¿Qué propósito tenemos? ¿Cuál es el propósito suyo, estimado lector? Según las más agudas mentes de la filosofía moderna, la mejor de las opciones posibles se encuentra en la intersección de tres confluentes: los propios dones, más el dolor del alma, más las oportunidades inteligentes que brinda la economía.
El componente que mayor éxito brindará sin la menor duda es el que proviene de los dones recibidos de forma congénita, en combinación con las habilidades adquiridas, aprendidas y ejercitadas para desarrollar aquéllos en una musculatura capaz y presta para la ejecución eficaz. ¿Qué habilidades cognitivas tiene Usted, estimado lector? ¿Es buen pensador-planeador-estratega, solucionador de problemas, tomador de decisiones asertivo, o creativo? Hay empresas que se beneficiarían de su don más que otras (al creativo... las de ingeniería, arquitectura, los medios o las artes; al planeador... las de consultoría, dirección de proyectos, entrenamiento de líderes o la dirección de un negocio como CEO).
Si las habilidades fueran físicas (como coordinación, destreza, fuerza, agilidad o motoras), entonces las empresas mejores son en diseño, seguridad, deporte, medicina y construcción. Si los dones fueran sociales (interacción personal, comunicación, colaboración, negociación, liderazgo, resolución de conflictos) o técnicos-operativos (manejar maquinaria, números-cálculos, desarrollar tecnología, ingeniería, artes y medicina) o emotivo-culturales (empatía, lenguajes, costumbres, etnias), entonces las empresas e industrias que mejor acoplan con ellos serán las que mejor provecho pueden sacar de los dones y habilidades mencionadas.
El segundo punto se refiere a la pasión con la que uno puede dedicarse a una tarea; la constancia, el tesón -incluso el cariño-, la resistencia, perseverancia, la firmeza de carácter y, por encima de todo, la entrega a aquélla, depende del "dolor interior" que siente alguien al ver las dolencias a su alrededor. Muchas veces esto le viene de sus padres y abuelos (quiero criar buenos caballos, o hacer los mejores zapatos, o educar niños seguros de sí mismos o construir edificios bellos que duren por décadas o dar crédito rápido y a buen precio a quien nadie más le presta...etc.). Un deseo profundo de transformar lo que hoy por hoy es imperfecto, nos motiva a producirlo nosotros mismos y a hacerlo con todo el corazón.
La más fácil (pero densa) es la tercera confluencia. Muchas oportunidades son sólo transitorias e incluso peligrosas modas que además pueden cambiar según el momento del ciclo en que se encuentre la economía, las tendencias en los negocios y el apetito del consumidor.
Revisando lo más actual, se requiere mucho más crédito en México, educación básica, clínicas, vivienda económica y transporte de personas y carga, así como más almacenaje y logística (por la dificultad de tener las piezas a tiempo, debido a las cadenas de suministro) y, hay también gran necesidad de solucionar las carencias de agua, electricidad y carreteras; pero si no están las habilidades ni la vocación, estaría entrando estimada lectora en terrenos muy peligrosos. Deben confluir necesariamente las tres corrientes.
Los clusters industriales más fuertes en México son el automotriz, el metálico, electrónico y el de la maquinaria, así como el plástico, aeroespacial, mueblero y de aparatos médicos. Otros son el textil, frutas y legumbres, turismo y energía.
A nivel global, las tendencias marcan necesidades de lavadoras de ropa baratas en gran parte de la población pobre, así como filtros de agua prácticos. Asilos y profesionales de enfermería para ancianos serán cada vez más demandados. Programadores de lenguajes modernos que alimenten la "AI" como Java, Python, Rust, Kotlin y Go serán muy demandados a nivel mundial. ¿Qué empresa debe emprender estimad@ lector(a)? Una en una industria que crecerá mucho, para la que sus dones aporten claramente y una en donde su corazón se duela de manera auténtica. Empresas así le dejarán grandes ganancias y satisfacciones a Usted y los suyos.
El autor es profesor y director del Think Tank Financiero de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.