Esta semana la ciudad de Monterrey y su área metropolitana amaneció con un olor a azufre (SO2) que se dio a conocer fue resultado de emisiones contaminantes de la refinería de Cadereyta. La contaminación en la zona metropolitana de Monterrey ya es preocupante y no parece que se estén tomando medidas adecuadas para combatirla.
Un estudio sobre el medio ambiente y la contaminación elaborado en 2019 y titulado Análisis de la contaminación por PM2.5 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, enfocado a las medidas estratégicas de control, por el Centro Mario Molina encontró que la calidad del aire en la zona metropolitana de Monterrey se encuentra dentro de las peores del país debido a una alta concentración de partículas PM2.5. Particularmente, cuando la refinería de Cadereyta está en operación.
Como resultado de dicho estudio se hizo la recomendación de reubicar a la industria pesada alta contaminante, sobre todo, la que utiliza combustóleo y otros hidrocarburos pesados.
Es decir, la refinería de Cadereyta, ya que el estudio enfatizó que se debe prohibir a la industria altamente contaminante de PM2.5 y SO2 por su impacto adverso a la salud de la población.
Asimismo, en su estudio más reciente de la Semarnat publicó que la refinería de Cadereyta produce 5 veces más contaminantes que las 8 plantas de la industria privada en la ciudad. En dióxido de azufre (SO2) la refinería genera el 46 por ciento de los contaminantes, PM10 genera el 20 por ciento de los contaminantes y PM2.5 el 18 por ciento del total.
Asimismo, la refinería de Cadereyta consume alrededor de 130 litros de agua potable por segundo lo que representa el suministro de agua de 11 mil 200 familias cada día en un entorno donde la entidad ha presentado episodios importantes de escasez de agua.
Por último, la refinería de Cadereyta es sumamente ineficiente en materia financiera. Según datos de Pemex, dentro de sus balances financieros, la refinería de Pemex perdió 2 mil millones de pesos (mmdp) y 2.2 mmdp, en 2020 y 2021, respectivamente. En el agregado, las refinerías en general perdieron 71.7 mmd y 32.7 mmdp, para 2020 y 2021, respectivamente. Los datos de 2022 todavía no están auditados.
Así, es momento de repensar la utilidad ambiental, financiera y social de la refinería en el estado de Nuevo León. Es una empresa que contamina (la que más lo hace), que consume muchísima agua potable y que además pierde dinero cada año (dinero de nuestros impuestos). Lo que necesita NL son empreas sustentables, eficientes y que generen un valor agregado para la sociedad.
El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.