El crecimiento en las organizaciones depende de la integración de diversos elementos en la estrategia que adoptan. Para impulsar su funcionamiento, la estrategia organizacional debe considerar factores clave como la transformación digital, el comercio electrónico o la responsabilidad social corporativa (RSC). Dentro de este último ámbito, la participación en programas de voluntariado, el apoyo a causas sociales y medioambientales, los donativos y las iniciativas de filantropía, entre otras actividades, también contribuyen al crecimiento de las organizaciones. Comprender esta dinámica permite tener una visión más amplia de este ecosistema, reconocer sus fortalezas e identificar oportunidades de mejora, particularmente en las organizaciones donatarias autorizadas (ODA) de distintos tamaños, desde micro ODA y Pymes, hasta grandes corporaciones.
El análisis de los datos sobre transparencia y donaciones permite evaluar los avances en este rubro, ya que las actividades de filantropía pueden influir en la formalización y crecimiento de ciertos segmentos de las ODA. Estas actividades se enmarcan en al menos cuatro categorías detalladas en la Tabla1. En México, estos datos se pueden consultar en la página de Transparencia del SAT, la cual proporciona información sobre el uso y destino de los donativos recibidos y el patrimonio de las organizaciones denominadas “donatarias autorizadas”, en cumplimiento con su obligación de transparencia.
La disponibilidad de estos datos facilita el análisis de la evolución de las donatarias en el país. Es más, al examinar el periodo comprendido entre los años 2014 a 2023, se puede observar un crecimiento constante en el número de ODA en México, si se tiene que para 2014 existían en total 7,036 (micro, pequeñas, medianas y grandes) y para el 2023 se dio aumento significativo que alcanzó las 16,094 ODA registradas como donatarias autorizadas en la base de datos de Transparencia del SAT. En este periodo, las micro y pequeñas ODA han mantenido un crecimiento estable, alcanzando el 40% del total de las ODA en 2023, de acuerdo con los datos reportados Transparencia SAT.
En este lapso temporal, se destaca el 2020, como el año en el que se registró un incremento del 29.62% (ver figura 1) en el número total de ODA, con un crecimiento particularmente alto en micro y medianas ODA . Esto puede considerarse un punto de inflexión en el crecimiento de las mismas, teniendo en cuenta la Pandemia de COVID 19, como catalizador de los cambios en el sistema de ODA.
Este año, tanto grandes como pequeñas ODA representaron una proporción menor respecto al total de ODA. El auge que tuvo lugar en el primer año de la pandemia de Covid-19 amplió la posibilidad de participación de un mayor número de ODA en la base de donantes autorizadas. En este sentido, las ODA emergentes y en proceso de consolidación buscaron contribuir a causas sociales a través de donaciones. Esta dinámica reflejó una mayor contribución con un sentido de responsabilidad social y compromiso con el bienestar comunitario que respondiera a las necesidades emergentes en las poblaciones más vulnerables en áreas como la salud o la alimentación, entre otras.
Además, factores como el tamaño, el enfoque, el sector en el que opera o las alianzas, entre otros aspectos, influyeron en la orientación y destino de los donativos. En este contexto, surge la pregunta: ¿cuáles fueron los principales rubros de destino de los donativos según el tamaño de la empresa?
Fuente: Elaboración propia.
De acuerdo con los datos sobre el uso y destino de los donativos recibidos y el patrimonio de las donatarias autorizadas entre 2020–2023, se han identificado cuatro categorías principales de destino: asistencia social y desarrollo comunitario, educación y cultural, ciencia y medio ambiente y rubros transversales (ver tabla 1). Asimismo, el análisis revela que la distribución de donativos varía según el tamaño de las ODA (ver figura 2). Se observan tendencias contrastantes en la asignación de recursos (por ejemplo, educación, asistencia, cultura), con un predominio de organizaciones civiles y fideicomisos de naturaleza asistencial (A). Dentro de este grupo, cerca del 50% corresponde a ODA que no reportan otro tipo de datos. Los fideicomisos y organizaciones civiles vinculados al sector educativo (B) se distinguen en el grupo de las ODA grandes y pequeñas. Por su parte, los donativos asociados a organizaciones civiles y fideicomisos de desarrollo social (L) tienen presencia en organizaciones de todos los tamaños, aunque en mayor medida en aquellas con reportes de datos ausentes, seguido por micro ODA, pequeñas, medianas y grandes ODA.
Esta tendencia pone de manifiesto una inclinación hacia causas filantrópicas con destino asistencial orientadas a cubrir necesidades básicas y apoyar a poblaciones vulnerables en este periodo de tiempo. No obstante, es importante mencionar que esta clasificación no implica que todas las ODA sean asistencialistas en su enfoque, ya que muchas organizaciones, aunque se registren bajo esta categoría, trabajan en ámbitos más amplios como educación, salud o migración. Se advierte un patrón similar en fideicomisos y organizaciones de desarrollo social, lo que demuestra que la filantropía no es exclusiva de las grandes ODA , ya que las micro y pequeñas ODA también contribuyen, aunque con menor capacidad de reporte.
En general, a lo largo del territorio de la república mexicana se observa una concentración de entidades de menor tamaño, con recursos y personal limitados, que lideran iniciativas enfocadas en el desarrollo y la asistencia social (ver figura 3). Por otro lado, las ODA de mayor tamaño tienen una presencia significativa en rubros destinados a la educación, lo que refleja una aportación valiosa al sistema educativo en México. No obstante, los datos examinados entre 2020-2023 muestran que cerca del 50% de las organizaciones no reportan información sobre los rubros autorizados, lo que dificulta la trazabilidad y transparencia de esas organizaciones en el uso de donaciones. Esta falta de reporte puede indicar una escasa formalización en los informes filantrópicos, lo que impide conocer con precisión la naturaleza de esas iniciativas e inversiones. Además, esta situación puede hacer más compleja su evaluación, así como el acceso a financiamiento o apoyos gubernamentales, ya que la ausencia de información pública puede generar dudas sobre su transparencia, afectando su credibilidad y limitando la construcción de una reputación filantrópica sólida.
Por otro lado, la variabilidad en la distribución de donativos por entidad federativa (ver figura 3) refleja como Ciudad de México, Nuevo León, Sinaloa y, en algunos casos Puebla, sobresalen por la cantidad de donativos recibidos en comparación con otros estados. Es particularmente notable que, en 2018, Oaxaca fue el estado con mayor volumen de donativos, lo cual podría estar relacionado con los apoyos recibidos tras el terremoto ocurrido este año.
En cuanto a la relación entre el gasto y el desarrollo de actividades filantrópicas, se observa una tendencia a que los estados que reciben más donativos también invierten mayores cantidades en desarrollo de actividades de esta naturaleza. En cuanto a la relación entre el gasto y el desarrollo de actividades filantrópicas, se observa una tendencia a que los estados que reciben más donativos también invierten mayores cantidades en desarrollo de actividades de esta naturaleza (ver figura 4).
Esto evidencia una variabilidad interesante ya que CDMX y Nuevo León registran los gastos más elevados, seguidos por el Estado de México, Jalisco y Puebla. Estas diferencias de gastos entre Estados ponen de relieve la diversidad de rubros atendidos en el territorio nacional y de alguna manera, la orientación de los esfuerzos en cada región para atender por medio de la filantropía, las prioridades sociales. Por ejemplo, como se aprecia en la figura 4 CDMX realiza una alta inversión en actividades que apoyan la educación, la investigación y la cultura y Nuevo León lo hace con mayor inversión en actividades relacionadas con la Asistencia Social y Desarrollo Comunitario y la Educación.
Por otro lado, la variabilidad en la distribución de donativos por entidad federativa (ver figura 3) refleja como Ciudad de México, Nuevo León, Sinaloa y, en algunos casos Puebla, sobresalen por la cantidad de donativos recibidos en comparación con otros estados. Es particularmente notable que, en 2018, Oaxaca fue el estado con mayor volumen de donativos, lo cual podría estar relacionado con los apoyos recibidos tras el terremoto ocurrido ese año.
En conclusión, el panorama de crecimiento empresarial en México muestra una tendencia ascendente, especialmente en las micro, pequeñas y medianas ODA, que constituyen la mayor parte del tejido empresarial del país. Sin embargo, la falta de datos reportados por casi la mitad de las ODA en 2023 pone de relieve un desafío en términos de transparencia y evaluación de su impacto económico. En cuanto a la distribución de rubros, se observa que las organizaciones civiles y fideicomisos orientados a la asistencia social tienen una mayor presencia en ODA de menor tamaño, mientras que las grandes ODA destacan en el sector educativo, proporcionando un soporte clave para el desarrollo académico. A nivel estatal, la asignación de donativos y recursos está fuertemente concentrada en estados con mayor infraestructura y acceso a financiamiento, como la Ciudad de México y Nuevo León. En contraste, entidades como Chiapas y Guerrero enfrentan mayores dificultades para recibir apoyo financiero. Esta disparidad en la distribución de recursos subraya la necesidad de implementar estrategias y planes que fomenten: 1) un acceso más equitativo a los fondos, 2) el fortalecimiento de una cultura filantrópica que amplíe las posibilidades de donaciones en los estados con índices bajos de ayuda, y 3) el apoyo gubernamental, para consolidar el crecimiento empresarial en todas las regiones del país.
Algunas recomendaciones adicionales para seguir fortaleciendo el ecosistema filantrópico mexicano:
Referencias
Las autoras son parte de la Cátedra de Filantropía e Inversión de Impacto de EGADE Business School (Luciana Manfredi y María del Pilar García-Chivita) y de yCo. Centro de Fortalecimiento (Tatiana Fraga Díez).
Agradecimientos a Yco por proporcionar los datos que fundamentaron este reporte, así como a Carlos De la Garza los comentarios hechos al documento.