México: Los altibajos fiscales y las variaciones del PIB

Artículo publicado en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma

Uno de los asuntos económicos más relevantes de 2024 es, sin duda, el crecimiento programado del déficit del sector público. Como se sabe, el plan oficial es que el desequilibrio en cuestion llegue casi 6% del Producto Interno Bruto, en contraste con el 4.3% de 2023. La cifra no tiene precedente cercano, no sé si lejano. (Por lo pronto, en el primer trimestre de 2024, el déficit, en términos nominales, creció 155% con respecto al mismo periodo del año pasado).

La razón del "brinco" referido, según las propias autoridades, es el aumento del gasto destinado a finalizar los grandes proyectos de inversión de la actual administración pública federal. Sin embargo, se dice, una vez que se terminen el gasto asociado bajará, y entonces se anticipa que el déficit se reducirá a 3% del PIB en 2025.

Como era de esperarse, tanto el incremento en curso como su eventual reducción han sido objeto de discusión entre los analistas.

Para hacer menos árido el examen del tema, quizá resulte útil una ojeada a la gráfica que acompaña a este texto.

En la ilustración, que cubre el periodo 2013-2025. las barras rojas muestran el tamaño del déficit como proporción del PIB, en por ciento. Las barras negras señalan la tasa de crecimiento anual del PIB, en términos reales.



Los datos referentes a 2024 y 2025 son estimaciones. A simple vista, parece que no existe entre las dos variables una relación clara. A lo largo de los años señalados hay varios aspectos sobresalientes que avalan dicha percepción: El cociente D/PIB se redujo tres puntos porcentuales de 2014 2017, sin que eso se asociara significativamente con un menor crecimiento de la actividad económica.

  • En los dos años siguientes, D/ PIB aumentó un poco más de un punto porcentual, pero eso no "evitó" que el PIB se contrajera en 2019.
  • En 2020, en plena pandemia, el D/PIB creció uno y medio puntos porcentuales, pero la enfermedad de por sí, y las medidas adoptadas para contenerla, se tradujeron en un desplome de más de 8% del PIB. Al cesar la emergencia, lógicamente, el PIB "reboto". En otras economías, se ha dicho repetidamente, la reacción fiscal fue mucho más vigorosa que en la mexicana, y el resultado fue un alza extraordinaria del tamaño relativo del déficit.
  • Por último. en los tres años más recientes, incluido el actual, el D/PIB ha tendido a aumentar, pero la tasa de crecimiento del PIB ha caído.

Termino con una opinión fiscalmente conservadora: una distribución más suavizada del gasto público entre el fin de este sexenio y el principio del siguiente podría haber evitado: a) una presión inapropiada de la demanda en 2024, dada la persistencia de la inflación; y, b) la supuesta urgencia de un ajuste presupuestal riguroso en 2025. ¿Guerra comercial? Siguiendo el ejemplo de su antecesor y ahora contendiente, el presidente Biden ha decidido establecer impuestos muy altos a la importación de un amplio grupo de bienes chinos.

Entre otros, un arancel de 100% sobre vehículos eléctricos. Las empresas y los trabajadores estadounidenses, dijo, pueden competir con cualquiera del exterior, pero debe ser en condiciones justas (fair competition).

En respuesta, China ha anunciado que recurrirá a los medios de defensa previstos en los acuerdos internacionales de comercio, pero que también gravará la compra de productos estadounidenses.

Un juego de perder-perder.

Los argumentos planteados son económicos en apariencia, pero me inclino a pensar que su fundamento real es político-electoral.


El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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