COVID-19, un camino hacia la resiliencia y la recuperación

Hacer planes nos sirve para reducir el miedo y la ansiedad buscando enfocarnos en prepararnos para el futuro

La pandemia actual ha cambiado nuestra forma de trabajar, de estudiar y de vivir. No hay una fórmula o manual de operación que nos explique cómo debemos afrontar las diferentes etapas que estamos atravesando en esta crisis. Sin embargo, investigaciones en el área de psicología muestran acciones positivas que han ayudado a personas a enfrentar crisis masivas como huracanes y terremotos, y a lidiar con la ansiedad y el estrés que surgen en estos desastres naturales. Considero que podemos aprender mucho de estos estudios sobre cómo las personas han encontrado un camino hacia la resiliencia y la recuperación en esas difíciles situaciones. Con base en estas investigaciones, particularmente en una reciente de los autores Polizzy, Lynn y Perry, en este artículo compartiré tres estrategias que pueden ayudarnos a lograr ese propósito, en la situación actual de pandemia. Ellos los han denominado “las 3Cs”: control, coherencia y conectividad.

a) Control

Tener control significa creer que tenemos los recursos personales para alcanzar las metas que son importantes para nosotros. Estas metas pueden ser a corto o largo plazo. En esta pandemia podemos tratar de ejercer este control de diferentes formas. En el corto plazo, buscando información de fuentes confiables. Esta pandemia ha estado acompañada en su evolución por otra epidemia, la de la desinformación que, aunque resulta paradójico, ocurre ante la explosión de información que nos llega diariamente sino discernimos correctamente entre ella. Otra forma es planeando nuestras actividades diarias, respetando horarios de comida, durmiendo lo suficiente, reservando tiempo para para reír y saber cómo están nuestros familiares y amigos. En el largo plazo, hacer planes sirve para reducir el miedo y la ansiedad buscando enfocarnos en prepararnos para el futuro. Lo que será la vida después de la pandemia. Planear y anticipar diferentes facetas de nuestra vida y trabajo puede hacernos conectar el presente con el futuro y ayudarnos a generar ideas específicas para empezar a tomar acciones que nos ayuden a construir esa nueva realidad.

b) Coherencia

La coherencia está relacionada con el profundo deseo humano de buscar sentido a lo que sucede a nuestro alrededor, ayudándonos a crear una narrativa de lo que pasó y de lo que podemos hacer para vivir cada día de una forma plena y segura. No es tarea fácil, pero se ha comprobado que intentarlo puede hacernos sentir mejor. La forma de iniciar es aceptando la situación, preparándonos y aprendiendo a identificar las diferentes emociones y estados de ánimo por los que estaremos atravesando. La idea no es evadir o alejarnos de lo que nos preocupa, hay razones fundamentadas para sentir miedo, pero el miedo no puede dominar, debemos aprender a coexistir con un miedo real y a saber reconocer nuestros sentimientos buscando adaptarnos con acciones responsables y conscientes que muestren lo que realmente es importante, encontrar esa motivación y fuerza profunda que nace de un propósito de vida, aún en las situaciones más complicadas.

(c) Conectividad

La tercera “c,” se refiere a la necesidad de contacto humano y apoyo. Se ha demostrado que ayudar y brindar apoyo a los demás es uno de los factores que más impactan en la recuperación de las personas en desastres naturales, y con esto nos referimos no sólo a la recuperación de otros sino también a la de nosotros mismos. Está comprobado que establecer nuevos lazos o revivir los existentes a través de contacto personal, telefónico, en redes sociales (o aún el mismo zoom), además de poder aliviar la ansiedad y la tristeza, frecuentemente plantan las bases para desarrollar iniciativas y acciones sociales de apoyo a la comunidad. Recordemos que sentir compasión y empatía por otros varias veces al día nos ayuda también a enfrentar la adversidad.

En resumen, las tres estrategias que se presentan en este artículo pueden servir en la búsqueda de significado, a desarrollar empatía reconociendo nuestra profunda interconectividad humana, a buscar estar correctamente informados y a tomar acciones planeadas sustentadas en nuestros valores y en nuestro propósito de vida que nos permita recorrer con esperanza el camino hacia la resiliencia y la recuperación en esta pandemia.

Artículo originalmente publicado en El Financiero.

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