La IED en América Latina: Una comparación, en resumen

Artículo publicado originalmente en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma

La Comisión Económica L para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó recientemente su estudio anual sobre las economías de la región. Se trata de un documento muy extenso --más de 300 páginas-- cuya lectura merece el esfuerzo. Aclaro que no comparto ciertas tesis que plantea. Por ejemplo, su interpretación sobre la relación entre la política monetaria de Estados Unidos y la minicrisis bancaria de ese país. Discrepancias aparte, la obra incluye estadísticas muy relevantes. Entre ellas, escogí para esta breve nota algunas referentes a la trayectoria de la Inversión Extranjera Directa Neta (IED) de 2014 a 2022. La CEPAL especifica que la TED que reporta incluye las reinversiones, y resta las inversiones realizadas afuera por los residentes del país en cuestión. Para simplificar la presentación, usaré un par de gráficas, que espero resulten al menos interesantes.

Para empezar, la Gráfica 1 ilustra la distribución de la IED por países, acumulada durante dicho periodo.



La ilustración es elocuente, por así decirlo: Brasil ha sido, con mucho, el principal destino de la TED en la región. México ha sido el segundo. Evidentemente, dicha diferencia histórica no puede atribuirse al ahora célebre nearshoring. El grueso de la TED que llega a Brasil es de origen europeo, sólo una cuarta parte procede de Estados Unidos. En cuanto a México, más de la mitad de la IED proviene de sus socios en el TMEC. En Brasil, una parte significativa de la IED se destina al petróleo; en México, a la industria manufacturera. Desde luego, cabe notar que la importancia de la TED depende, entre otras cosas, del tamaño relativo de la economía que la recibe. Por ejemplo, en términos del PIB correspondiente, la IED es mucho más relevante en Chile (7%) que en México (3%).

En lugar de ojear el monto de la IED acumulado, puede ser de interés ver sus movimientos a lo largo de los años. La Gráfica 2 sugiere unos cuantos comentarios a este respecto.



1.- La variabilidad anual de la TED en Brasil es mayor que en las otras economías. (Aventuro que quizá se debe a lo diverso de su composición.)

2.- En Chile, la IED ha crecido en forma notable a lo largo del quinquenio más cercano, al grado de superar la correspondiente a México en 2022.

3.- Las cifras de Colombia y Perú son muy parecidas entre sí, y no muestran una tendencia definida.

En un artículo anterior me ocupé de los datos más recientes referentes sólo a las Nuevas Inversiones en la IED en México. Quizá no sobra repetirlos: durante los primeros tres trimestres de 2023, “el flujo de NT fue únicamente 2,806 millones de dólares, menos del 20% del monto registrado un año antes durante el mismo lapso (15,277 millones). Y esas son las estadísticas duras” para todo el país (Banxico). (Enfasis añadido.)

A mi juicio, los números citados corroboran lo expresado hace poco por varios prominentes analistas e inversionistas. Sí, la política exterior de China y el viraje regresivo de su política económica interior crean un marco externo propicio para el auge del nearshoring en México. Pero, no, las condiciones nacionales no son del todo favorables. Es innecesario abundar sobre esto último. Es de sobra conocido.


El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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