Reforma energética, jaque mate a la inversión

Antes de la más reciente reforma energética el costo promedio de la electricidad en la industria mexicana era aproximadamente 37 por ciento mayor comparado con la industria de EE. UU.

Esta semana se anunció la contrarreforma energética del gobierno federal que le otorgaría más poder de mercado a las empresas productivas del estado. Además, se limita la competencia del sector. Esta decisión son pésimas noticias para la inversión por varias razones. 

Primero, porque al reducir la competencia en el sector para privilegiar a las empresas del estado se disminuye la eficiencia en la producción de energía y por ende los beneficios de menores costos en el futuro. Además, al ser la empresa pública la predominante, no tendrá incentivos para reducir los precios al consumidor. En todo caso, a falta de la inversión en el sector y de ser un cuasi monopolio, la reducción de los precios se daría solo a través de un subsidio del gobierno federal, es decir, se destinarían recursos públicos para poder reducir los precios finales.

Antes de la más reciente reforma energética el costo promedio de la electricidad en la industria mexicana era aproximadamente 37 por ciento mayor comparado con la industria de EE. UU. (con datos de 2005 a 2013 y obtenidos de la SENER y la EIA). A partir de la reforma el costo se redujo a 14 por ciento mayor que EE. UU. en promedio (datos de 2014 a 2019). Es decir, la liberalización del sector que se tradujo en mayor competencia tuvo un impacto favorable en la reducción de costos. La contra reforma elevará los costos de producción los cuales mermarán la productividad del sector industrial al incrementar sus costos de operación. Lo anterior provocará que el crecimiento potencial del país disminuya en el mediano plazo por la falta de productividad (se elevan los costos de producción).

Segundo, porque la contra reforma energética limita la inversión de energías renovables privilegiando a las relacionadas con combustibles fósiles. La energía solar ya es la más barata del mundo según la Asociación de Energía Internacional (IEA, por sus siglas en inglés) y la fuerte inversión en este sector (renovable) continuará incentivando la caída en sus costos de producción lo que se transferirá en menores precios de la electricidad. Además, la administración de Biden está muy interesada en una fuerte inversión en energías renovables. Ello dará prioridad a estos sectores en detrimento de los sectores energéticos más contaminantes y caros (fósiles). 

Tercero, porque la nueva contra reforma incumple con los acuerdos del Tratado de Libre Comercio (TMEC) con los Estados Unidos al limitar la inversión y participación del sector privado en el sector energético. Es probable que muchas empresas estadounidenses y canadienses comiencen acciones legales y busquen compensación por la distorsión en la competencia en el mercado. Muchas de estas empresas pensarán dos veces continuar invirtiendo en el país. 

Así, parece que esta reforma puede ser la estocada final para la inversión en el país. La inversión fija bruta liga 21 meses en contracción y estas medidas no son nada alentadoras para revertir su tendencia. Esta medida, en conjunto con la ley Banxico que obligaría a la autoridad monetaria a adquirir dólares de carácter ilícito en el país, y la ley outsourcing, serían el jaque mate para la inversión en el país.

Publicado originalmente en El Financiero.

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