Punto de inflexión para el petróleo

La tecnología avanza a pasos agigantados y por ende, los precios de las energías limpias y los autos eléctricos cada vez serán menores

Recientemente British Petroleum presentó un estudio en donde asegura que la demanda por petróleo probablemente llegó a un punto de inflexión y no volverá a tocar los niveles de 2019. En ese documento pronostican que a partir de ahora la demanda por petróleo comenzará a decrecer gradualmente durante los siguientes treinta años. Lo anterior será resultado de mayor eficiencia en el transporte eléctrico mundial, el cual en muchos países, sobre todo desarrollados, están desplazando al transporte derivado de los combustibles fósiles .

Existe evidencia de que las energías renovables cada vez toman mayor relevancia en los mercados energéticos internacionales. En muchos países desarrollados, por ejemplo en Europa, la prohibición de autos de diesel y de gasolinas se dará en menos de una década. No solo eso, si no que las metas para producir energías en dichos países de fuentes renovables son muy exigentes.

En ese contexto, las petroleras internacionales están migrando hacia un modelo de negocios relacionado con las energías renovables. Por ejemplo, British Petroleum planea reducir sus emisiones de carbón en un periodo de diez años y su idea es convertirse en una compañía de energías limpias. Asimismo, empresas como Chevron, BHP y Exxon Mobil también han mostrado interés en seguir los mismos pasos. Estas compañías son responsables del 80 por ciento de las emisiones de efecto invernadero a nivel mundial.

Así, estamos en un punto de inflexión donde los países que aprovechen e inviertan en energías renovables tomarán ventaja de los que persistan en la inversión de combustibles fósiles. La tecnología avanza a pasos agigantados y por ende, los precios de las energías limpias y los autos eléctricos cada vez serán menores. La inversión en refinar gasolinas y otros derivados del petróleo resulta absurdo en este contexto. No solo eso, si no que el futuro de las generaciones y de nuestro planeta depende de tomar acciones inmediatas.

En este contexto, México le sigue apostando al petróleo como su eje de desarrollo nacional. La inversión en la nueva refinería Dos Bocas es un ejemplo de ello. Además, el gobierno federal está limitando la inversión en energías renovables con el propósito de darle más hegemonía y poner de mercado a las empresas productivas del estado.

Estas políticas son un grave error y deben modificarse a la brevedad. La demanda internacional por petróleo y gasolinas comenzó ya un proceso de declive mientras que las relacionadas con las energías renovables tendrán un crecimiento exponencial. Todavía estamos a tiempo de corregir el rumbo pero se necesita una estrategia y una visión de largo plazo, algo que parece no se tiene hoy en día.

Publicado originalmente en El Financiero.

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