Una de las citas que son obligatorias en una crisis, es la de Milton Friedman de 1982: "Sólo una crisis -real o percibida- produce verdadero cambio. Cuando esa crisis ocurre, las acciones que se toman dependen de las ideas que imperaban entonces".
¿Cuáles son pues, las ideas que imperan ahora? ¿Son esas ideas idóneas para ayudar en esta crisis? ¿Ha aclarado la crisis las tendencias que venían desde antes, que ayudaron a producirla? ¿Ya sabemos, ésta crisis de que es? ¿Es sólo una, o le seguirán otras rondas a esta crisis?
Es complejo hilar las ideas cuando tanto esta pasando a la vez, pero en primer lugar, las epidemias (SIDA, SARS, MERS, Zika, Ébola y Covid) tienen elementos en común, por ejemplo el crecimiento desmedido en Asia, desde que China despegó y el cambio climático por otro lado, que violenta ecosistemas frágiles.
En segundo lugar, las bajas tasas de interés (que vienen de baja inflación, la cual viene de bajos salarios, lo cual viene de una cultura mercantilista desde Reagan y Thatcher, misma que les ha dado mano a las cúpulas en todo; eso a su vez se dio por la crisis de la OPEP en los 70´s) han estado produciendo burbujas y sobre endeudamiento (porque bajas tasas inflan precios de activos y porque incentivan a endeudarse por el bajo costo de servir la deuda).
En tercer lugar esta China -tema recurrente aquí en "Riesgo y Valor"-. A la muerte de Mao en 1976, Deng Xiaoping fue el arquitecto de los cambios (del ´77 al ´89) del sistema hacia una economía de mercado, pero seguía siendo autoritaria. Luego en el cambio de guardia hacia Xi Jinping y en su entrada a WTO había esperanza de que la apertura se diera más francamente. Pasó lo contrario: Se ha vuelto más dictatorial, más estatista y endureciendo más su músculo geopolítico (inverso a los deseos de Deng). EEUU naturalmente reacciona a la amenaza que siente cerca. El autor -conocido por su pesimismo- N. Roubini, piensa que nos dirigimos a una guerra fría (si no caliente) entre China y EEUU que podría durar décadas. La desglobalización, con sus efectos en inflación, le sigue.
El cuarto elemento es la automatización (medida por el número de robots en la industria) y sus efectos, mismos que han sido ya y serán de continuo altamente disruptivos para el empleo, la productividad y la derrama en todos los subsectores que le rodean, como el de tecnología digital, las manufacturas y el software. La crisis Covid solo acrecienta esta tendencia, al calcular tanto los ahorros como las ganancias en salubridad de adoptar más robots en todos los ámbitos.
Por último está la demografía (la natalidad en particular), una corriente que inunda lentamente y que va presentando año con año su inventario de cicatrices (como menores crecimientos en Japón, China, las economías de Europa entre otras), y que recibimos con modorra y hastío conyugal, pero que a tranco firme irá arrollándolo todo. La crisis Covid tiene parte de su génesis en esto (más crecimiento en ciudades que en el campo) y causará mayores estragos por, no sólo la mortandad no esperada, sino también el cierre de fronteras y el golpe que esto le trae a las poblaciones, al decaer la inmigración en países ricos.
¿Y qué crisis es ésta? Es una de oferta y de demanda y las quiebras que el encierro traerá, la volverán una de solvencia (no ayuda la deuda, ni la desglobalización, ni la demografía y en el corto plazo, tampoco ayuda la automatización). El desempleo de estas quiebras trae baja en ingreso, mayores ahorros y menor consumo, fuerza que es siempre la piedra angular de cualquier recuperación (en esto si ayudan los paquetes de rescate, pero duran unos meses y después nada).
Por último, ¿qué ideas imperaban ahora? Las del socialismo, al menos al estilo alemán (que ha resurgido como el gran héroe del Covid, con un desempleo arriba solo 1% y gran control sanitario) y mismas que llevadas mal, pueden apretar con un populismo hueco las heridas que en el pueblo ya supuraban, afianzando el poder del mecenas en turno (¿suena cercano?). ¿Y qué hacer entonces? La línea es clara: fortalecer el recurso humano que es el mayor activo. Con educación, entrenamiento y mejores prestaciones, aún y cuando en lo corto, deba negociarse el salario un poco para mantenerse a flote.
Publicado orginalmente en Reforma.