Consumismo

Todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros

Si bien es noble el promover la austeridad, en la economía se puede caer en una espiral negativa que acentúe el mal desempeño económico que hemos visto en el último año y peor aún en los últimos dos meses. Se necesita consumir.

Regresemos a los orígenes, a la definición de una de las mediciones de la economía, que es el Producto Interno Bruto. De sus componentes, inversión neta, gasto de gobierno, consumo y el neto de exportaciones e importaciones, el rubro más importante es el del consumo.

Para estar todos en la misma página, de acuerdo con el Sistema de Cuentas Nacionales, 2008, el cual puede ser consultado en la sección de estadísticas de la ONU, “… El valor del consumo final efectivo de los hogares está dado por la suma de los tres componentes: El valor de los gastos de los hogares en bienes y servicios de consumo … los gastos realizados …del gobierno en bienes o servicios de consumo individual suministrados a los hogares en forma de transferencias sociales en especie … el valor de los gastos realizados por las ISFLSH [Instituciones sin fines de lucro que sirven a los Hogares] … suministrados a los hogares en forma de transferencias sociales en especie.”

Para el 2018, último dato presentado en el mismo sitio de referencia, el monto en pesos corrientes (sin descontar la inflación) del PIB fue de 23,543,546,000,000. De este monto, el consumo de los hogares fue de 15,209,319,000,000, es decir, casi un 65 por ciento. Si lo vemos en términos de dólares, andaría rondando los 800 billones de dólares (notación americana). Para ponerlo en perspectiva, el valor total de la economía de Sudáfrica, por ejemplo, sería menor. Otra comparación, solamente el consumo mexicano, estaría clasificado en el lugar numero 30 de 229 países. Esa es la importancia a nivel mundial de la economía mexicana. Además, había venido creciendo un promedio de un tres por ciento con un máximo de crecimiento anual en el 2016 de 3.8 por ciento, ¡medido en términos reales y además en dólares!

Eso de que el país se estaba cayendo a pedazos, como que no checa. “Es de que la gente tenía un hartazgo”, a lo mejor su terapia era el consumir bienes y servicios que, a diferencia de los que le echaban más leña al fuego al chantajear y no querer pagar sus deudas por allá de 1995, hasta ahora no se ha reportado que los bancos tuvieran problemas de cartera vencida (toco madera). O lo que es lo mismo: la gente consumía, dando trabajo a otros y pagaba lo que consumía, entrando en un circulo virtuoso.

Si solo tuviéramos un par de zapatos y no compráramos otros hasta que se acabaran, ¿habría fabrica que pudiera sobrevivir? Algunos dirán, que bueno porque los malditos empresarios han abusado de los pobres trabajadores. Lo que nunca he oído es que los “líderes sociales” que velan por los “derechos políticos” del pueblo, lo “inciten” a poner una cooperativa, vamos a hacer algo productivo. Lo que fuera.

¿Cómo creerles a quienes quieren imponer sistemas comunistoides anacrónicos y arengan con ideas de igualdad, cuando hemos visto que tienen fortunas en bienes raíces?

No tendría nada de malo que se hubieran hecho de unas cuantas casitas (o relojes absurdamente caros) si tuvieran sus casas gracias a su trabajo (muy probablemente fue así) pero dicen una cosa y viven otra completamente distinta. O lo que es la constante de los regímenes comunistoides: Todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros. Más mexicano aún: Hágase la voluntad de Dios, en los bueyes de mi compadre.

Publicado originalmente en El Financiero.

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