La pandemia ocasionada por el coronavirus está paralizando la economía global, provocando que los principales analistas recorten las expectativas de crecimiento para 2020. El motor de la economía global, China, sufrió una parálisis de su industria que comenzó a afectar a otros países. Sin embargo, fue el contagio masivo a otras naciones lo que realmente perjudica los pronósticos de crecimiento globales.
El problema inicial fue un choque de oferta al interrumpir los procesos industriales en China y, ahora, en la gran mayoría de los países globales. Otro efecto negativo es el impacto por la desaceleración de la demanda agregada, ya que miles de personas perderán sus empleos y muchos se encuentran resguardados en sus hogares. Estamos viviendo el peor de los dos mundos: una caída de la actividad económica por enfrentamientos de oferta y de demanda.
En México, la situación es similar. La pandemia de Covid-19 está distorsionando los procesos productivos, al retrasar la importación de insumos provenientes tanto de países asiáticos como de Estados Unidos y Canadá. Por otro lado, el sector manufacturero se verá afectado por la desaceleración de la industria estadounidense. Y, para finalizar, el consumo privado se verá fuertemente impactado por las restricciones gubernamentales relacionadas con la contingencia.
El consenso de los analistas es una contracción de 3.5 % anual en 2020, una inflación de 3.6 %, un tipo de cambio de 21.95 pesos por dólar y una tasa de interés objetivo de 5.5 %. En otras naciones más desarrolladas, este entorno implicaría retrasar proyectos de largo plazo para enfocarse en el problema de corto plazo de gravedad. En México esto no sucederá. Los proyectos macro como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía continuarán. En contraste, los apoyos anunciados hasta el momento para combatir la desaceleración económica en el país apenas llegan al 0.3 % del PIB.
Nos dirigimos hacia el peor sexenio en materia de crecimiento económico en la historia del país. No todo es culpa de Covid-19, incluso antes de su impacto adverso ya se había observado una contracción en la actividad económica.
Es importante que la sociedad civil y el sector privado tomen la batuta. El entorno es difícil y aunque en general la economía entrará en un periodo recesivo, se presentarán oportunidades de inversión en algunos sectores de la economía: tecnología digital, fintech y energías renovables y limpias. El futuro está en nosotros, aprovechemos las oportunidades que nos brindará esta crisis económica.
Publicado originalmente en Tec Review.