La erosión, en una de sus acepciones, es el desgaste o destrucción producidos en la superficie de un cuerpo por la fricción continua o violenta de otro. Hay erosiones naturales, como la que provoca el viento o una corriente de agua y hay las provocadas por el hombre como BEPS (Base Erosion Profit Sharing por sus siglas en inglés) que, de acuerdo con la OECD es la “erosión de la base imponible (SIC) y al traslado de beneficios propiciados por la existencia de lagunas o mecanismos no deseados entre los distintos sistemas impositivos nacionales de los que pueden servirse las empresas multinacionales”. En pocas palabras, trasladar las utilidades a países que cobran menos impuestos. O lo que es lo mismo, si ya saben como se ponen (las empresas enormes por tratar de pagar menos impuestos), para que los invitan (a países que prefieren cobrar menos impuestos pero que tienen beneficios porque las empresas les trasladen sus ingresos).
Pero hay otra erosión mucho más peligrosa y que se puede calificar de perversa: la erosión de la planta productiva y de las empresas que son tanto fuente de empleo como de pago de impuestos (se debe tener un tamaño muy, pero muy grande como para entrar en los esquemas de BEPS. A la gran mayoría de las empresas les saldría más caro el caldo que las albóndigas).
Primeramente, recordemos que hay inversión de cartera, por la que los inversionistas internacionales les prestan a los gobiernos que emiten deuda y que mantendrán sus inversiones siempre que les sea rentable. La beneficencia no es la labor de dichos inversionistas, que desde luego van de las personas físicas muy ricas hasta las AFORES del mundo, que invierten por cuenta de millones de ahorradores. En épocas pasadas, a las que estamos regresando, se les llamaba capitales golondrinos, e iban y venían causando desequilibrios a la economía mexicana. Desafortunadamente, vamos de regreso a esos inciertos tiempos.
El pasado jueves se dio a conocer el dato de inversión fija bruta a mayo. De acuerdo con el mismo comunicado de prensa, “El Indicador de la Inversión Fija Bruta (IFB) proporciona información sobre el comportamiento mensual de la inversión fija, integrada por los bienes utilizados en el proceso productivo durante más de un año y que están sujetos a derechos de propiedad. Ésta muestra cómo una parte del valor agregado bruto en la economía se invierte en lugar de ser consumida, que se define.” Hay que resaltar el punto de los bienes utilizados en el proceso productivo y bueno, que es fija, es decir, se queda en el país y no está sujeta a vaivenes a menos que con consultas patito las echen a patadas.
La caída a mayo con respecto al mismo mes del año anterior es brutal: -38.4 por ciento. Todavía más lo fue en maquinaria y equipo con una caída de -43.8 por ciento y aún más: de este rubro, lo producido nacionalmente cayó -54.3 por ciento.
Múltiple golpe a la economía y al empleo: cierre de empresas ahora y en un futuro cercano, acarreando un mayor desempleo y menor consumo. Todo un circulo no solo vicioso sino perverso cuyo propósito es perpetuar la pobreza.
Lo que se prometió se está cumpliendo: acabar con el modelo que creaba empleo y que los cambios sean tan profundos que se vuelvan irreversibles: tal como Venezuela (quien defienda a esa dictadura que se vaya para allá). El consabido ejemplo de la rana que si toca algo caliente salta, pero que si poco a poco se cocina no se da cuenta y muere. La planta productiva -y el empleo- se esta cocinando a fuego lento y no queremos darnos cuenta.
Publicado originalmente en El Financiero.