Alan Greenspan, ExPresidente del FED dijo que “después de haber tratado de pronosticar los tipos de cambio durante más de medio siglo, comprensiblemente he desarrollado una humildad significativa sobre mi capacidad en esta área”. Fue hace mucho, pero sigue siendo valido.
Puede ser que el tratar de pronosticar el comportamiento del tipo de cambio sea algo de lo más difícil en finanzas. Supongo que pronosticar el clima, también.
Pero, ¿Qué sí sabríamos como para tener una idea de por dónde van los tiros? En el largo plazo, tenderá a tener niveles en equilibrio que “anclan” el tipo de cambio. Solo que, de acuerdo (literalmente) con Keynes, “en el largo plazo, todos estaremos muertos”.
El efecto Fisher, nombrado así por Irving Fisher, nos da un marco entre la relación de los tipos de cambio, las tasas de interés y la inflación. Es relativamente sencillo: un inversionista en un país, (Estados Unidos), puede invertir en Treasury Bills o bien, cambiando sus dólares a pesos, al tipo de cambio spot, puede invertir en Certificados de la Tesorería Mexicanos. Si vemos los diferenciales de tasas entre Estados Unidos y México, hace todo el sentido del mundo.
Solo que a la hora que se venzan sus CETES, el inversionista americano quiere dólares, por lo que los cambiaría al tipo de cambio del momento, con el consiguiente riesgo de depreciación del peso. Afortunadamente están los forwards, que en esencia es pactar el tipo de cambio a una fecha futura, con lo cual puede asegurar el tipo de cambio al momento que venzan sus CETES y llevárselos a su país.
En mercados en los que las tasas de interés y los tipos de cambio los fijan los mercados libremente, que no hay controles de flujo de efectivo entre los países, que se tenga un mercado de derivados desarrollado, hacen que obtenga el mismo rendimiento quedándose en su país o viniendo a México.
Una de las razones porque sucede esto, es que el valor del forward será justamente el diferencial entre las tasas de interés de México contra las de Estados Unidos, ajustadas por el plazo (y divididas entre la tasa de interés americana). Como la tasa de interés mexicana es más alta, entonces en forma “natural” se aprecia el dólar y se deprecia el peso con el paso del tiempo. Si bien los forwards no son buenos predictores del tipo de cambio spot en el futuro, esta relación nos da un marco de referencia.
¿Por qué las tasas mexicanas no pueden estar en los mismos niveles de las americanas? En su forma más básica, una tasa de interés tendrá la compensación por inflación, un premio y una prima por riesgo. La inflación había estado “bajo control” (toco madera que vuelva al buen camino), el premio “adecuado” inclusive puede ser el mismo pero y este es un gran pero, está el riesgo país. La corrupción, la inseguridad y las buenas o malas decisiones gubernamentales, entre otras cosas, hacen que la prima por riesgo sea alta.
Han salido capitales de México, presumiblemente el premio por riesgo ya no compensa precisamente el riesgo país, solo que esta vez nos han salvado las exportaciones y las remesas. De no tener el TMEC, regresaríamos a las devaluaciones recurrentes como en los setentas.
Una economía con un estado fuerte, vigilante de evitar abusos de los particulares y a la vez fomentando a los mercados libres que maximicen el potencial de los individuos -sin que nadie se quede atrás- lograría una prosperidad duradera. No está tan difícil, solo es cosa de que queramos.
Publicado originalmente en El Financiero.