Trump y el jaque mate al nearshoring

En cuanto se avizoraba su victoria, el tipo de cambio entre el peso y el dólar comenzó a depreciarse

Esta semana se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en los Estados Unidos donde resultó victorioso Donald Trump del partido republicano. En cuanto se avizoraba su victoria, el tipo de cambio entre el peso y el dólar comenzó a depreciarse llegando a niveles cercanos a 21 pesos por dólar, y colocándose como la moneda más depreciada en el mundo. La razón principal es la postura comercial proteccionista que ha planteado Trump y que afectaría a la economía mexicana.

Alrededor del 85 por ciento de las exportaciones nacionales se dirigen hacia EE. UU. y la implementación de aranceles provocaría una caída importante en las exportaciones netas, y por ende, en el nivel de crecimiento de la economía. Más aun, si se perciben como medidas permanentes, el comercio entre EE. UU. y México podría disminuir a tal grado que la atracción de inversión extranjera directa (IED) disminuiría. Actualmente, México recibe importantes niveles de IED como consecuencia de la guerra comercial entre EE. UU. y China.

Estas medidas llegarían en un entorno en donde el nearshoring pareciera no estar llegando al país. Si medimos la IED en términos de PIB, México está captando mucha menor inversión que Brasil, Chile, Colombia y Perú. Además, los países asiáticos le están ganando la partida a los latinoamericanos por ventajas competitivas relacionadas con una productividad más elevada. En un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se señala a Costa Rica, Uruguay y Chile como los países latinoamericanos con mayor potencial de aprovechar el nearshoring. México, por su parte se posiciona como uno de los menos favorecidos aun considerando el Tratado de Libre Comercio con EE. UU. y Canadá (TMEC) y su posición geográfica.

México sale mal posicionado, aun antes de la victoria de Trump, por una inversión deficiente en infraestructura incluyendo en sectores clave como el energético e hídrico. Además, por tener escasez de mano de obra calificada. Si a ello le añadimos la incertidumbre por el sector judicial y el clima de inseguridad, tenemos el coctel perfecto de cómo no aprovechar el nearshoring.

Será de vital importancia que el gobierno federal comience las negociaciones pertinentes con EE. UU. para revisar y confirmar el TMEC. De llegar a un acuerdo, México podría beneficiarse aún más, ante un eminente escalamiento de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China. En caso de no llegar a un acuerdo, me temo que México podría entrar en recesión por un largo periodo de tiempo, es decir Trump le daría jaque mate al nearshoring.

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El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en El Financiero.

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