La pandemia de Covid-19 ha modificado dramáticamente nuestras actitudes y comportamientos, obligando a las organizaciones a responder a los grandes desafíos del entorno; sin embargo, a pesar de que ya podemos ver la luz al final del túnel, la necesidad de responder a los retos no terminará una vez que desaparezca la amenaza inmediata del virus.
Todos esperamos con ansias la llegada de la nueva realidad o normalidad, no ha sido fácil: todas las organizaciones han pasado la mayor parte de los últimos 12 meses luchando para adaptarse a circunstancias extraordinarias. Definitivamente, nuestras prioridades y el sistema de valores con el que habíamos vivido ha cambiado. Y el siguiente gran cambio se centra en construir el futuro de las empresas.
¿Qué darían los líderes, gerentes y directivos de empresas, por tener acceso a información veraz y oportuna del futuro de los mercados, de las necesidades de los clientes, de los competidores, de los cambios económicos, políticos y culturales? Pero no existe el oráculo ni una bola de cristal que, de manera fidedigna, nos permita conocer las condiciones que tendrá el futuro. La buena noticia con relación al futuro es: ¡que no existe! Y por ello, lo podemos crear.
En un entorno VICA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) como el actual, las empresas requieren transformaciones profundas y un liderazgo emprendedor con visión de futuro. El líder emprendedor piensa en forma visionaria anticipando, visualizando, manteniendo la flexibilidad de la empresa y trabajando con su equipo para crear un futuro viable para la organización.
Ahora bien, ¿por qué es importante enfocarse en la visión de la organización? ¿Cuál es el papel de la visión en la construcción del futuro? La visión es la brújula que llevará al equipo hacia las metas que se quieren alcanzar, es creadora de iniciativas, construye una identidad y crea equipo. Sin visión de futuro la empresa carece de hoja de ruta para llegar al futuro deseado —cuanto menos estará incompleta—. La visión se representa como el escenario futuro que tomamos como punto de referencia para orientar las acciones de la organización.
Este escenario está compuesto por objetivos y tareas. Mediante análisis, proyecciones y desarrollando acciones en el presente, el líder acerca el futuro deseado. Para ello deberá realizar tres bloques de tareas fundamentales: establecer la orientación, determinar el escenario futuro que va a servir de referencia, los objetivos o propósitos que va a pretender alcanzar dentro de ese escenario, e identificar los factores críticos de éxito.
Por ejemplo, algunas empresas han establecido como objetivos innovar sus modelos de negocios; otras han buscado realizar alianzas estratégicas con otras empresas, dentro o fuera de su sector industrial, que les permita mejorar su competitividad; mientras que otras organizaciones han abrazado proyectos basados en el desarrollo e implementación de tecnologías disruptivas para competir con éxito en la economía digital.
El papel del Líder Visionario no termina con determinación del o de los escenarios futuros, ya que debe desarrollar la estrategia de transformación organizacional que permita llevar a la empresa a alcanzar el escenario deseado en el futuro.
El perfil de este tipo de líder se caracteriza por:
Es tiempo de manifestar nuestro liderazgo emprendedor con visión de futuro, el cual se demuestra en una actitud de conquista, en tener la certeza de que el futuro no llega, sino que podemos hacerlo llegar. El futuro no es único, sino que puede tener diversos escenarios y, por lo tanto, será necesario considerar estrategias de acción que no solamente puedan adaptarse a los diferentes escenarios, sino que principalmente sean estrategias que permitan concretar el futuro deseado.
El autor es profesor de planta de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en El Empresario.