Recientemente el peso está experimentando mucha volatilidad derivado de factores externos y domésticos. Por el lado externo tenemos la tensión comercial entre los Estados Unidos y China que podría desencadenar un aumento generalizado de precios a nivel global y una desaceleración económica mundial.
Por otro lado, persiste la expectativa de que la Reserva Federal en los Estados Unidos continúe con una política monetaria más restrictiva antes las recientes presiones inflacionarias en ese país. Finalmente, aún y cuando la OPEP decidirá reducir la producción de petróleo, se estima que la demanda del crudo disminuya el próximo año y con ello sus precios.
Estos factores están presionando al peso de manera importante ya que genera una reasignación de capitales en monedas emergentes hacia monedas “duras”. En el caso del petróleo, se debe a la caída en los ingresos petroleros de la federación.
Por otro lado, tenemos los factores domésticos. La reciente cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México envía una señal muy adversa hacia los inversionistas extranjeros. El resultado de esta acción fue una fuerte desvalorización del tipo de cambio. Aunado a esto, en el Congreso de la Unión anunció una medida para eliminar las comisiones bancarias. Lo anterior resultó en el desplome de la bolsa mexicana de valores, debido a la caída en las acciones de los bancos. El hecho de anunciar este tipo de medidas sin antes consultar a los intermediarios financieros, los reguladores bancarios y otras agencias relevantes, envió una señal adicional de incertidumbre.
Quedan dos acciones pendientes que creo generarán mayor volatilidad próximamente. Primero, el anuncio de la construcción de hasta dos refinerías nuevas en un contexto donde varias calificadoras ya anunciaron que dichas acciones provocarían la reducción en la calificación crediticia del país.
Lo anterior debido a que Pemex tiene pasivos importantes en dólares y al refinar el crudo en el país, se dejaría de exportar crudo y por ende se mitigaría el influjo de dólares al país. La venta de crudo es uno de los principales receptores de divisas extranjeras.
Por último, queda pendiente el paquete presupuestal que será presentado el 15 de diciembre. Existe mucha incertidumbre de los ingresos que se necesitarán para solventar el aumento del gasto público el próximo año. Aún más, si se toma en cuenta lareducción del ISR e IVA en la frontera. Así, esperemos una mayor depreciación del tipo de cambio hacia adelante. El peso podría cotizar en hasta 22 pesos por dólar si estos riesgos de materializan.
Originalmente publicado en El Financiero.