La economía del conocimiento

Las economías están cambiando rápidamente y la nueva normalidad implica que los procesos productivos serán muy distintos a los tradicionales

La pandemia que estamos viviendo está modificando nuestras vidas y la manera de hacer negocios. Las economías están cambiando rápidamente y la nueva normalidad implica que los procesos productivos serán muy distintos a los tradicionales. El común denominador de estos cambios es la tecnología. Está muy claro que los países que invirtieron anticipadamente en procesos tecnológicos resultaron menos perjudicados. Por ejemplo, los países europeos estaban más preparados para trabajar de casa que en América Latina. Así, estamos en una etapa de una transformación tecnológica que dictará el rumbo del crecimiento económico de las naciones. 

Los países que inviertan en dos áreas esenciales, ciencia y tecnología, y educación, tenderán a ser más productivos y a crecer a mayores tasas en el futuro. Estos dos factores no solo contribuyen al desarrollo económico potencial (de largo plazo) de un país, sino que son responsables de remuneraciones más altas dado que el valor agregado a la producción es mucho mayor. No es de extrañarse que los países más exitosos son los que han invertido grandes recursos a estos rubros. El ejemplo clásico es Corea del Sur, que sin recursos naturales y de ser una economía con ingresos medios bajos hace 40 años (inclusive más pobre que México), ahora presume ser una economía desarrollada.

El llamado “reset” económico traerá consigo ventajas y desventajas para México. Por el lado positivo estamos viendo un reacomodo de proveedurías globales a regionales. La pandemia provocó una disrupción en las cadenas de suministro globales que afectó a la producción en muchos países. Así, muchas empresas que estaban en Asia se están reposicionando a Norteamérica. La cercanía de México con EUA aunado a la implementación del TMEC le dan una ventaja competitiva al país.

En contraste, la dependencia del sector manufacturero como eje de desarrollo económico presenta factores de riesgo en el mediano plazo. Primero, porque gran parte de los procesos manufactureros se automatizarán pronto generando un desempleo estructural importante. Segundo, porque el valor agregado de la economía digital y del conocimiento será mucho mayor.

Así, es importante comenzar a destinar más recursos e inversión a la ciencia y tecnología, y a la educación de la población para aprovechar la coyuntura de la nueva economía. El potencial de crecimiento y las mayores remuneraciones estarán ligados con la inversión en estos rubros. Los países que actúen pronto se beneficiarán de la nueva economía del conocimiento.

Publicado originalmente en El Financiero.

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