El tipo de contagio al que nos referimos es el que -toco madera- se pudiera presentar en el sistema bancario. Veamos cómo se compone un balance y un estado de resultados de un banco.
Comencemos del lado del pasivo del balance: dependiendo del giro del banco, un banco comercial que son de los que vemos las sucursales bancarias, reciben en depósito el dinero de sus clientes, por ejemplo, en cuentas de nómina (técnicamente son cuentas de cheques). Se le denomina depósitos a la vista porque en cualquier momento -literalmente- se pueden retirar los saldos; hay depósitos a plazo, por los que el banco paga intereses. Además, emiten bonos que se colocan en los mercados bursátiles.
A su vez, el banco presta esos recursos en diferentes tipos de crédito. La Comisión Nacional Bancaria y de Valores clasifica la cartera crediticia en préstamos de consumo, hipotecarios de vivienda (a personas físicas, no a personas morales: serían créditos con garantía hipotecaria) y comercial, a personas morales.
Desde luego que conserva algo de dinero líquido (en efectivo) para hacer frente a los retiros de sus depositantes, pero debe ser una proporción menor porque, si tuviera el dinero de la captación en una bóveda, -sin prestarlo- ¿De dónde saldría para pagar intereses a los depositantes? ¿Cómo pagaría sueldos, rentas, luz, impuestos, etc.?
Los bancos no tienen “ventas” como las empresas que producen o venden productos, ni tampoco por concepto de servicios, como algún despacho. Los bancos tienen como ingreso los intereses cobrados a quienes les prestaron dinero. Por consiguiente, tampoco tienen “costo de ventas o costo de lo vendido”, lo que se tiene son los intereses pagados. La diferencia entre los intereses cobrados menos los intereses pagados, se le conoce como margen de intermediación.
Otro elemento que no tienen las empresas en general: las reservas preventivas. Su propósito es precisamente ese: prever si acaso algún acreditado se retrasa o no paga. La CNBV le pide a la banca comercial que considere una proporción de la cartera, de acuerdo con varias reglas, mandándolo como un gasto a resultados.
Solamente una parte del monto del crédito prestado proviene del capital del banco, la mayoría proviene de nuestros depósitos: esos son los que protege el IPAB (mismo propósito que el FOBAPROA, solo que los políticos … ni para que desperdiciar bytes).
En una economía “Robinson Crusoe”, un primer individuo tiene dinero que deposita en el banco 1. El banco 1 otorga un crédito a un cliente para adquirir un bien. Quien vendió dicho bien, tiene cuenta en un banco 2 y ahí deposita el dinero producto de la venta. Este banco 2 otorga un crédito a un siguiente cliente que a su vez adquiere otro bien cuyo vendedor deposita el dinero en un banco 3. A su vez el banco 3 … Como dicen los americanos, You get the idea. Una cantidad comparativamente menor a la suma de los depósitos bancarios es la que imprime en billetes y monedas el Banco de México. Lo demás se conoce como el efecto multiplicador.
Si un banco quiebra, se lleva a los demás, en un efecto dominó: el contagio. El dinero es la sangre de la economía y el sistema bancario es el sistema linfático de la economía. NO SE PUEDE DEJAR QUEBRAR. Los dueños de los bancos han perdido su patrimonio (constátelo con varios exdueños). A los empleados bancarios se les “deja ir”. A Ud. y a mí, los depositantes, es a quienes nos protege el IPAB. Un banco puede tener mucho dinero, pero no es suyo y tiene una gran responsabilidad al otorgar crédito.
El autor es profesor de Finanzas de EGADE Business School.
Publicado originalmente en El Financiero.