A lo largo de la recuperación económica de la pandemia por Covid-19, se ha podido constatar cómo los diferentes agentes económicos como gobiernos, empresas y personas han sido más cautelosos en cuanto al manejo de sus finanzas. Han dado mayor relevancia a tener, por un lado, un mejor seguimiento de su presupuesto y control de gastos y por el otro a definir el mecanismo de ventas más efectivo para incrementar su fuente de ingresos.
Las inversiones hechas en plataformas electrónicas y digitales han generado un mayor interés y dinamismo, y el mercado de las criptomonedas no es la excepción. En 2009, la “moneda” virtual Bitcoin fue la primera en ser comercializada a un precio de 0.0076 BTC/USD y cuyo rendimiento promedio anual ha sido del 396%. Hoy en día existen más de 1600 monedas digitales que son ofrecidas por las principales plataformas de intercambio (plus500.com).
De estas 1600 criptomonedas y tokens digitales, unas 30 son las que tienen una liquidez más significativa y son usadas como instrumentos de inversión y protección contra monedas débiles e incluso como medios de pago en plataformas de blockchain (los llamados tokens de utilidad). Entre ellas se encuentran: Bitcoin, Ethereum, Litecoin, Cardano, Solana, Axie Infinity, Cosmos Hub,Coti, Filecoin, Ripple y Uniswap.
Pero… ¿qué son los tokens digitales?
Un token es la representación digital, en el mundo Blockchain, de algo que tiene valor dentro de un contexto (iebs.com, 2023). Estas piezas de código contienen información intercambiable y aportan la connotación de dinero o de activo digital. Existen varias categorías y pueden usarse como forma de pago para comprar un producto (una acción, un elemento coleccionable, la entrada a un juego, o cualquier cosa que pueda ser representada en el mundo real).
Con el avance tecnológico se espera que, para el 2023, el mercado de los criptoactivos revire dando un cierre positivo, continue creciendo y se vaya dando una adopción más natural en la conformación de los portafolios de inversión. El mecanismo de encriptación de las monedas ayuda a evitar fraudes y mal uso de la información y el gran lanzamiento de la web3 potenciará el uso al agilizar los procesos de compraventa sin intermediarios y con grandes retos por venir.
Con la aparición de Chat GPT, el mundo de los criptoactivos se enlaza con la inteligencia artificial. La inmensa cantidad de criptomonedas disponibles en el mercado sigue en aumento (más de 8,000) y saber en cuál invertir se vuelve cada vez más difícil, dado que no hay información suficiente disponible para un análisis detallado. Recientemente ha surgido un nuevo activo denominado tokens de IA y buscan impulsar aplicaciones de inteligencia artificial en la elaboración de predicciones, cada vez con mayor exactitud, mediante movimientos automatizados y de autoaprendizaje. La IA se está utilizando también para mejorar la eficiencia en la minería de criptomonedas y reducir el consumo de energía.
Dos de estos tokens de IA más importantes son:
- The Graph (GRT) la cual es la criptomoneda de IA con mayor capitalización
- SingularityNET (AGIX), la cual es considerada como el mercado de IA descentralizado líder en el mundo. (bussineesinsider, 2023)
Hoy en día ya están en implementación algunos proyectos de IA relacionados con las criptomonedas que, combinados con la codificación de Blockchain, revolucionan el ecosistema. Por nombrar algunos se encuentran: Cortex, Velas, Nexo y Numerai (https://mpost.io/best-ai-crypto-projects/).
Las iniciativas de regulación de este mercado han sido muchas en varios países, y pese a ser activos poco regulados en muchos de ellos, cuando se esté explorando la posibilidad de invertir es importante conocer las leyes y regulaciones locales, y saber si organismos reguladores (como CNBV para México o SEC para USA), califican y validan a ciertas criptomonedas como valores registrados para su comercialización. Para muchos esto ha sido complicado dada la velocidad con la que evoluciona la tecnología, lo que ha implicado algunos retos: por un lado, está toda la parte de talento humano y tecnológico que mantenga el ritmo y, por el otro, la limitación de los recursos y la poca uniformidad en los procesos de divulgación de los datos.
Los inversionistas y usuarios deben estar conscientes de que, pese a los grandes avances, existen riesgos asociados con los proyectos criptográficos impulsados por la IA, incluida la dependencia excesiva a la tecnología, los posibles sesgos y los temas de privacidad. Se espera que todas estas innovaciones tecnológicas potencialicen la relación de los mercados financieros con la IA y contribuyan a una mayor eficiencia y crecimiento de la economía global.
La autora es Directora Nacional de la Licenciatura en Administración Financiera y Profesora del Think Tank Financiero de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
Artículo originalmente publicado en El Financiero.