México ocupa penosamente los últimos lugares en la calidad educativa de la OCDE según la prueba PISA. No solo eso, sino que la educación se ha estancado en el país, también demostrado por la falta de mejora en casi todos los rubros de la educación pública. Aunado a esto, el gasto en educación se dirige en una gran proporción a los sindicados de maestros e instituciones burocráticas afines.
Al mismo tiempo, la presente administración decidió dar marcha atrás a la reforma educativa la cual consideraba evaluar a los maestros y capacitarlos frecuentemente para elevar la calidad de la educación. Así, el futuro para la educación pública no es nada promisoria. En ese sentido, en esta elección se ha propuesto una mayor autonomía de la educación estatal lo cual sería muy buenas noticias para el crecimiento económico de la entidad.
En Alemania, la educación pública es excelente y la manejan los tres poderes, la federación, el estado y el municipio. Sin embargo, entre el estado y el municipio se encargan del desarrollo curricular de los programas y de su gasto. Lo anterior porque cada estado o municipio tiene necesidades económicas muy distintas y requiere de competencias distintas para satisfacer sus necesidades laborales.
Esta estrategia no solo ayuda a que las economías estatales sean más eficientes y dinámicas, sino que promueve un mayor empleo en los jóvenes ya que estudian y desarrollan competencias que más necesita esa región. Este modelo se replica en casi todo Europa y tiene un gran éxito, sobre todo en el impacto a las economías regionales. Otro ejemplo es España, donde las comunidades autónomas dictan el contenido curricular, también preservando la cultura e historias regionales. En Estados Unidos el contenido curricular y la educación en general es estatal ,y de muy buena calidad. La federación casi no interviene en su contenido.
La educación es un componente fundamental para detonar el crecimiento potencial de un país. Una población más educada contribuye a la producción de más bienes y servicios en el futuro, es decir, a elevar el PIB potencial. Además, el valor agregado a la producción es mucho mayor lo cual se refleja en remuneraciones más altas. Los países más ricos y desarrollados lo son gracias a una fuerte inversión en educación, y ciencia y tecnología.
Así, en el entorno actual donde la calidad de la educación federal es deficiente y el futuro de esta no es promisoria, será importante considerar tomar la batuta de la educación. El país apuesta erróneamente a los recursos naturales para su desarrollo económico cuando debiera ser la fuerte inversión en competencias educativas. La economía de NL podría beneficiarse muchísimo más de su capital humano si lo pudiese orientar, con las competencias necesarias, hacia sectores tecnológicos o áreas que impactan de manera positiva al crecimiento.
Publicado originalmente en El Financiero.