La inversión le mete freno a la economía

La caída secuencial indica que las inversiones podrían retomar su tendencia descendente que ha observado desde mediados de 2018

Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó la inversión fija bruta para el mes de abril la cual presentó una caída mensual de 0.9 por ciento (con cifras ajustadas por estacionalidad), después de tres meses consecutivos de expansión. Si bien el indicador de la inversión creció por encima de 40 por ciento anual, se debió por el derrumbe de la inversión en abril en 2020, es decir, por un efecto estadístico. Sin embargo, la caída secuencial indica que la inversión podría retomar su tendencia descendente que ha observado desde mediados de 2018.

La debilidad de la inversión podría mermar a la recuperación económica que se está observando en el país. La expansión económica nacional se está dando por el buen dinamismo de la economía estadounidense que, según algunos pronósticos, podría crecer hasta 7 por ciento este año.

Lo anterior está impulsando a las exportaciones manufactureras mexicanas, las cuales alrededor de 80 por ciento se dirigen hacia EUA. Aunado a ello, el envío de remesas del vecino país está impulsando el crecimiento del PIB de algunas regiones del país. En algunos estados estos envíos representan hasta el 10 por ciento de su PIB.

Sin embargo, la persistente debilidad de la inversión perjudicará las tasas de crecimiento de mediano y largo plazos. De hecho, el PIB potencial del país, que es la tasa de crecimiento máxima que se alcanzaría utilizando todos los factores de producción disponibles, ha caído según algunos estudios.

De un nivel de 4.5 por ciento apenas hace unos cuantos años a un nivel por debajo de 2 por ciento. Lo anterior es resultado de la destrucción del acervo de capital por la persistente disminución de la inversión.

El problema de agravará en el sector energético con las recientes decisiones de asignar un campo petrolero a Pemex y de manipular al gas LP. El resultado será una fuerte caída en la inversión en el sector perjudicando a la productividad. Es decir, se encarecerán los procesos productivos lo cual repercutirá en la creación de menos empleos en el país y en la remuneración de estos.

Así, sin un cambio de rumbo en la política económica entraremos en una etapa de muy bajo crecimiento económico, sobre todo en el mediano plazo. Las buenas noticias son que la regionalización de las proveedurías aunados al TMEC ofrecen incentivos para la inversión en maquiladoras y del sector manufacturero en el país. Sin embargo, dicha inversión está focalizada en ciertas regiones y no será suficiente para suplantar la que se perderá en el sector energético.

Publicado originalmente en El Financiero.

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