Recientemente se propagó el coronavirus que está contagiando a muchas personas alrededor del mundo teniendo un grado de fatalidad mayor a la influenza estacional. Como ya es de conocimiento general el virus comenzó en China, en la provincia de Wuhan, donde causó una parálisis casi total en la región. Actualmente ya se tiene evidencia de que este virus podría tornarse en una pandemia. Ante estos hechos muchos países, principalmente China, han optado por recomendar a su población no asistir a trabajar y permanecer en sus hogares. Lo anterior está perjudicando fuertemente a la economía china y por ende al resto del mundo.
De hecho, el último indicador PMI, indicador adelantado del sector manufacturero chino, cayó abruptamente en febrero. Así, los principales analistas económicos en el mundo han reducido las expectativas de crecimiento de China. Es muy probable que dicha economía se contraiga en el primer trimestre del año. Consecuentemente, se han reducido las expectativas de crecimiento del resto del mundo, incluyendo México.
La economía mexicana se contrajo en el 2019 en 0.1 por ciento anual por la debilidad de la inversión, tanto pública como privada. Sin embargo, en ese mismo periodo las exportaciones manufactureras mantuvieron un ritmo de crecimiento favorable. Recientemente dichas exportaciones, sobre todo automotrices, se han desacelerado por el menor crecimiento de la industria de EUA. El coronavirus son muy malas noticias y podrían perjudicar aún más a la economía nacional. ¿Por qué?
Principalmente, por la disrupción de la industria china y los efectos adversos para las exportaciones de EUA hacia ese país. Muchas de las exportaciones industriales de Estados Unidos se dirigen hacia China. Con una menor demanda de productos estadounidenses vendrán menores importaciones mexicanas manufactureras. Más del 80 por ciento de las exportaciones nacionales se dirigen hacia el vecino país.
Segundo, por la caída en las importaciones chinas hacia el país. Gran parte de los procesos manufactureros del país requieren insumos asiáticos. Con la desaceleración de la producción china vendrán mayores costos y perjudicará a la industria nacional.
Así, es probable que este año sea un año de muy bajo crecimiento o incluso con decrecimiento. La mayoría de los países desarrollados están optando por bajar la tasa de interés para incentivar la demanda agregada en este entorno. Sin embargo, gran parte de la disrupción proviene de choques de oferta lo que podría generar inflación.
Otros países están preparando paquetes fiscales expansivos para alentar a la economía. ¿Cuáles serán las estrategias para seguir en México?
Publicado originalmente en El Financiero.