Cadena de suministro: Beneficios y retos, una visión particular

¿Quién pudiera estar en contra de que las organizaciones o individuos que participan en la creación, producción, distribución y venta de bienes o servicios no trabajaran colaborativamente para satisfacer lo mejor posible o, incluso, sorprender positivamen

Sin duda alguna a través de los años, muchos conceptos asociados con los negocios van y vienen, algunos de ellos se quedan con fuertes raíces que cambian la manera de actuar y pensar de académicos y empresarios.

Sólo por mencionar algunos podríamos incluir: la administración total de la calidad, los procesos esbeltos, la planeación estratégica, la manufactura o servicios enfocados y diseñados hacia el cliente, la filosofía justo a tiempo, la reingeniería de procesos, entre otros. En particular, deseo referirme a uno que ya tiene muchos años de existir: el concepto de cadena de suministro o abastecimiento.

Estoy seguro que la mayoría de los empresarios, directivos, académicos y estudiantes de ingeniería y administración lo han escuchado o usado, pues en principio la idea es difícil de rechazar. ¿Quién pudiera estar en contra de que las organizaciones o individuos que participan en la creación, producción, distribución y venta de bienes o servicios no trabajaran colaborativamente para satisfacer lo mejor posible o, incluso, sorprender positivamente a los clientes a quienes deseamos servir?, difícil decir no, ¿verdad?

Con base en mi experiencia con alumnos de maestría y directivos o dueños de empresas en programas de educación ejecutiva, he descubierto que, a pesar que la mayoría conoce el concepto no necesariamente lo entiende o no está consciente de lo que implica su aplicación y puesta en práctica.

En principio, me gustaría recordar que una cadena de suministro o abastecimiento es un grupo de organizaciones o individuos que están colaborando entre sí para proveer los insumos que una empresa requiere para transformarlos o agregarles valor de alguna manera y puedan ser distribuidos o vendidos a los clientes o usuarios finales. Lo anterior significa que estamos considerando a minoristas, mayoristas, distribuidores, productores, proveedores directos, proveedores de proveedores, etc.

Con esta asociación en forma de cadena de suministro se esperan obtener algunos beneficios, como por ejemplo: reducción de costos a lo largo de la cadena, reducción de la incertidumbre, relaciones a largo plazo y de sociedad entre los integrantes, mejor comunicación y entendimiento y, en definitiva, un mayor valor al cliente final para maximizar su beneficio y reducir sus riesgos.

Por otro lado, los beneficios potenciales mencionados no son gratis, puesto que representan una gran cantidad de retos y dificultades para que se puedan realizar. Entre muchas otras cosas, se requiere de una comunicación oportuna y efectiva; se requiere de sistemas de información interconectados entre los integrantes que dé visibilidad de lo que está pasando a lo largo de la cadena; personal con conocimientos específicos en compras, embarques, tarifas, impuestos, procesos de importaciones y exportaciones; capacidad de responder rápidamente a situaciones imprevistas que puedan ocurrir como escasez de mercancías e insumos, problemas con los transportes y movimientos en tipos de cambio monetarios, entre otros.

Sin embargo, en mi opinión, el más importante y sin el cual el funcionamiento de una cadena de suministro estará condenada al fracaso: la confianza entre los integrantes de la cadena. Pero una confianza total y absoluta, a prueba de todo. En forma de broma, pero, muy en serio, yo digo que debe ser una confianza mayor que la que le tenemos a ¡nuestra pareja!

Aunque existen muchos ejemplos exitosos de cadenas suministro como la muy conocida relación entre Walmart y Procter and Gamble (P&G) en la cual P&G puede ver como se están dando las ventas de sus productos en cada tienda y, con base en estos datos y previos acuerdos, se envían embarques de ciertos productos a Walmart sin necesidad de esperar que se reciba una orden solicitándolos.

Con base en mi experiencia, mi recomendación es desarrollar primero la confianza entre los departamentos y colaboradores en nuestra empresa y luego embarcarnos en un proyecto de cadena de suministro.

 

*Por Benito Alberto Rodríguez, Profesor en Administración de Operaciones.

Publicado originalmente El Financiero

Articles of Estrategia
Ir a opinión
EGADE Ideas
in your inbox