La última era de la organización moderna hemos contemplado una cantidad abrumadora de cambios de toda índole, que ponen a prueba más que nunca la capacidad de las organizaciones para adaptarse y mantenerse competitivas. Adaptación que puede darse de varias formas, desde las grandes transformaciones lideradas por pocos especialistas hasta los pequeños y continuos cambios en los que participa la mayor parte del personal debidamente preparado.
Para este mundo tan demandante, que ahora nos impone estos desafíos, tenemos que hacer frente con lo mejor de nuestros recursos humanos, intelectuales y materiales. ¿Nuestra gente está debidamente preparada?; mi experiencia trabajando con diferentes empresas me dice que no; nos falta. Para el ejecutivo o líder actual, el aprendizaje y enriquecimiento de modelos mentales para enfrentar los nuevos retos debe ser continuo y permanente, y hay una brecha negativa que tenemos que atender.
En el año 2020, el World Economic Forum definió como las competencias más importantes para el ejecutivo moderno:
¿Estamos listos?, ¿nuestra gente clave cuenta con estas competencias?
Hay muchos ejecutivos de diferentes niveles en las organizaciones que no han recibido una adecuada preparación en competencias ejecutivas, gerenciales, de liderazgo o directivas, entendiendo competencias como aquellos conocimientos, habilidades y actitudes que permiten al ejecutivo enfrentar exitosamente diferentes retos que el día a día le demandan. Entonces, las competencias se traducen en un conjunto de modelos mentales, metodologías, técnicas y principios de ciertas situaciones afines del management, que, al contar con varias de ellas, los ejecutivos podrán enfrentar las situaciones problemáticas con éxito y potencializando el resultado. Por mucho que se esfuerzan, si no cuentan con las competencias directivas y de liderazgo requeridas por su empresa, las soluciones resultarán un esfuerzo desgastante y en ocasiones frustrante, alejado del nivel óptimo posible y de la rentabilidad esperada.
Los tiempos actuales demandan, entre otras cosas, capacidades ejecutivas para:
En este momento observamos que el desarrollo del personal está desequilibrado e incompleto. Tal vez la gente de la planta sepa analizar situaciones, pero no cuente con herramientas para la toma de decisiones. Por otro lado, también podría ser que gente del área administrativa cuente con herramientas para la toma de decisiones, pero no para llevar a cabo un análisis causal.
También las competencias tecnológicas son una oportunidad como, por ejemplo, el uso adecuado de las plataformas tecnológicas colaborativas actuales, para reuniones y trabajo a distancia, de las cuales estamos bastante lejos de poder aprovechar en su verdadero potencial.
Hablando de competencias tecnológicas, ¿la necesidad de actualización significa que debemos adquirir las habilidades para programar inteligencia artificial? No. Un artículo en el NYT publicado recientemente, con el título “As Businesses Clamor for Workplace A.I.”, Tech Companies Rush to Provide It (Mientras las empresas claman por la IA en el lugar de trabajo, las empresas tecnológicas se apresuran a proporcionarla), indica que actualmente las grandes empresas como Amazon, Box, Cisco y Microsoft están ofreciendo soluciones para automatizar procesamiento de información vía Inteligencia Artificial. Entonces, más bien, debemos conocer la oferta de soluciones existente para atender nuestros problemas y, entonces sí, seleccionar la mejor herramienta para mejorar el desempeño de los procesos de nuestra empresa.
Definitivamente, tenemos que hacer algo para mejorar el nivel de competencias de los ejecutivos, pero ¿qué podemos hacer?: algunas recomendaciones:
El deseo de aportar su grano de arena para la mejora del negocio, es una característica intrínseca de la gente y qué mejor que sea una contribución con los modelos mentales adecuados a la situación y con el hacha muy bien afilada.
El autor es Consultor y Profesor del Departamento de Estrategia y Liderazgo de EGADE Business School, del Tecnológico de Monterrey.
Artículo originalmente publicado en El Financiero.