El eterno conflicto entre personas progresistas y conservadoras en cuanto al lenguaje igualitario, en ocasiones, despierta actitudes agresivas, tanto en el ámbito del debate público como en las organizaciones que apuestan por la inclusión. Pero más allá de las posiciones airadas, me gustaría preguntarte, queridx lectorx, ¿has pensado alguna vez en los efectos positivos que conlleva practicar este lenguaje?
Tomemos como inicio de esta pequeña conversación las siguientes consideraciones:
Muchas personas conservadoras objetarán: ‘¿Por qué debo modificar mi forma de hablar por personas no binarias que representan hoy en día un porcentaje menor de la población?’ Mi respuesta es sumamente sencilla:
También se puede razonar, desde la misma posición, que el uso del ellx, todxs y nosotrxs deforma el lenguaje. Por ello, les invito a leer el siguiente grupo de grandes exponentes de la literatura hispánica:
Puedo apostar que su manera de expresarse no se asemeja mucho a la de sus escritos (tampoco al habla contemporánea, sin duda). Esto sucede porque nuestra lengua está viva y no deja de evolucionar. Es una dicha, en realidad, que nuestro idioma pueda adaptarse a las necesidades que van surgiendo en distintas épocas, y que hoy tienen que ver con las temáticas de género.
Teniendo en cuenta lo anterior, mis amistades conservadoras podrán argumentar que es muy complejo utilizar el lenguaje igualitario. Veamos la parte positiva: si tengo que pensar dos veces en lo que tengo que decir, tengo la mitad de posibilidades de errar en algún tema discriminatorio o de cualquier otra índole.
Además, es importante recordar que la verdadera inclusión comporta sentir incomodidad para después estar en comodidad, ya que desde el privilegio siempre será incómodo o complejo querer renunciar al mismo.
Te invito a que #TúYoNostrxs nos demos la oportunidad de poder incluir a las personas que son invisibilizadas por el uso del masculino genérico al hablar:
Te invito a sentirte incomodx usando el lenguaje igualitario para poder sentirte (o hacer sentir) comodx. Al final del día, puede ser el primer paso para generar verdaderos espacios libres de violencia tanto en las organizaciones como en otros ámbitos sociales. ¿Qué opinas?
El autor es miembro del Consejo de Orduña Talent Services. Sus opiniones son por cuenta propia.