Consumismo

El INEGI publicó el Indicador Mensual del Consumo Privado con datos a agosto, el cual aumentó 0.5% con respecto al mes pasado, en términos reales

En otras ocasiones hemos comentado el cómo la ONU, ya desde 1947 -la Liga de las Naciones, antes de la ONU propiamente- hizo patente “… la necesidad de contar con normas estadísticas internacionales para la compilación y actualización de estadísticas comparables en apoyo de una amplia gama de necesidades normativas”.

Para 1953, bajo los auspicios del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se publicó el Sistema de Cuentas Nacionales, el cual “…consistía en un conjunto de seis cuentas estándar … que presentaban clasificaciones detalladas y alternativas de los flujos en la economía”.

En dicho reporte, se define el Gasto en Consumo Privado, como el que “… registra el valor del gasto final de los hogares y las instituciones privadas sin fines de lucro en bienes y servicios corrientes menos las ventas de bienes y servicios similares (principalmente transacciones de segunda mano) más el valor de los regalos en especie (netos) recibidos del resto del mundo.

El gasto corriente se define, para este sector, como la compra de bienes, cualquiera que sea su durabilidad, con excepción de los terrenos y las construcciones.”

Las cuentas que integran la medición del PIB son inversión, gasto de gobierno, consumo y el neto de exportaciones menos importaciones. ¿Cuál es la importancia relativa entre dichas cuentas? La tajada del león se la lleva el consumo, con dos terceras partes del PIB. Esta proporción es una constante en las economías occidentales.

El pasado 3 de noviembre, el INEGI publicó el Indicador Mensual del Consumo Privado con datos a agosto, el cual aumentó 0.5% con respecto al mes pasado, en términos reales. Sin embargo, el consumo de bienes de origen importado ascendió 3%, pero el de bienes y servicios de origen nacional cayó 0.1%. A tasa anual se incrementó cuatro por ciento. El diablo está en los detalles: “A su interior, el gasto en bienes de origen importado creció 23.2 % y en bienes y servicios nacionales, 0.6 % (el de servicios avanzó 2.1 % y el de bienes retrocedió 0.9 %)”. Sí pero no, como el meme: Ojalá fuera más del lado nacional, aunque por otra parte hay que ligar esto con las exportaciones.

Banco Base, comenta que el “… consumo privado en México acumula 30 meses consecutivos de crecimientos anuales, impulsado por el aumento de la masa salarial, las remesas, las transferencias que el gobierno proporciona a varios grupos de la población y el otorgamiento de crédito.”

Pensar en términos de no comprar, es equivalente a paralizar la economía de un país. Desde luego, en el otro extremo hasta es una enfermedad: un comprador compulsivo. A partir del populismo de los setenta, en México se puso de moda el “consumismo”: con su mismo traje, con su mismo carro, etc. en otras palabras, el populismo acabó por generar crisis económicas. Aplíquelo a su empresa, lo que sea que venda o el servicio que proporcione, piense que le compran una sola vez … y ya no más. ¿Saldría adelante su empresa?

Ps 1. Voto caro. Le está saliendo muy caro el voto a la gente. Por recibir una cantidad mínima de dinero al mes -unos cuantos pesos al día-, perdieron los apoyos cuando más se necesitan. Lo trae la gente en la sangre: los aztecas intercambiaban oro por espejitos. Todo parece indicar que se seguirá este camino.

Ps. 2. Se han hecho públicos videos de las atrocidades cometidas por los terroristas sin alma. Increíble que el nazismo siga tan presente que, encima del sufrimiento de las víctimas del sábado negro, se tenga que estar convenciendo a la gente de lo que sucedió.
 

El autor es profesor de Finanzas de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en El Financiero.

 

Ir a opinión
EGADE Ideas
in your inbox