El Banco de México publica mensualmente un comunicado de prensa que titula Agregados Monetarios y Actividad Financiera. Para los no profesionales el título referido es seguramente retador -y quizás hasta intimidante: ¿qué diablos son los Agregados Monetarios? -. Esta imaginada reacción sería lamentable, porque se trata de un documento que contiene datos importantes y relevantes. Me atrevo a sugerir que un intento de análisis, por el propio banco, sería un complemento adecuado. El comunicado referido incluye un necesario glosario de términos técnicos.
En los pocos párrafos que siguen destaco algunas de las cifras sobresalientes del comunicado más reciente (30 de junio, 2023). Los datos corresponden a mayo. Mis comentarios no tienen pretensión analítica, sino apenas descriptiva. Como quiera, de vez en cuando, deslizo alguna discutible opinión propia.
Para empezar, ¿cómo se distribuye el financiamiento otorgado por la banca comercial? La mayor parte del total, 66%, se canaliza al sector privado; el sector público federal más los estados y los municipios obtienen el 29%, aunque el primero es, con mucho, el receptor principal (25%).
En el caso de la banca de desarrollo (¡que incluye al Banco del Bienestar!) los porcentajes citados se invierten: en números gruesos, el sector público recibe el 69% del financiamiento.
Así pues, entre ambas fuentes, el sector público consigue una fracción del financiamiento total (40%) que me parece desproporcionada en relación con su importancia dentro de la economía.
Como apunté alguna vez, el crédito concedido por la banca comercial al sector privado ha seguido creciendo, en cierta consonancia con la actividad económica. En mayo 2023 aumentó 4.1% anual en términos reales. En particular, sobresalió el alza del crédito al consumo, que fue de 11.4%. Dentro de ese renglón, destacaron los incrementos de la tarjeta de crédito, 14.7%; y, de nómina, 10.8%. Tales variaciones han tenido, sin duda, un nexo obvio con la expansión del consumo privado observada en las cuentas nacionales. Concretamente, dicho consumo creció 4.8% en el primer trimestre de este año, en relación con el mismo periodo de 2022.
En el rubro del crédito canalizado a las empresas privadas, lo más destacado es el alza de 49.2% (!) anual registrada en la partida denominada "fabricación de equipo de transporte". Esto es congruente con la expansión que han tenido la producción y la exportación de vehículos, tema que comenté hace una semana.
El crédito vigente total de la banca comercial al sector privado creció 5.1% (en términos reales) de mayo 2022 a mayo 2023. Como quiera, no ha llegado todavía al saldo observado en 2020. ¿Por qué? Porque en este último año ocurrió un incremento inusual, consecuencia de las medidas crediticias de emergencia, adoptadas para enfrentar el impacto económico de la pandemia. Ello se manifestó con claridad sobre todo en los meses de marzo y abril.
El comunicado incluye un "agregado" que denomina "activos financieros internos en poder de no residentes". ¿En qué consiste? En la suma de los pasivos (a la vista y a plazo) de la banca en favor de extranjeros, más su tenencia de valores emitidos tanto por los gobiernos como por las empresas -lo que abarca a las acciones-. El total y cada uno de sus componentes mostró en mayo una caída anual muy significativa. Entre ellas, vale señalar la registrada en la tenencia de "valores públicos", que fue de 23.1% (otra vez, en términos reales). Esta situación, que no es nueva, refuta la idea de que el diferencial de tasas de interés entre México y el exterior ha provocado un flujo de fondos que, entre otras cosas, ha contribuido a la apreciación del peso. La explicación de veras está en otra parte; de hecho, afuera del país. El asunto merece un examen que excede el ámbito de un artículo periodístico.
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Un apunte final: el comunicado tiene un anexo estadístico cuya utilidad crecería si comprendiera un periodo histórico más amplio, digamos un quinquenio. Sé que los datos están disponibles en otros espacios de Banxico pero, por economía...
El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.