Unas cifras disonantes y una opinión cuestionable

Artículo publicado en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma

Unas cifras disonantes y una opinión cuestionable

Los números discordantes ace apenas una semana, BanxiCO publicó el resultado correspondiente a noviembre de su Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, Los números que contiene son interesantes de por sí, pero también por el contraste que ofrecen con ciertas cifras clave contenidas en el Marco MacroeconómiCO 2024-2025 usado por la SHCP en su plan fiscal para el año próximo. El cuadro al final ilustra lo apuntado.

Al respecto, me parece que quizás sean pertinentes algunas observaciones sumarias:

  1. En lo referente al PIB, está claro que las previsiones privadas son notoriamente menos optimistas que la expectativa oficial.
  2. En lo que toca a la inflación, las diferencias no son muy significativas.
  3. En lo correspondiente al tipo de cambio, los analistas privados suponen que, para todo fin práctico, se mantendrá estable (diciembre), mientras que las autoridades creen que se apreciará. Sobre las tasas de interés, hay una total coincidencia.

Como dije en estas páginas hace no mucho tiempo, las discrepancias en los puntos primero tercero del párrafo anterior se han traducido en dudas reacias sobre el realismo del presupuesto del sector público para el año próximo.

Me atreví a retomar el tema por una razón de peso: los potenciales aranceles anunciados por D. Trump han ensombrecido el horizonte económico de México, de por sí no muy luminoso (Y de paso, los datos sobre el consumo y la inversión privados, referentes septiembre, mostraron cierta debilidad).

Un atrevimiento más: dudo que durante 2025, que se avizora como un año turbulento, el peso muestre mucha fortaleza en el mercado cambiario.

La absurda nostalgia de Stiglitz

Frente la contundente derrota del Partido Demócrata (PD), Joseph Stiglitz (JS) opina que se debió su... ¡neoliberalismo! ("The Democrats Only Option. Project Syndicate", 11/27/2024).Tal opinión es cuando menos curiosa, considerando que los demonizados "neoliberales", como los liberales clásicos de veras, creen fundamentalmente en un Estado limitado para salvaguardar la libertad individual.

En contraste, el PD es un firme proponente de la participación intensa del Estado en todos los órdenes de la vida social: en la economía, desde luego, pero también en materia de salud, en el cuidado del ambiente, en la educación, en las diversas formas de interpretar la equidad, etc. En concordancia con todo ello, me parece totalmente inapropiada la interpretación de JS.

En específico y, por ejemplo, es difícil (imposible) caracterizar el llamado "Obamacare" como una política "neoliberal"; o, en plano económico, usar dicho calificativo para la explosión (keynesiana, sin duda) del gasto público y del déficit consecuente, registrados en los cinco años más recientes.

Según el siempre humilde juicio de JS, la "Única Opción" (!) que queda para el PD es revivir el sentido del New Deal de F. Roosevelt y de The Great Society de L. Johnson Esto equivaldría adoptar políticas públicas de los años 30's y 60's del siglo pasado, consistentes en agrandar el Estado, financiándolo con más deuda. La propuesta es absurda no solo por anacrónica, sino también porque ignora el grave problema actual del ya enorme endeudamiento del gobierno federal.

Parafraseando sin pena a George Stigler: Hay quienes creen que JS es un gran economista, yo creo que es un economista muy influyente.




El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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