México ha sido un pobre generador de retornos y en pocas instancias conviene invertir acá: ¿Por qué invertir en México si con un riesgo equivalente (y en muchos ejemplos, menor) puedes obtener lo mismo en USD o aún más?
A continuación, relatamos algunas comparaciones entre México y otros países. Todos los retornos se presentan en formato anual en dólares incluyendo los dividendos (0 CAGR total por sus siglas en inglés), en caso contrario, se le llama retorno simple.
En periodos (ventanas móviles) de 20 años, los mercados de Perú y Colombia siempre le ganan a México (CAGRs de 6% vs 7.5% y 10% de los otros dos países latinos). Indonesia, Corea, Tailandia y Hong Kong suelen dar retornos entre 11% y 15% anual en esa ventana, muy por arriba de los nuestros.
En periodos largos -es decir, comparaciones arriba de 20 años-, México se sitúa entre el 6 y 9 lugar de retornos entre 24 países emergentes, lo cual no es un mal récord, no obstante, cuando nos acercamos al periodo de devaluación de nuestra moneda -de 2014 hasta hoy-, los resultados se vuelven muy malos.
Por otro lado, cuando se le compara contra la bolsa americana (tomando el índice Standard 8: Poor's o SPX), en México hubo 5 años muy buenos previos a la crisis del tequila en 95 y también, los 14 años previos a la devaluación de 2014, ganando a EE.UU. por un amplio margen pero quitando ese rango, la mayoría del tiempo estuvo México por debajo de EEUU. En general, desde su pico en 2006, los retornos promedio, aunque de buen nivel, han ido a la baja en México de manera muy palpable, hasta pérdidas severas los últimos años. Además, México presenta volatilidades arriba de 25% anual vs 14% para EE.UU.
De esta manera, en el récord previo a 2014, México ofrece retornos de 10.32% vs 95% de EEUU desde 1990, pero desde 2014 a hoy, ha dado -2% contra 11% de los americanos. También desde 1987 a hoy -35 años-, México otorga 6.6% anual y EE.UU. 10%, lo cual, de forma acumulada, significa un retorno de más del triple.
Adicionalmente, durante el mercado alcista anterior (2009-2020) por ejemplo, México dio 11% anual y EE.UU. 19%, pero desde el piso del Covid, México dio 91% acumulado vs 70% para EE.UU. Y en lo que va del año 2022, EE.UU. ha caído 23% vs sólo -8% para México. Es decir, la pandemia le ha favorecido relativamente, en parte por el peso y en parte por faltar aquí una burbuja tecnológica.
Así mismo, para los 10 años que terminaron en 2021 México dio 3.7% anual en pesos, pero el peso perdió 2.8% anual. El CETE por su parte dio 5.2% anual en pesos, el Bono M un 7% anual en pesos y el Nasdaq y el SPX un 22% y 14% anual promedio en USD respectivamente; el Oro para contraste, dio 1.6% anual en USD.
En conclusión, durante los últimos 40 años México queda en peor lugar que los mejores mercados emergentes, incluidos Colombia y Perú -aunque muchas veces queda cara a cara vs Brasil-. La principal razón para esto es la devaluación de nuestra moneda, lo que termina por erosionar los réditos en dólares. Cuando ha derrotado al mercado americano, ha sido en épocas de peso fuerte como 91-94 o 2003-2014. En renta fija, México otorga diferenciales hasta de 5 o 6 puntos porcentuales vs los EE.UU., pero en dólares, esa ganancia se disipa en el largo plazo.
México, a fin de cuentas, pesa muy poco del mercado accionario global -menos de un 0.3%- a pesar de que su PIB pesa cerca de 1.1%. Su bolsa pesa poco más de 30% de su propia economía (vs China 60% y EEUU 150%), su liquidez es muy pobre y su dinamismo es exiguo (han salido a bolsa solo un puñado de empresas en los últimos años).
Por todo lo anterior, a menos que regrese un peso fuerte (para lo cual se requieren condiciones de estabilidad interna combinada con una llegada masiva de flujos del exterior) México no es un buen destino para ganar retornos competitivos ajustados por riesgo en dólares, y se debe mantener (después de descontar el efecto home bias, pues todos invertimos más en lo que mejor conocemos) la posición, sólo de acuerdo a su peso aproximado -como 0.5%- en las canastas globales.
El autor es profesor y director del Think Tank Financiero de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.