La CEPAL recientemente publicó un estudio acerca del impacto del Covid-19 en la pobreza en América Latina. Desde antes del Covid-19 la pobreza en la región ya estaba estancada. De 2002 a 2010 se había observado una disminución importante de 45.4 a 31.6 por ciento de pobreza en América Latina. Sin embargo, a partir de 2011 la pobreza se mantuvo sin cambios en niveles cercanos al 30 por ciento.
México ya se encontraba como el segundo país peor posicionado en la región solo detrás de Honduras (sin contar a Venezuela) si se consideran dos factores, pobreza total y pobreza extrema. A raíz del Covid-19 muchos países comenzaron a tener presiones sociales que podrían impactar en sus niveles de pobreza. En consecuencia, muchos países adoptaron medidas para mitigar dichos impactos como, por ejemplo, transferencias sociales. El resultado fue que varios países pudieron mitigar el impacto de la pobreza. El caso más relevante para este estudio fue Brasil que a raíz de su política fiscal redujo la pobreza post Covid en más del 7 por ciento. Le siguieron países como Chile y Perú con cerca del 4 por ciento de reducción de pobreza.
En contraste, los países más afectados fueron los que menos apoyos (transferencias) dieron para sus economías: Nicaragua, Honduras y México. En México destaca que no se otorgaron nuevos apoyos monetarios, ni aumento en los existentes ni entrega de alimentos y medicinas (información obtenida de la CEPAL). En el resto de los países latinoamericanos se entregó al menos uno de estos apoyos.
México es de los países con menos gasto social de la región con solo el 9.3 por ciento del PIB. Esto contrasta con Chile, Brasil y Uruguay que presumen los gastos sociales más elevados de la región con 17.1, 17.6 y 17.7 por ciento del PIB, respectivamente. Además, México tiene una de la menor inversión para la emergencia sanitaria para el COVID con menos del 0.5 por ciento del PIB. En Brasil este rubro es del 4 por ciento del PIB. Solo Uruguay y Ecuador están por debajo de México.
Así, el impacto post Covid en la región latinoamericana será desigual. Habrá países en donde la pobreza no aumente de manera sustancial y otros donde sí. Sorprende el caso de Brasil donde la pobreza incluso se espera disminuya comparada con su nivel pre-Covid.
Por otro lado, la recuperación económica de estos países estará ligada con los apoyos fiscales que cada país otorgó para mitigar los efectos adversos. El impacto estructural de la pobreza se produjo por la pérdida de cientos de miles de Pymes que será difícil recuperar. Estas empresas representan más del 70 por ciento de los empleos formales de la región. Los países que mantuvieron a flote a este sector tendrán mejores resultados en el combate a la pobreza y en un mayor dinamismo de su recuperación económica.
Publicado originalmente en El Financiero.