimiento del 14% anual hasta 2030, pero enfrenta barreras estructurales que limitan su desarrollo.

Un nuevo estudio de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey y Red de Impacto LATAM identifica los desafíos clave del ecosistema de impacto en el país y destaca la importancia de fortalecer la colaboración entre actores para movilizar recursos financieros hacia proyectos con valor social y ambiental.

Titulado "Constructores de Ecosistemas de Impacto en América Latina - El caso de Guatemala", el estudio fue realizado por Felipe Symmes, profesor investigador de EGADE Business School, y Bárbara de la Garza Martins, investigadora y cofundadora de Ushum Colectiva Creativa.

La investigación busca proporcionar información clave para fortalecer el ecosistema de impacto, compuesto por organismos internacionales, aceleradoras, emprendimientos, MiPyMEs, organizaciones de base y alianzas público-privadas, y movilizar mayores recursos financieros hacia proyectos con valor social y ambiental.

PRINCIPALES HALLAZGOS: FINANCIAMIENTO Y DESAFÍOS ESTRUCTURALES

La inversión de impacto es un enfoque que busca contribuir activamente a la resolución de problemas sociales y ambientales y pretende encontrar, en medida de lo posible, retornos financieros que sean paralelos a la agenda de impacto.

El estudio destaca la necesidad de alinear los esfuerzos del ecosistema de impacto con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial aquellos relacionados con la reducción de desigualdades (ODS 10), el crecimiento económico sostenible (ODS 8) y la producción y el consumo responsables (ODS 12), para orientar la inversión de impacto hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.

"Uno de los mayores retos en Guatemala es la necesidad de estructurar modelos financieros accesibles para los emprendedores de impacto, permitiendo que la inversión no solo se concentre en grandes corporaciones, sino que impulse el crecimiento de proyectos emergentes con alto valor social y ambiental", destaca Symmes.

El estudio revela que, si bien Guatemala lidera en la región en cuanto a la demanda de inversión de impacto, enfrenta serias barreras estructurales que limitan su potencial. Entre los principales desafíos identificados destacan:

• Inestabilidad política: La percepción de riesgo político desincentiva a los fondos internacionales y dificulta el acceso a capital extranjero.

• Alta informalidad económica: Cerca del 70% de la economía guatemalteca opera en la informalidad, lo que limita la capacidad de acceso a financiamiento formal.

• Mercado fragmentado: La falta de estructuras empresariales sólidas y los altos costos administrativos dificultan la escalabilidad de proyectos de impacto.

• Baja familiaridad con instrumentos financieros: Muchas organizaciones desconocen mecanismos alternativos de financiamiento, lo que reduce sus oportunidades de captar inversión.

A pesar de estos obstáculos, el informe también destaca que Guatemala cuenta con sectores estratégicos como la sostenibilidad ambiental y la agricultura regenerativa, que presentan un gran potencial para atraer inversión de impacto.

EL PAPEL DE LOS CONSTRUCTORES DE ECOSISTEMAS DE IMPACTO

Según el estudio, los constructores de ecosistemas de impacto juegan un rol clave en la articulación de actores dentro del ecosistema de impacto, facilitando la colaboración entre emprendedores, gobiernos, fondos de inversión y ONGs.

Existen cuatro tipos principales de constructores:

1. Educadores y generadores de conocimiento: Enfocados en la formación y capacitación sobre el impacto social y ambiental.

2. Articuladores de relaciones y colaboración: Actúan como puentes entre sectores clave para fomentar alianzas estratégicas.

3. Facilitadores de capital y recursos: Conectan proyectos con inversores y fuentes de financiamiento.

4. Constructores comunitarios y transformadores locales: Trabajan directamente con comunidades para impulsar modelos de desarrollo sostenible.

Symmes enfatiza que fortalecer el rol de estos constructores es esencial para mejorar la inversión de impacto en Guatemala: "Para que el ecosistema de impacto prospere, es clave establecer alianzas más sólidas entre el sector público y privado, y dotar a los emprendedores de mejores herramientas financieras que les permitan escalar sus proyectos de manera sostenible".

RECOMENDACIONES PARA IMPULSAR EL ECOSISTEMA DE IMPACTO

El informe también ofrece una serie de recomendaciones para mejorar el acceso a financiamiento y fomentar un ecosistema de impacto más eficiente:

• Simplificar los trámites burocráticos y fiscales para facilitar la formalización de empresas y cooperativas.

• Promover estrategias de internacionalización para ayudar a las empresas guatemaltecas a competir en mercados globales.

• Establecer estándares comunes de evaluación de impacto, lo que mejoraría la credibilidad del ecosistema y atraería mayor inversión.

• Reforzar la asistencia técnica de pre-inversión a través de aceleradoras e incubadoras.

Para profundizar en estos hallazgos, el próximo 19 de marzo a las 4:00 p.m. (hora de Guatemala y CDMX) se llevará a cabo el webinar "Ecosistemas de Impacto en LATAM: Lecciones desde Guatemala para Impulsar la región", donde se discutirán los principales resultados del estudio y se analizarán estrategias para fortalecer el ecosistema de impacto en Latinoamérica.

Las personas interesadas pueden registrarse en el siguiente enlace: https://bit.ly/WebinarEcosistemasDeImpacto.

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