La reciente pandemia y sus efectos en la economía y los negocios nos han dejado muchos aprendizajes que debemos aprovechar para el futuro. La nueva normalidad trae consigo muchos cambios y las empresas que los entiendan podrán sobrevivir en un mundo mucho más competitivo y tecnológico.
A raíz de la pandemia el sector industrial se paralizó debido al cierre de muchas plantas productivas, pero también por la escasez de insumos para la manufacturar bienes. La dependencia de la industria nacional de bienes intermedios asiáticos provocó el encarecimiento de los procesos productivos y el aumento en los precios finales de muchos bienes. Las industrias deben empezar a diversificar sus proveedurías. Las ventajas que provee el TMEC genera oportunidades para desarrollar proveedurías locales y regionales.
Muchas empresas implementaron medidas para trabajar desde casa, pero no todas estaban preparadas. Solo alrededor del 22 por ciento de las empresas nacionales estaban preparadas para ello, contrastando con más del 50 por ciento en Europa. Así, las empresas deben aprender a manejar muchos más procesos a distancia y estar preparados con los avances tecnológicos necesarios. Muchos de los negocios tradicionales tenderán a migrar hacia nuevos modelos de negocios híbridos (presenciales y digitales).
A nivel macroeconómico, los sectores manufactureros y maquiladores están experimentando un proceso muy rápido de automatización. Los países deben entender que los nuevos empleos estarán relacionados con la economía del conocimiento y no de los procesos manuales. Es imperativo que los gobiernos inviertan en tecnología y desarrollo, además de educación de calidad, para prepara a las nuevas generaciones a encontrar nuevos empleos.
Los países deben adoptar modelos políticos menos centralizados. Según un estudio de la OCDE, los países menos centralizados pudieron contener de mejor manera el brote del COVID-19 al ser más eficiente en la transferencia de los recursos económicos y humanos. El futuro de la urbanización es el desarrollo de regiones económicas alejados del concepto de un estado centralista.
Finalmente, el sector energético entró en un punto de inflexión, sobre todo para los combustibles fósiles. Según un estudio de British Petroleum, la demanda por crudo está en declive y no se recuperará a los niveles observados en 2019. En contraste, las energías renovables están tomando mucha relevancia y serán las más importantes en el mundo en 30 años o menos. Recientemente, la Agencia Internacional de Energía anunció que la energía solar ya era la más económica del mundo y esta tendencia solo será exponencial.
Así, el mundo post pandemia nos está dando muchas lecciones, pero solo las empresas y países que sepan adaptarse a la nueva normalidad saldrán adelante.
Publicado originalmente en El Financiero.