Esta semana el Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó los Criterios Generales de Política Económica (CGPE) para el 2024. En los mismos se pronostica un crecimiento económico de un rango de 2.5 a 3.5 por ciento anual para 2024.
El paquete económico estima una inflación de 3.8 por ciento a finales de año la cual estaría dentro del rango de variabilidad del Banco de México. Para el crecimiento, parece prudente dicho rango considerando que el efecto nearshoring está beneficiando al crecimiento real del PIB en el país.
Por otro lado, los recientes recortes a la producción de crudo por parte de los países miembros de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) podrían complicar el panorama inflacionario en el futuro. En EE. UU., la inflación ya se ubicó al alza de nuevo a raíz del incremento de los precios de los combustibles.
Los pronósticos de la tasa de interés se ubican en 10.3 por ciento en promedio y un tipo de cambio de 17.1 pesos por dólar. Además, pronostican un precio del crudo en 56.7 dólares por barril, por debajo del precio estimado para 2023. Así, la SHCP mantiene un entorno de altas tasas, como lo indica Banxico en sus comunicados, y un precio del crudo conservador. Sin embargo, no estaría tan seguro con el tipo de cambio, sobre todo por el componente del déficit fiscal estimado para 2024.
En términos de ingresos, se estima un aumento de 4.2 por ciento real anual con respecto a la Ley de Ingresos (LIF) 2023. Es importante destacar que sin una reforma fiscal, una parte relevante de los ingresos estimados para 2024 provienen de mayor endeudamiento. Los ingresos derivados de la deuda ascienden a casi 20 por ciento del total lo que representa un incremento en el nivel de endeudamiento de más del 40 por ciento.
El términos de gasto público destaca el sólido incremento de las pensiones que representará el 22 por ciento del total. En cuanto a la inversión productiva se estima en 223 mil millones de pesos (mmdp) donde 120 mmdp se destinan para el tren maya. Para el déficit fiscal se contempla un aumento de 3.3 por ciento del PIB en 2023 a 4.9 por ciento en 2024, el déficit más elevado en tres décadas.
Así, observo un paquete económico peligroso que se aleja de la austeridad que había ejercido el gobierno federal. Queda claro que el gobierno comenzará a incrementar el gasto público y de inversión en año electoral para asegurar su continuidad en el poder. El incremento del déficit fiscal podría perjudicar a la calificación crediticia del país y de la estabilidad de la moneda con un incremento en la deuda de 40 a 60 por ciento del PIB aproximadamente. Los platos rotos los pagaría la nueva administración.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en El Financiero.