¿Por qué China no inventó internet?

En naciones capitalistas también se están creando autocracias tecnológicas muy fuertes

Hace unos años leí un relato fantástico de la literatura China en la novela “El Problema de los tres cuerpos”, de Cixin Liu, (2016).

Cixin relata una conversación entre el primer emperador de china Qin Shi Huang, y los personajes Isacc Newton y John von Newmann, en la que plantea como estos científicos van a resolver el complicadísimo “problema de los 3 Cuerpos”: el poder conocer el movimiento y posición exactos en que tres grandes estrellas que divagan por el cosmos se localizan, lo cual (según el relato) sería el momento en que ocurriría una catástrofe universal en el planeta.

El emperador les ofreció un ejército de 30 millones de hombres con los que se disponía a conquistar Europa (una fantasía). Von Newmann, al ver varios kilómetros de hombres perfectamente alineados, le dijo al emperador, “con estos hombres construiremos la computadora para resolver el complejo problema”.

Después de varios años de enseñar a 30 millones de personas bien entrenadas, pero con una nula educación, logró coordinar una gran maquinaria humana y cargar la ecuación con la que, al final del relato, calculó el momento exacto en que dos enormes estrellas se alinearían sobre la tierra y con su gran poder gravitatorio absorberían hacia las extraordinarias masas, todo ser viviente... aquí acaba esta fantasía.

¿Cómo una cultura oriental milenaria, ideológicamente autocrática, unificada en un sólo partido y líder, con una maquinaria masiva enorme y obediente, con un pensamiento holístico en armonía con la naturaleza, inventores de la pólvora, de la tinta, de la impresión sobre cuero, de la acupuntura, que hoy tiene un crecimiento científico extraordinario, no inventó Internet?

Los europeos, con un pensamiento analítico, más pragmático, independiente y mecanicista, con una visión centrada en la realidad, inventaron y difundieron la imprenta, el cloroformo, la electrificación, la WWW, haciendo crecer, con ideas como éstas, enormemente los mercados, las economías y las naciones de todo el planeta.

En su libro: Weaving the Web, Tim Berners-Lee (B-L), inventor de la WWW, menciona que la red iba a ser un mecanismo que, en forma colectiva, cambiaría significativamente nuestras vidas, que debía ser democrática, sin restricciones burocráticas, sin candados, lo cual ha sido cierto, pues ha impactado la forma de vida a miles de millones de personas en forma extraordinaria, aunque bajo la dominancia de unos pocos que manejan las grandes corporaciones tecnológicas, que han impuesto, poco a poco, sus criterios, sus reglas y sus estrategias.

La clave para el funcionamiento exitoso de una red es su capacidad de conectividad, la reciprocidad, la confianza y cooperación entre las partes y una gobernanza no-jerárquica, en donde los usuarios son el producto, la red es el modelo de negocios, la informática es el medio, y cuya meta es el control sobre todos, lo que contradice los principios que B-L estableció hace más de 4 décadas.

B-L diseñó la Web bajo principios “universalistas”, sin un eje central que la administre.

Pensamiento libertario que no funciona en China; su modelo cultural no se lo ha permitido, porque como dijo J. Rifkin, 2004: “La introducción de nuevas tecnologías en una sociedad se encuentra condicionada a la conciencia cultural y no a los gobiernos, ni a los mercados que imperan en la región”

Hoy, más que nunca, el enorme avance de la inteligencia artificial generativa que, a través del invento de B-L, ha podido en forma autónoma exponenciar la inteligencia colectiva de una manera cada vez más competente, dominante, y autoritaria, pero con cada vez menos control humano, reduce definitivamente cualquier gobernanza autocrática basada en creencias de un solo líder.

Sin embargo, en este mundo de contradicciones, aún en naciones capitalistas, también se están creando autocracias tecnológicas muy fuertes, en donde se concentra la riqueza económica y el poder ideológico en unos pocos, queriendo controlar a la naturaleza, invadir la privacidad y permitir la doctrinalizacion total, controlando las finanzas y el ineficaz estado de derecho, lo cual atenta cada vez más sobre la vulnerable democracia de las naciones.

Y aunque los chinos no inventaron internet, bien que la usan, tienen una explotación masiva de la manufactura controlada y subsidiada por el estado y han podido extender su ideología y su poder económico a todo el mundo, llevando al pais a ejercer una supremacía sin precedentes en la era moderna.

Pero ¿podrá el líder político tener una co-gobernanza no con millones de súbditos incondicionales, sino con miles de máquinas colectivamente inteligentes?


El autor es profesor emérito de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.

Artículo publicado originalmente en El Financiero.

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