¿AMLO le pone el pie a las energías renovables en México?

Parece que el gobierno federal quiere desincentivar la generación de energía eléctrica basada en fuentes limpias, y fomentarla a partir del combustóleo y del carbón

La Reforma Energética de México se decretó con la finalidad de: a) propiciar la adecuada participación de México en un contexto económico global; b) reducir el costo de los energéticos; y c) alcanzar los niveles de desarrollo social, económico y de cuidado medio ambiental que el país requiere.

En relación con el cuidado del medio ambiente, la Ley de Transición Energética contempla que para 2021 el 30% de la energía eléctrica consumida en el país provenga de fuentes limpias; el 35% para 2024; el 45% para 2036 y que para 2050 esta cifra sea del 60%. La intención es contribuir como país en la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero.

En México se han definido algunos aspectos regulatorios que permitirán dar cumplimiento al mandato constitucional relacionado con el consumo de energía eléctrica proveniente de fuentes limpias.

Un mecanismo que se implementó, como en muchos otros países, fue el de los Certificados de Energías Limpias (CEL).

Un CEL equivale a la generación de 1MWh de energía a partir de una fuente limpia y es la Comisión Reguladora de Energía (CRE) la entidad responsable de acreditar a los generadores que cumplan con esta disposición.

La implementación implicará para los usuarios calificados que, por lo menos, el 35% de la energía eléctrica que consuman provenga de fuentes limpias para 2024, lo que propiciará que busquen el suministro de generadores acreditados.

En caso de que no se cumpla, los usuarios deberán comprar los CEL que sean necesarios para compensar la energía eléctrica consumida que no se hubiera generado a partir de fuentes limpias.

Las plantas generadoras establecidas después del 11 de agosto de 2014, y que cumplan con los requerimientos administrativos y regulatorios establecidos por la CRE, podrán recibir CEL.

También los podrán recibir las Centrales Eléctricas Legadas que hayan entrado en operación antes del 11 de agosto de 2014, que generen energía eléctrica a partir de fuentes limpias, siempre y cuando hayan realizado un proyecto para aumentar su producción de energía limpia y, ante el cumplimiento de ciertas condiciones, podrán recibir el instrumento aunque, en definitiva, no será por toda la energía generada.

Todo este contexto es importante para entender la relevancia de las energías renovables en México y para comprender las implicaciones de algunos comentarios hechos por funcionarios públicos en relación con el hecho de que se pretende que toda la energía que generan las plantas hidroeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sea reconocida con CEL.

Esto simplemente contraviene lo que está establecido en la Ley de Transición Energética y crea un clima de incertidumbre entre el público inversionista que ha decidido destinar recursos a proyectos de generación de energía eólica y solar, por ejemplo, bajo ciertas reglas y condiciones que ahora se pretende cambiar. 

Sólo para mostrar cómo se afectará la inversión, es importante mencionar que durante 2019 se invirtieron en México cerca de 2,000 millones de dólares en proyectos de energía eólica y para 2020 se estima que la cifra será de 1,300 millones de dólares, es decir, 35% menos. 

En la última subasta de energía eléctrica, hoy en día suspendida, el precio por MWh fue de 19.9 dólares, de acuerdo con el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), uno de los precios más competitivos en el mundo, y 70% más barato que el costo de generación de CFE.

Además de lo competitivo de este precio, es importante hacer alusión a la inversión que esto representó en proyectos de generación, además de que la mayor parte de la energía eléctrica será generada a partir de fuentes limpias. 

Estos hechos ponen de manifiesto que la generación de energía eléctrica a partir de fuentes limpias tiene un costo de generación considerablemente más bajo que el de la CFE. Además, atrae montos importantes de inversión y contribuye con la disminución de gases de efecto invernadero.

En virtud de lo anterior, no alcanzo a entender por qué se quiere desincentivar la generación a través de estas fuentes y, en su lugar, fomentar la generación a partir del combustóleo y del carbón, como lo ha señalado el titular de la CFE. No sé qué arista estoy dejando de considerar. 

Publicado originalmente en Fortune en Español.

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