La libertad, la innovación y el crecimiento

Artículo publicado en la sección Glosas Marginales de Reforma

Hace no muchos días, dediqué el contenido de un artículo a revisar una crítica muy dura de D. McCloskey y A. Mingardi a las tesis de Mariana Mazzucato. El tema era el papel del Estado en la innovación. Recibí al respecto varios comentarios favorables en las redes sociales... y también algunos adjetivos descorteses y gastados.

Vuelvo al asunto estimulado en parte por la apresurada aprobación de la nueva Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnología e Innovación. Dadas sus pretensiones centralizadoras, no es de extrañar que ya haya sido objeto de vigorosos cuestionamientos.

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William Baumol (WB) fue un profesor emérito de economía en la Universidad de Princeton. En 2002 publicó un libro ejemplar, cuyo título es el mensaje: The Free-Market Innovation Machine: analyzing the growth miracle of capitalism. En lo que sigue, presento apenas algunas de sus muchas ideas clave.

1.-Las tasas de crecimiento promedio durante los 1,500 años anteriores a la Revolución Industrial han sido estimadas (aproximadamente) en cero. Pero en los siguientes 150 años el ingreso por persona en una economía típica de libre-mercado han aumentado en cantidades porcentuales que varían entre varios cientos y varios miles. "Nada de ello fue el resultado de decisiones deliberadas o planeadas". ¿Por qué?

2.- Porque la economía de mercado es una "máquina eficiente de innovación" y, por tanto, de crecimiento económico. En ello, no tiene paralelo histórico.

3.-Para que la máquina referida exista y opere son necesarias varias condiciones, al menos tres de las cuales son evidentes: propiedad privada; libertad de transacción; y, respeto de los contratos. Todas requieren de un marco legal estable y predecible: el Estado de Derecho (the rule of law).

4.-La innovación, dice WB, es una actividad normal en las empresas, por una razón de importancia vital: la innovación ha reemplazado al precio como su arma principal para mantenerse en competencia frente a sus rivales. WB cita como ilustración el caso patente de la industria de las computadoras, caracterizada por un oligopolio. (Apple, creo yo, es ejemplo puntual).

5.-De hecho, en Estados Unidos, la mayor parte de los fondos (funding) destinados a Investigación y Desarrollo (I&D) proviene de los bolsillos de las empresas. El gobierno federal gasta menos de una tercera parte de lo erogado por el sector privado (el grueso de ello lo canaliza a las universidades), y su participación en este rubro ha venido declinando. (Science and Engineering Indicators, National Science Board, 2022).

6.-De nuevo, en Estados Unidos, durante los años más cercanos al actual, el 90% del crecimiento del gasto en I&D ha tenido origen en las empresas. De paso: México gasta 0.3% del PIB en I&D; Corea del Sur, 4.9%; Estados Unidos, 3.5% (OECD).

7.-La innovación es vital para las empresas verdaderamente productivas, pero no para las que buscan y obtienen un privilegio artificial, creado por lo común por el gobierno. (Esto último se llama en inglés rent seeking, gracias a Gordon Tullock).

8.-Por razones fáciles de imaginar, la extraordinaria apertura del comercio internacional ha sido un acicate muy significativo de la innovación empresarial: simplemente, implica más competencia.

9.-No hay evidencia, concluía WB en 2002, "de algún debilitamiento y, menos, del término del ingenio humano, del flujo de productos que crea y, quizás más al punto, del mecanismo que lo impulsa". Los datos recientes avalan el optimismo del autor.

WB era un intelectual modesto (rara avis). No ofreció sus sólidos argumentos como verdades bíblicas, sino como estímulos a la investigación.

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Creo, con firmeza, que la innovación es hija de la libertad y es madre de la prosperidad.
 

El autor es profesor de Economía de EGADE, Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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