La SRE y los migrantes

Artículo publicado en la sección “Glosas marginales” del periódico Reforma.

La estrategia
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) publicó, hace poco, un decálogo que delinea su estrategia para la atención de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. De los puntos que integran el escueto documento —que merecía una mejor redacción— la mitad resulta de veras relevante. En lo que sigue comento algunos de ellos, sin atender al poco orden con el que fueron presentados. Las citas son todas literales.

Para empezar, vale destacar que la SRE aspira a lo principal: fortalecer, por distintos medios, "la defensa de los derechos de los migrantes mexicanos". Bien.

Entre otras cosas, la SRE se propone la "ampliación de los programas de educación, salud y deporte para elevar la calidad de vida". La dependencia no aclara si tales programas se llevarán a cabo en la Embajada y en los Consulados, o se realizarán en México. Desde luego, mejorar la educación y la salud, no sólo de los migrantes, sino de los mexicanos en general, son metas admirables, pero es obvio que escapan a las posibilidades de la SRE. Entiendo que son tareas que le competen a las Secretarías de Educación y de Salud, respectivamente.

La SRE se ocupará también de la "promoción activa de las identidades culturales mexicanas entre las comunidades de primera y subsecuentes generaciones" Francamente, no sé a qué propósito útil podrá servir tal promoción. A simple vista, las "comunidades" mexicanas en Estados Unidos tienen bien clara su identidad cultural. En todo caso, si los migrantes pretenden radicar permanentemente en el territorio estadounidense, les conviene adoptar para su desarrollo integral los patrones culturales del american way of life, empezando por el idioma inglés. Esto es cierto en particular para "las generaciones subsecuentes". Lo dicho es politicamente incorrecto, pero es realista. Por cierto, sobre el asunto del lenguaje, recuerdo una sugerencia muy vieja, que le escuché a un economista de Monterrey y que casi provocó un escándalo: lo apropiado, dijo, es enseñarles inglés elemental a los migrantes potenciales. Con ello, al menos podrían entender con más claridad las condiciones de su entorno, en particular, el laboral. Una excelente idea.

La SRE quiere, además, 'modernizar la normatividad de la SRE para homologar las acciones consulares con el marco actual de derechos humanos, como la inclusión de lenguas indígenas y el matrimonio igualitario en procedimientos consulares". En pocas palabras, supongo que el párrafo intenta decir que las actividades de los consulados deben apegarse a las normas vigentes sobre derechos humanos. En cuanto a lo de "lenguas indígenas" ignoro cómo podrán hacerlo los consulados, a menos que tengan un poliglota a su disposición.

En lo que toca a la economía del tema, la SRE propone el "desarrollo de mecanismos financieros para la participación de la comunidad migrante en los grandes proyectos de desarrollo en México" Esto significa que se pretende que, de alguna manera, una parte de los 30 mil millones de dólares anuales que envían a sus familiares los trabajadores mexicanos en el extranjero, se canalicen al financiamiento del Gobierno.

Lo anterior encaja con un anuncio reciente, hecho por el Presidente en una de sus conferencias mañaneras: la intención de que sea Bansefi (una institución financiera gubernamental) el canal por el cual fluyan a México las remesas.

Los planteamientos merecen un par de comentarios:1.-Es lógico suponer que el grueso de los ingresos en cuestión se destina al consumo de las familias, dada la situación económica inicial de la mayoría de los migrantes (y su origen geográfico); es razonable también suponer que, lo que puedan ahorrar, querrán usarlo en crear un patrimonio privado básico (digamos, una casa*), no en financiar proyectos gubernamentales. 2.-Los migrantes utilizan mayormente transferencias electrónicas para mandar los recursos, y lo hacen a través de intermediarios financieros no bancarios y de establecimientos comerciales; centralizar la canalización en Bansefi sería innecesario e ineficiente.

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*Así lo muestra un minucioso estudio de Jesús Cervantes, experto funcionario del CEMLA.

Publicado originalmente en Reforma.

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