Improductividad

Artículo publicado originalmente en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma

La semana pasada tuve la oportunidad de conversar brevemente con un buen amigo, quien se mostró muy preocupado por la falta de crecimiento de la productividad en la economía mexicana. Tiene razón.

La productividad es simplemente la eficiencia con la que se usan los factores de la producción, para transformarlos en bienes y en servicios. En otras palabras, es una medida de que tan buenos somos en generar productos a partir de ciertos insumos. Por ejemplo, hay regiones (y países) donde se obtienen doce toneladas de maíz por hectárea cultivada, mientras que en otras apenas llegan seis, La productividad en la agricultura depende, por supuesto, de las condiciones climáticas naturales: es más fácil cultivar trigo en Kansas, que en Alaska. Pero, en las economías modernas, el nivel yel crecimiento de la productividad de la economía en su totalidad dependen, principalmente, de la disponibilidad de capital, de la tecnología, del conocimiento, de la especialización y del marco regulatorio en el que operan los agentes económicos.

Cuando los economistas se refieren al capital como factor de la producción, lo dividen en capital físico y en capital humano. El primero consiste en cosas como la maquinaria y el equipo, los edificios, la infraestructura carretera y portuaria, etc. El segundo lo conforman las características de las personas tales como la educación, la salud, la inteligencia, la creatividad, la experiencia, la propensión al riesgo, etc.

Tanto el uno como el otro crecen mediante la inversión, la que, a su vez, necesita del ahorro. Ahorrar implica sacrificar el consumo hoy, para disfrutarlo aumentado mañana.

No es una exageración decir que en las economías contemporáneas el capital humano es la forma más importante del capital. Tampoco es una desmesura postular que la pobreza que afecta a grandes segmentos de la población es consecuencia de la falta de capital humano. En el caso de México, los lamentables resultados de la prueba PISA (OECD) parecen avalar tal afirmación.

El aumento de la productividad significa que se produce más empleando la misma cantidad de factores, o que se produce lo mismo usando menos factores. Esa es la clave del desarrollo económico. Y eso es exactamente lo indispensable para mejorar el nivel de vida de una población, en forma significativa creciente.

El INEGI calcula y publica diversas medidas de la productividad en México.

Quizás una de las más citadas sea la que se refiere a la productividad del trabajo en el sector manufacturero, tanto en función del número de trabajadores como de las horas trabajadas. Los datos correspondientes a la década más reciente no son muy halagüenos: la productividad ha tendido a descender. Esto es compatible con un indicador producido por la OECD, de acuerdo con el cual, en México, el costo de la mano de obra por unidad de producto ha crecido más rápido que en la mayoría de las economías consideradas.

El INEGI prepara también un indicador muy amplio (y muy complejo) que se llama "Productividad Total de los Factores" (PTF).

¿Qué "dicen" los datos? Que entre 1991 y 2022, la tasa media anual de variación de la PFT fue -0.57%. ¿Qué significa ese número negativo? Que el aumento de la producción (el PIB) en dicho periodo se ha debido al incremento de la cantidad de factores (capital, trabajo, energía, etc.) utilizada, pero que la eficiencia de su empleo (la productividad) ha descendido.

Según la OCDE, con la excepción de Colombia, la economía de México tiene la más baja productividad de todos los países miembros de la organización, si se computa como el PIB dividido por las horas trabajadas.

Así pues, no hay duda de que el problema existe. ¿Cuáles son sus causas? Los economistas han presentado al respecto una larga lista, que copio sin acotaciones: el deterioro de la educación, sobre todo la primaria y secundaria: la debilidad de la inversión, pública y privada; las imperfecciones del sistema de precios, la fragilidad del Estado de Derecho la inflexibilidad del mercado laboral, las distorsiones del sistema tributario, etc.

Un distinguido académico resume el tema en una frase: "Los agentes económicos reaccionan a los incentivos. Todo lo demás es comentario".


El autor es profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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