Esta semana el Banco de México publicó el segundo informe trimestral de inflación del año. En el documento de análisis se detalla la evolución de la economía global, nacional y de los mercados financieros. En general, se percibe un tono que refleja una mayor preocupación por el estancamiento económico nacional que se ha dado tanto por factores internos como externos. Por el lado externo, se destaca la desaceleración económica global debido a la persistente guerra comercial entre los Estados Unidos y China. Ello no solo ha perjudicado a la economía nacional sino a la global. Ejemplo de ello es la economía alemana que registró un crecimiento negativo el segundo trimestre del año debido a la caída en las exportaciones manufactureras hacia China. De hecho, la implementación de aranceles para China y EUA está incrementando los precios de bienes finales en ambos países provocando una clara desaceleración, sobre todo para el país asiático. Por su parte, EUA ya reportó un crecimiento trimestral anualizado (ajustado por estacionalidad) de 2.1% en el segundo trimestre del año, una disminución del 3% que registró durante el primer trimestre. Asimismo, el Índice de Gerentes de Compras estadounidense se encuentra en niveles por debajo de los 50 puntos, es decir, en contracción.
Por el lado interno, destaca el informe la creciente incertidumbre por algunas acciones de política económica, así como el subejercicio en el gasto público (mayor a lo esperado). Así, el informe menciona en repetidas ocasiones cómo el nivel de holgura de la economía ha aumentado, es decir, la diferencia entre el PIB real y el potencial. La industria continúa en recesión, sobre todo por la persistente caída del sector de la minería, y la construcción también presenta tasas de crecimiento negativas. Además, es clara la desaceleración del consumo privado. Aunado a esto, ya existen señales de una desaceleración del mercado laboral en el país. La tasa de desempleo comienza a revertir su tenencia y durante los primeros siete meses del año se han perdido miles de empleos formales.
Para la inflación la junta de gobierno explica cómo ésta ha seguido una clara tendencia a la baja si bien la inflación subyacente se mantiene persistentemente cerca del 3.8%. Las buenas noticias han provenido de los precios del componente no subyacente destacando la fuerte desaceleración de los precios energéticos. Según las cifras del informe, la junta espera que la inflación converja hacia el centro de la meta (3%) en el segundo trimestre de 2020. Aún así, se espera ahora una mayor inflación subyacente que la esperada el trimestre anterior.
La mayoría de los miembros de la junta de gobierno estimaron que era momento adecuado para recortar la tasa de interés en 25 puntos base. Solo un miembro argumentó en contra de hacerlo, ahora sabemos que fue Javier Guzmán Calafell. En su comentario disidente argumentó que era prematuro adoptar una postura de política monetaria acomodaticia sin saber el paquete económico propuesto para el 2020 (que se entregarán en septiembre al congreso de la unión) ni la postura de las calificadoras sobre el riesgo soberano y de Pemex. Cualquier noticia adversa en ambos casos provocaría una desvalorización del tipo de cambio y perjudicaría a las expectativas inflacionarias del país. Será importante observar la evolución de las finanzas públicas en un entorno donde la recaudación del IVA está cayendo por un menor dinamismo del consumo privado.
El común denominador del informe es que es que la junta deja claro que se pueden esperar más recortes hacia futuro. Me llama la atención que el recorte de la tasa de interés se dio justo en respuesta al que realizó la Reserva Federal de los Estados Unidos. Pareciera que la junta de gobierno considera como adecuado mantener el diferencial de tasas actual entre la tasa estadounidense y la nacional.
¿Qué podemos esperar hacia futuro? El informe anunció un nuevo recorte en las expectativas de crecimiento para el año, el rango ahora se coloca entre 0.2 y 0.7%. Creo que es importante que se tomen decisiones importantes para reactivar a la inversión. En inicio, es prometedor el acuerdo al cual llegó el gobierno federal con empresas privadas y extranjeras en el tema de los gasoductos con CFE. Esto recuperará cierta atracción en la inversión privada. Pero sería mucho mejor si el gobierno reactivara por completo la reforma energética que puso en marcha la administración pasada. Sobre todo, lo relacionado con las subastas petroleras y la inversión en extracción de crudo de aguas profundas.
Por otro lado, me preocupan las perspectivas económicas de EUA donde se percibe una mayor probabilidad de que ese país entre en una recesión. El sector exportador manufacturero mexicano, el único que presenta un dinamismo positivo, podría verse perjudicado. Será sumamente importante leer con detenimiento el paquete económico para 2020. El gobierno federal debe buscar blindar a las finanzas públicas y tener un plan en caso de un deterioro en entorno externo. Por lo pronto, esperemos al menos un recorte más en la tasa de interés en el futuro próximo.