Producción y consumo responsable en América Latina

Combinar la economía circular y la gestión humanista beneficia tanto las cadenas de valor de las empresas latinoamericanas como a sus grupos de interés

PetStar es una empresa de reciclaje de botellas de plástico PET que ha implementado un modelo de negocios circular, basado en una estrategia “de botella a botella”. Esto significa que su cadena de valor está totalmente integrada, desde la recolección de botellas usadas hasta la producción. Al centro de esta estrategia están los pepenadores, o recolectores de residuos, quienes han sido incorporados al proceso bajo un enfoque humanista en un programa de socios acopiadores.

Heineken México, por su lado, se ha centrado en el consumo responsable de agua a través de alianzas con pequeños productores, integrando tecnologías y métodos como regado por goteo, rotación de cultivos y uso de internet de las cosas en sus cultivos. También han privilegiado a los proveedores locales y han facilitado programas de financiamiento y negociación de precios favorables a los agricultores.

Por último, Natura es un ejemplo de cómo luchar contra la deforestación de la Amazonia colaborando con las comunidades indígenas para crear una cadena de suministro justa y transparente. Entre otras acciones, la empresa ha promovido la agricultura ecológica y contratos con fabricantes europeos de chocolate. Como resultado, se lograron mejorar las biocapacidades de los hábitats y las condiciones laborales de los trabajadores.

Estas tres compañías han implementado con éxito un enfoque integral en su cadena de suministro a través de un enfoque humanista y de economía circular. Además, se han regido por el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. PetStar ha abordado los ODS 2. Cero hambre; 3. Salud y bienestar; 12. Producción y consumo responsable; 14. Vida submarina; y 15. Vida de ecosistemas terrestres. Por su parte, Heineken México ha atacado los ODS 1. Fin de la pobreza; 8. Trabajo decente y crecimiento económico; y 10. Reducción de las desigualdades. Y Natura, lo ODS 2. Cero pobreza; y 13. Acción por el clima.

También tienen en común que sus estrategias han combinado la economía circular con la gestión humanista, dos enfoques que aúnan la innovación operativa y la responsabilidad productiva con la creación de bienestar para los grupos de interés por encima de la creación de riqueza.

La gestión de la cadena de suministro involucra varias acciones como la producción, el transporte y las funciones de venta, involucrando a grupos de interés como productores, distribuidores, comercios y clientes y proveedores de servicios. Tradicionalmente, la gestión de la cadena de suministros se ha basado en la generación de eficiencias y reducción de costos, pero este esquema de eficiencia ha creado impactos negativos, llamados externalidades. Para evitarlo, los enfoques de desarrollo sostenible de la cadena de valor han ido evolucionando con los años, dando lugar a distintos paradigmas como:

 

  • Gestión de la cadena de suministros verde: Trata de buscar eficiencias a la vez que reducía el impacto en el medioambiente. Sin embargo, fracasa a la hora de abordar los problemas sociales al centrarse solamente en aspectos medioambientales y económicos.
  • Cadena de suministros sostenible: Aplica la lógica de los triples resultados: económico, medioambiental y social. Sin embargo, sigue orientando sus esfuerzos a la búsqueda de eficiencias.
  • Gestión humanista: Se relaciona con la influencia que tiene la ética en las decisiones de los directivos y la creación de bienestar para los grupos de interés, alejándose de los paradigmas mecanicistas.
  • Economía circular: Representa un sistema industrial restaurativo o regenerativo por intención y diseño, que aborda las dinámicas de la cadena de valor al centrarse en maximizar lo que ya está en uso, desde el origen hasta el consumo. Según este modelo, los precios de los productos deberían incluir las externalidades negativas para reflejar su costo, lo cual sería un incentivo para promover una producción más ética y limpia.

En conclusión, la gestión humanista y la economía circular son dos caras de la misma moneda. A pesar de que la economía circular se centra más en buscar maneras innovadoras de regenerar el capital natural mientras conserva la lógica económica, también asegura que la colaboración con los proveedores persiga un beneficio común, fortaleciendo al mismo tiempo sus ventajas competitivas. Las innovaciones de la economía circular promueven además el consumo y la producción responsable, lo que a su vez genera un efecto cascada en los proveedores y consumidores latinoamericanos.

El autor es profesor de Sustentabilidad e Innovación Tecnológica en EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Mundo Ejecutivo.

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