Nearshoring: 10 preguntas y respuestas sobre el tema del que todos hablan

El éxito de nearshoring dependerá de la visión y capacidad de nuestros líderes políticos, empresariales y sociales para aprovechar esta oportunidad

Nearshoring: 10 preguntas y respuestas sobre el tema del que todos hablan

De tiempo en tiempo nos llegan nuevos conceptos e ideas que prometen revolucionar el mundo que conocemos. Por ejemplo, en los noventa la acelerada integración comercial nos trajo el concepto de globalización. Hace 20 años la aparición de Internet y la digitalización nos presentó la tercera revolución industrial.

En los últimos meses, el nearshoring ha tomado por asalto la agenda económica en México. Las búsquedas de la palabra nearshoring se han multiplicado casi 15 veces en los últimos 6 meses, bancos de inversión y firmas de consultoría se apresuran a publicar reportes sobre el tema del momento. Los medios de comunicación no dejan de hablar del nearshoring y los escépticos se apresuran a afirmar que esto no cambiará nada en el país, mientras que la clase política no deja de hablar de la gran oportunidad que esto representa.

A pesar del lugar protagónico que ha adquirido el nearshoring en los últimos meses, cuando se trata de profundizar en el tema, es difícil encontrar fuentes que expliquen qué es el nearshoring a detalle. Este artículo presenta una breve revisión sobre la literatura del nearshoring, los autores e instituciones que lo han explorado, así como una apreciación crítica sobre su importancia para el país.

1. ¿Qué es el nearshoring?

El nearshoring no es un concepto nuevo. Este se refiere a una estrategia en que las empresas buscan reconfigurar sus cadenas de valor, haciéndolas más cortas y acercando los centros de producción con los mercados finales. El nearshoring contrasta con el modelo de producción offshore, el cual consiste en la relocalización de la producción de bienes y servicios a un tercer país sin importar su ubicación.[1]

El modelo de producción offshore ha sido ampliamente explotado por empresas de Norteamérica y Europa, las cuales han trasladado sus plantas productivas a Asia, y en particular a China aprovechando menores costos laborales. Este movimiento se facilita gracias a las tecnologías de la información y de comunicación, mejoras en las infraestructuras de transporte, una mayor apertura comercial caracterizada por menores aranceles, así como por un mayor capital humano de los países emergentes.[2]

Desde la década pasada, con el alza en los costos laborales en China se empezó a cuestionar la viabilidad económica del modelo de offshore en favor de cadenas de valor más compactas. Por ejemplo, entre 2001 y 2019 los salarios en China se multiplicaron por cuatro como resultado de un proceso de crecimiento sostenido, minando de manera importante la ventaja comparativa del país asiático como centro de producción. Asimismo, el costo ambiental de mantener cadenas de suministros interoceánicas empezó a ser una variable importante que las empresas tenían que considerar en sus planes estratégicos.

Un modelo de nearshoring, caracterizado por cadenas de valor más compactas con una menor distancia geográfica entre los centros de producción y consumo, tiene como ventaja la reducción de los costos de transporte, logística y ambientales. La proximidad entre las plantas y los mercados disminuye los costos de envío y los tiempos de tránsito. Asimismo, se mejora la eficiencia en la entrega y almacenamiento y se da una mejor coordinación entre las áreas administrativas y operativas a nivel empresa.[3]

En realidad, para México el concepto de nearshoring no es ajeno. Desde inicios de los años ochenta, México impulsó la industria maquiladora de exportación. Este modelo consiste en la localización de fábricas, principalmente en la frontera norte, para ensamblar, manufacturar o procesar insumos importados temporalmente, a través de procesos intensivos en mano de obra.[4] Con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, muchas empresas extranjeras decidieron ubicarse en México para utilizar el país como una plataforma de exportación. Por ejemplo, en 2021, cuatro de las 20 empresas más grandes del país son empresas extranjeras orientadas hacia la exportación (i.e. General Motors, Stelantins, Ford y Ternium).[5]

2. ¿Por qué ha adquirido relevancia recientemente el nearshoring?

Con independencia de los factores económicos, en los últimos años han sucedido hechos relevantes en el entorno internacional que favorecen un modelo de integración comercial orientado hacia el nearshoring. Cambios en las actitudes del electorado en países de occidente hacia la globalización tales como el Brexit y la elección del presidente Trump, movimientos en la geopolítica global tal como la relaciones entre Occidente, China y Rusia, así como la pandemia del COVID-19 han venido a cuestionar la sostenibilidad de los modelos de producción offshore y las cadenas de valor intercontinentales.

Por ejemplo, las restricciones de movilidad, el cierre de fronteras y las disrupciones generalizadas en el comercio internacional, que trajo la pandemia del COVID-19, han sido un golpe a la integridad de las cadenas de valor globales del cual aún la economía mundial no se recupera. La pandemia nos recordó que las fronteras son reales y pueden cerrarse. Asimismo, la invasión de Rusia a Ucrania mostró que las guerras internacionales entre economías industriales aún pueden seguir sucediendo.

Ante este tipo de choques el modelo de producción de nearshoring adquiere relevancia, al margen de los argumentos económicos tradicionales. El nearshoring privilegia la resiliencia y seguridad del comercio internacional sobre los costos económicos más inmediatos. Se asume que el riesgo de tener cadenas de suministro intercontinentales es simplemente demasiado elevado ante una disrupción catastrófica.[6] En este sentido, la necesidad de proteger industrias estratégicas nacionales por cuestiones de seguridad es una nueva prioridad del Gobierno de los Estados Unidos.[7]

3. ¿Por qué los Estados Unidos ya no quieren a China como socio comercial?

En 2016 es electo el presidente Donald Trump en los Estados Unidos, en gran medida gracias a una agenda proteccionista empeñada en mostrar que la globalización representó una pérdida en términos de generación de riqueza y empleo para el país norteamericano. El discurso inicial del presidente Trump alude a la integración comercial en general; sin embargo, a medida que avanza su presidencia, este se enfoca en China. Ejemplo de ello es que las críticas a la relación comercial con México terminan con un proceso de renegociación del TLCAN mientras que los ataques hacia China escalan en una guerra comercial. Con la llegada del presidente Biden se abandona parcialmente la narrativa proteccionista, sin embargo, la posición hacia China no cambió.[8]

Se han manejado varios argumentos para cuestionar la relación comercial con China y en particular el modelo de producción offshore. Por ejemplo, algunos autores argumentan que los Estados Unidos han perdido casi 2 millones de empleos netos desde 2011 debido a este modelo.[9] Otros investigadores aseguran que no ha habido una pérdida neta de empleos, aunque sí una reconfiguración del mercado laboral desde el sector industrial hacia el de servicios.[10] El impacto de la integración comercial de China sobre la economía de los Estados Unidos es un tema debatible desde la perspectiva académica; sin embargo, ha sido utilizado en la arena política norteamericana para denunciar el modelo de globalización como causa de los problemas de desigualdad y exclusión social.[11]

Al margen del impacto real del modelo offshore sobre la economía norteamericana existe un tema en el cual hay un amplio consenso. El modelo offshore hacia China típicamente ha demandado a las empresas occidentales el entrar en acuerdos forzados de transferencia de tecnología.[12] A cambio, el país asiático ofrecía a las empresas extranjeras acceso a su enorme mercado doméstico. Este modelo ha dado pie a graves problemas en la protección de tecnología y derechos de propiedad intelectual. Por ejemplo, los Estados Unidos, argumentan que, China roba entre USD 225,000 y 600,000 millones al año en propiedad intelectual a los Estados Unidos.[13]

4. ¿Qué es lo que realmente temen los Estados Unidos sobre China?

La situación va más allá de las posibles pérdidas económicas, ya que la transferencia de tecnología ha permitido a China, convertirse en una potencia amenazando la hegemonía norteamericana. La influencia política del país asiático, en particular en África, es enorme y a través de la iniciativa de la “Nueva Ruta de la Seda” se busca unir a Eurasia por tierra y mar sin necesidad de cruzar el Atlántico o el Pacífico.[14] El creciente poderío militar, económico y político de China podría representar el surgimiento de un nuevo orden mundial.

Hoy en día la confrontación económica con China es uno de los pocos acuerdos en el polarizado entorno político de los Estados Unidos. El presidente Biden ha mantenido las restricciones comerciales de la era Trump.[15] Asimismo, ha impulsado una nueva política industrial que busca la sustitución de importaciones estratégicas asiáticas por proveedores en el hemisferio, con iniciativas tales como la CHIPS and Science Act la cual fue aprobada con apoyo bipartidista. A través de estas políticas se busca activamente la relocalización de la cadena de valor de semiconductores y telecomunicaciones hacia el hemisferio occidental, reduciendo la dependencia con China.

Las restricciones a la movilidad que se implementaron durante la pandemia del COVID-19, la desarticulación de las cadenas globales de valor[16] y sus efectos económicos,[17] así como la invasión de Rusia hacia Ucrania, han contribuido a alimentar la percepción de que el modelo de integración existente es sumamente vulnerable. Posiblemente, el escenario más temido consiste en un conflicto armado entre China y Taiwán que termine por involucrar a los Estados Unidos.[18] Aun bajo el escenario más optimista, este conflicto dislocaría por completo las cadenas globales de valor haciendo palidecer la crisis sanitaria de los últimos dos años. La Corporación Rand estimaba en 2016 que este conflicto tendría un costo entre el 5% y el 10% del PIB para los Estados Unidos.[19] Como comparativa, esto es casi el doble de la caída del PIB durante la parte más crítica de la pandemia en 2020. Adicionalmente, Hal Brands y Michael Beckley argumentan que a diferencia de la crisis del COVID-19, sería difícil pensar en una recuperación acelerada, ya que el conflicto detonaría casi con seguridad una depresión a escala global.[20] Por ahora, es imposible determinar la probabilidad real de un conflicto armado con China, sin embargo, la realidad es que el entorno geopolítico global ha cambiado dramáticamente en los últimos dos años y una guerra entre potencias industriales ya no es impensable, como lo ha puesto en evidencia la invasión de Ucrania.

Sin embargo, a pesar de la importancia de la nueva realidad geopolítica y los riesgos que representa, la viabilidad en el largo plazo del nearshoring vendrá de una evaluación de rentabilidad. ¿Qué es más rentable para una empresa? ¿Mantener operaciones en China?, ¿o mover sus operaciones a México? La respuesta dependerá de los costos de operación de cada región, sus ventajas comparativas y la probabilidad real de que se levante una “Cortina de Bambú” entre China y occidente que imposibilite el comercia global en las próximas décadas.

En este momento, pareciera que, ante la posibilidad de un escenario catastrófico, Estados Unidos apuesta a un nuevo modelo de globalización para las siguientes décadas, sustentado no en la autarquía pero sí en la integración de bloques económicos regionales. Autores como Shannon O’Neil del Council on Foreign Relations,[21] así como las posiciones impulsadas en diversos foros internacionales tales como la Cumbre de las Américas de 2022 o la Cumbre de Líderes de Norteamérica de 2023, apuntan en esta dirección.

5. ¿Es el nearshoring un cambio estructural o solo una moda pasajera?

Como puede apreciarse, estas tendencias geopolíticas son estructurales y muy probablemente determinen la configuración de las relaciones comerciales y económicas de este siglo. El fin de la globalización, tal como la conocemos y en el mejor de los casos una transición hacia un modelo de bloques comerciales regionales en las siguientes décadas, representaría un enorme costo económico a nivel mundial. No en vano, el Fondo Monetario Internacional reconoce que la desintegración acarrearía costos enormes para todos los países. El FMI anticipa que ante este escenario personas en todos los niveles de ingreso y países se verían perjudicadas.[22]

En contraste, para México este cambio representa una oportunidad.[23] La ubicación de nuestro país adyacente al mercado más grande del mundo, los vínculos comerciales que hemos desarrollado en los últimos 30 años con Norteamérica y la infraestructura legal y regulatoria que sostiene dicha relación, coloca a nuestro país en una posición privilegiada para aprovechar este nuevo modelo de globalización. Un factor adicional que beneficia la posición de México es que tras la renegociación del TLCAN y la firma del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), Estados Unidos impulsó una serie de condiciones que aseguraban un mínimo de contenido regional en sus importaciones desde México.[24] La relocalización de cadenas de valor hacia Norteamérica está impresa en el DNA del nuevo tratado.

Desde finales de los años ochenta, México apostó su modelo de desarrollo a la integración con la cadena de valor norteamericana. En estos años el resultado ha sido positivo en el agregado, aunque con efectos muy asimétricos a nivel regional y sectorial.[25] Por un lado, en las regiones norte y centro del país la industria de manufacturas pudo integrarse a las cadenas de valor de los Estados Unidos, generando empleo y crecimiento. Sin embargo, en el otro extremo está el sur y sureste del país, donde este proceso no pudo replicarse. En este sentido, el fenómeno del nearshoring puede interpretarse como un nuevo capítulo en nuestra historia económica. La oportunidad en esta nueva etapa radica en que se enfrentarían condiciones en el entorno geopolítico global diferentes a las de los últimos años, que facilitarían la integración comercial con Norteamérica, sin enfrentar directamente la competencia de China.

6. ¿Es el nearshoring el único modelo de relocalización de cadenas de valor?

El nearshoring no es el único modelo posible para la relocalización de cadenas de valor. El reshoring, también conocido como in-shoring o backshoring, es una alternativa al nearshoring. En lugar de tercerizar la producción en países cercanos, esta regresa a los países industrializados. Esta opción puede ser económicamente viable con el uso de tecnologías intensivas en capital que reduzcan el costo laboral. El resultado sería un mundo menos globalizado y con menor integración comercial.[26] [27] [28]

Otra alternativa para gestionar los riesgos en las cadenas de valor globales consiste en buscar una mayor diversificación global de la planta productiva. Esto significa que en lugar de reubicar la producción hacia las Américas, se busque diversificarla mediante el offshoring a países que no presenten los mismos riesgos geopolíticos, creando así redundancias. Esta estrategia, conocida como ally-shoring, consiste en producir en países aliados y permite una reconfiguración de las cadenas de valor global sin fragmentación del comercio internacional en bloques regionales.

Finalmente, tenemos un escenario híbrido en el que se cuentan con cadenas de valor más cortas pero no necesariamente regionales. Este modelo busca cambiar la producción a gran escala en geografías lejanas con bajos costos laborales, a unidades productivas más pequeñas, intensivas en capital y con tecnologías fácilmente replicables. Estos centros de producción pueden ubicarse cerca de los centros de consumo tanto en países emergentes como desarrollados. La fabricación aditiva mediante la impresión 3D podría ser un catalizador para este modelo, el cual crearía un mundo más fragmentado.

En resumen, los cuatro modelos económicos (i.e. nearshoring, reshoring, ally-shoring e híbrido) son opciones para reducir los riesgos del modelo offshore y garantizar la resiliencia ante posibles crisis. La viabilidad de cada modelo depende de la tecnología, restricciones ambientales y el contexto geopolítico específico. Asimismo, es posible que los cuatro modelos coexistan. Por ejemplo, el nearshoring puede ser una alternativa para el sector automotriz y agroindustrial que permita configurar mercados regionales fragmentados pero más resilientes. El reshoring es una opción para las industrias estratégicas, vinculadas con la seguridad nacional, que al ser intensiva en tecnologías y capital pueden regresar al país industrializado reduciendo los riesgos geopolíticos. La diversificación a través del ally-shoring podría ser una alternativa para el sector servicios, mientras que el modelo híbrido podría ser una opción para el sector farmacéutico.

Sin embargo, es importante recordar que esta descripción obedece a un modelo teórico, que no ha sido probado aún, por lo que no es del todo clara la estrategia óptima para las empresas. Por ejemplo, a fines de 2022 se escuchaban reportes sobre cómo Apple exploraba mover sus operaciones desde China hacia la India favoreciendo el modelo ally-shoring.[29] Por su parte, es posible que Tesla considere abrir una planta en México siguiendo un modelo de nearshoring. Mientras tanto, Intel sigue una estrategia de reshoring reubicando sus operaciones dentro de los Estados Unidos.[30]

Tampoco hay garantías sobre la dirección a largo plazo de la política económica de los Estados Unidos. Por ahora su política comercial es compatible con un modelo de nearshoring y el fortalecimiento de la cadena de valor norteamericana. Sin embargo, no puede descartarse del todo que una nueva administración federal retome la agenda proteccionista del presidente Trump favoreciendo el modelo de reshoring como objetivo político prioritario.

7. ¿La relocalización de cadenas de valor no es un regreso al proteccionismo?

El nearshoring tiene un tufo a las políticas económicas proteccionistas que se implementaron en América Latina durante la postguerra. ¿Qué tiene de diferente el nearshoring con la sustitución de importaciones de Raúl Prebisch impulsada desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)? [31]

Desde la perspectiva de los Estados Unidos, efectivamente se está siguiendo una política comercial proteccionista. Sin embargo, aun cuando la justificación inicial esgrimida por el presidente Trump se sustentaba en un argumento económico, poco a poco ha quedado claro que el problema es político. La realidad es que la política económica está quedando supeditada a objetivos de seguridad. Esto se basa en la premisa de que la primacía militar y económica de China representa un riesgo inaceptable para los intereses de los Estados Unidos, por lo que están dispuestos a limitar libertades económicas aun a costa de sus consumidores. Esto, sin embargo, no significa que en el futuro la agenda proteccionista abanderada por el presidente Trump no pueda regresar.

Nuestro país mantiene una política comercial abierta, prácticamente sin barreras a la importación o exportación. La política de sustitución de importaciones de la postguerra buscaba establecer barreras comerciales para crear un mercado doméstico cautivo en el cual pudiera desarrollarse la industria nacional. Asimismo, las restricciones impedían la demanda de bienes de consumo extranjeros a fin de que las importaciones se dirigieran hacia los bienes de capital. Si bien esta política permitió en cierta medida el desarrollo de una industria doméstica en América Latina, la dependencia sobre un mercado cautivo y la falta de competencia terminó generando ineficiencias que hicieron insostenible el modelo.

Un regreso a la sustitución de importaciones, demandaría la implementación de barreras al comercio extra regional. Esto demandaría la aplicación de aranceles, cupos o simplemente la prohibición al comercio.

Las sanciones comerciales aplicadas a Rusia en 2022 son una muestra de cómo podría darse ese cierre, al menos parcialmente y dirigido hacia una geografía particular. Sin embargo, la aplicación generalizada de barreras comerciales implica un cambio mucho más profundo y estructural a la arquitectura comercial global, tales como cambios a la estructura de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en el caso de Norteamérica de los términos del T-MEC. Aunque México accedió a respetar algunas metas de contenido regional en la negociación del T-MEC, el entorno actual no sugiere que el modelo de nearshoring se convierta en una política de sustitución de importaciones similar a las implementadas durante el siglo pasado.

8. ¿Qué países pueden beneficiarse del nearshoring?

América Latina y en especial México, se identifican como la mejor alternativa para la relocalización de cadenas de valor bajo el modelo nearshoring. La región ofrece cercanía al mercado norteamericano y a la vez mantiene costos laborales reducidos. Para los países de Europa Occidental, Europa del Este es la opción para el desarrollo del modelo de nearshoring.[32] Sin embargo, la invasión de Rusia a Ucrania probablemente tenga un efecto negativo sobre el atractivo de esta región. Algunos analistas identifican también a los países del Medio Oriente y el Norte de África como alternativas al nearshoring.

México presenta un atractivo excepcional. Como se mencionó anteriormente, cuenta con una trayectoria de más de 30 años de integración a las cadenas de valor de los Estados Unidos, un tratado comercial que da sustento legal a la relación comercial con mecanismos transparentes de resolución de conflictos, así como un entorno económico estable. Asimismo, el país cuenta, con un buen nivel de capital humano, infraestructura relativamente desarrollada, afinidad cultural con los Estados Unidos y lo más importante, una frontera terrestre compartida de 3,152 km, otorgándole un acceso privilegiado al mercado más vasto del mundo.[33]

Una ventaja adicional poco reconocida del país son las garantías sólidas para la protección de derechos de propiedad intelectual. El T-MEC presenta algunas de las condiciones de protección a la propiedad intelectual más estrictas del mundo, incluyendo, por ejemplo, la posibilidad de que un país sea demandado en caso de que los particulares violen dichos derechos.

México enfrenta muchos retos en la arena económica, social y de seguridad, que han impactado negativamente la inversión y restado atractivo para inversionistas. Por ejemplo, desde 2016 la inversión se ha estancado, retrocediendo en algunos años y el crecimiento del PIB ha sido muy modesto. Asimismo, existen grandes retos sectoriales en términos de eficiencia, entorno regulatorio y clima de negocio. Sin embargo, a pesar de esto, en el contexto internacional actual, México aún se compara favorablemente con otras economías emergentes con quienes estaría compitiendo para atraer inversión.

9. ¿Qué actividades económicas pueden beneficiarse?

Para aprovechar la oportunidad de reemplazar a China como proveedor de Estados Unidos, México debe responder a tres preguntas fundamentales: ¿Qué productos está comprando Estados Unidos a China que ya se producen en México?, ¿qué productos está comprando Estados Unidos a China que podrían producirse en México?, y ¿qué productos estamos comprando nosotros a China que podrían producirse en nuestro país? Estas preguntas deberán responderse teniendo en mente cuáles son las actividades estratégicas para la economía y la seguridad de Estados Unidos.

Al analizar la información económica de México, es posible identificar sectores económicos que podrían beneficiarse de este cambio. Por ejemplo, está el sector automotor, equipo de transporte, fabricación de motores y autopartes. Destaca el sector automotriz, ya que el T-MEC incorpora ambiciosas metas de contenido regional, que obligan a incorporar un mínimo de insumos producidos en Norteamérica en su cadena de valor. Además de las actividades relacionadas con el sector automotriz y de equipo de transporte, también encontramos la fabricación de equipo eléctrico y electrodomésticos, como algunos de los sectores que podrían ganar participación de mercado en los Estados Unidos a expensas de China. El potencial de los sectores antes mencionados es bien conocido, aunque también podría haber oportunidades en industrias menos obvias, como la química. Estos son sectores industriales establecidos, ubicados principalmente en el norte del país y la región del Bajío. Uno de los grandes retos para el país, en términos de agenda de desarrollo en este rubro, sería diversificar el alcance geográfico de las industrias establecidas en estos sectores y crear nuevos clústeres de exportación.

En cuanto a los productos que China vende a Estados Unidos que podrían producirse en México, es una situación más especulativa. Sin embargo, hay posibilidades de insertar al país en la cadena de valor de los semiconductores, equipo médico, computadoras, celulares y equipo de telecomunicaciones. Estas son algunas de las importaciones de las que más depende Estados Unidos de China. El reto de esta oportunidad consiste en la formalización de acuerdos de transferencia de tecnología que permitan el desarrollo de proveedores mexicanos para sectores con un alto componente tecnológico.

La integración de las cadenas de valor domésticas es el gran reto pendiente del país. Esta es la tercera palanca de una estrategia integral para el nearshoring en México. Encontrar empresas locales, que puedan entrar como proveedores de segundo o inclusive tercer nivel de las grandes empresas exportadoras del país, sustituyendo proveedores offshore. ¿Cómo una pequeña o mediana empresa en Oaxaca puede convertirse en proveedor de telas para los asientos de automóviles producidos en Nuevo León? La integración de las cadenas regionales de valor, es probablemente el reto más grande de nuestra política comercial desde la firma del TLCAN en 1994. Esta pregunta no es nada fácil de resolver y el modelo de nearshoring no ofrece una solución evidente.

10. ¿Qué es lo que necesitamos para que funcione el nearshoring?

Queda fuera del alcance de este texto hacer una exposición exhaustiva sobre este tema, pero es importante mencionar algunas ideas. Estas incluyen la atracción de inversiones, la infraestructura y el capital humano. Para atraer inversiones, se necesitan condiciones de certidumbre jurídica, un ambiente empresarial favorable, financiamiento y una perspectiva económica positiva.

En cuanto a la inversión en infraestructura, se han realizado avances en las redes de transporte que conectan el territorio nacional, pero aún existen déficits en la infraestructura de transporte local. También se requiere una mayor inversión en transporte ferroviario y en su interconexión con Estados Unidos. Además, se necesita infraestructura energética que cumpla con los estándares ambientales de nuestros socios comerciales y una mayor inversión en la ampliación de cobertura y en la implementación de tecnologías 5G. Finalmente, es vital formar a técnicos, profesionales y especialmente ingenieros para fortalecer el capital humano. Estas ideas no son nuevas, por lo que cabe preguntarse si no hay algo más.

Algunos economistas argumentan que el desarrollo económico no es un proceso continuo, sino que implica superar escalones u obstáculos para alcanzar el desarrollo deseado. Estos obstáculos se conocen como trampas de desarrollo y requieren un gran esfuerzo para superarlos.[34] ¿Podría México estar atrapado en una de estas trampas? Si esto fuera cierto, ¿existe algo en el modelo de nearshoring para salir de esta trampa?

El nearshoring es una continuación del proceso de integración comercial que se inició hace más de 30 años, en un nuevo contexto internacional. En los seis años entre la firma del TLCAN y el acceso de China a la OMC, la participación de las exportaciones mexicanas en el mercado global casi se triplicó, pero con China en escena, México apenas pudo mantener esa participación en los siguientes años. El nearshoring podría permitir a México suplir al menos parcialmente el papel de China como proveedor de manufacturas, generando condiciones de demanda excepcionales para bienes mexicanos, lo que podría representar un salto en la inversión, producción y crecimiento del país. ¿Este escenario es fantasioso? Algunos analistas afirman que así es, y que en el mejor escenario este cambio podría representar un impacto de solo 25 puntos base sobre el crecimiento del PIB para los siguientes 5 años, quedando lejos de ser el factor transformacional que se esperaría.[35]

Sin embargo, es posible imaginar otros escenarios. Nuestro proceso de integración comercial tiene al menos tres grandes retos pendientes: 1) la diversificación geográfica de los centros de exportación y articulación de cadenas de valor regionales entre el norte y sur del país; 2) la articulación de cadenas de valor entre la grande y mediana empresa, y 3) el desarrollo de sectores de alto valor agregado a través de la convergencia tecnológica. Superar estos retos no es sencillo; sin embargo, si se logra podría representar ese gran empujón que requiere la economía mexicana para salir de cualquier trampa de desarrollo en la que estuviera y acceder a un nuevo nivel de desarrollo.

Resolver estos retos demandaría un enorme esfuerzo de coordinación a través de una política industrial que involucre una alianza entre el gobierno, la iniciativa privada y las universidades. Asimismo, es fundamental repensar una nueva gobernanza para la innovación. Necesitamos nuevos modelos para la transferencia y adopción de tecnología que faciliten la convergencia tecnológica a lo largo de toda la cadena de valor en Norteamérica.

La economista italoamericana Mariana Mazzucato afirma que esta alianza no solo es posible, sino necesaria. Sin embargo, requiere de un sector público innovador que pase de ser una institución enfocada en arreglar fallos de mercado a moldearlo.[36] Mazzucato ofrece como ejemplo el programa espacial norteamericano.[37] Los Estados Unidos llegaron a la Luna gracias a una gran alianza entre los contratistas de la industria aeroespacial, los científicos de las universidades, y funcionarios de diferentes niveles de gobierno, coordinados por la agencia espacial. Gracias a esta alianza lograron crear soluciones tecnológicas, industriales e institucionales para alcanzar su misión.

En el mismo sentido, México debería plantearse como misión el aprovechar la oportunidad única del nearshoring y formar una nueva alianza entre empresarios, académicos y gobierno para, que ahora si podamos generar un desarrollo sustentable y equitativo para todos los mexicanos.

Epílogo: el nearshoring y la deuda del desarrollo

En 2005 el semanario británico The Economist publicó en su portada el artículo “Dos Méxicos: una lección para el desarrollo.” Los dos Méxicos son, por un lado, el México industrializado, moderno, integrado a la economía internacional, por otro lado, está el México rezagado, con grandes deudas sociales, que no ha sido capaz de atraer inversión y crecimiento. Hace ya más de un cuarto de siglo México apostó a la apertura comercial como una solución para su problema de desarrollo. Este modelo ha traído grandes beneficios, sin embargo, la realidad es que estos han sido ajenos para amplios sectores de la población. La deuda de nuestra economía continúa siendo el rezago social, la pobreza, la marginación y la desigualdad. ¿Podrá el nearshoring superar esta realidad?

El nearshoring tenemos que dimensionarlo como lo que es: un nuevo capítulo en nuestra historia de integración económica, que ofrece condiciones que sugieren grandes oportunidades para México bajo un nuevo entorno internacional. El nearshoring no es una solución a todos nuestros problemas, tampoco es una receta para el desarrollo que garantice crecimiento y equidad, es más, ni siquiera las oportunidades que promete son una realidad que necesariamente tenga que suceder. El éxito de nearshoring, al final de cuentas, dependerá de la visión y capacidad de nuestros líderes políticos, empresariales y sociales para aprovechar esta oportunidad, no solo para generar crecimieno económico, sino para reducir nuestra enorme deuda social con un desarrollo más equitativo.

 

El autor es profesor en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey e  investigador del Grupo de Trabajo sobre Nearshoring de la Escuela de Negocios y EGADE Business School.

 

[1] Arlbjørn, J. S., & Mikkelsen, O. S. (2014). Backshoring manufacturing: Notes on an important but under-researched theme. Journal of Purchasing and Supply Management, 20(1), 60-62.

[2] Piatanesi, B., & ArauzoCarod, J. M. (2019). Backshoring and nearshoring: An overview. Growth and Change, 50(3), 806-823.

[3] Fratocchi, L., Di Mauro, C., Barbieri, P., Nassimbeni, G., & Zanoni, A. (2014). When manufacturing moves back: Concepts and questions. Journal of Purchasing and Supply Management, 20(1), 54-59.

[4] Mandiola, G. (1999). México: empresas maquiladoras de exportación en los noventa.

[5] Torres, M. (2022). Estas son las firmas extranjeras más grandes dentro de ‘Las 500’. Expansión. https://expansion.mx/empresas/2022/07/22/empresas-extranjeras-mas-ventas-mexico-2021

[6] Fernández-Miguel, A., Riccardi, M. P., Veglio, V., García-Muiña, F. E., Fernández del Hoyo, A. P., & Settembre-Blundo, D. (2022). Disruption in resource-intensive supply chains: reshoring and nearshoring as strategies to enable them to become more resilient and sustainable. Sustainability, 14(17), 10909.

[7] The White House (2022). FACT SHEET: The Biden-Harris Administration’s National Security Strategy https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2022/10/12/fact-sheet-the-biden-harris-administrations-national-security-strategy/

[8] Demarais, A. (2022). The End of the Age of Sanctions? How America’s Adversaries Shielded Themselves. Foreign Affairs. https://www.foreignaffairs.com/united-states/end-age-sanctions

[9] Autor, D. H., Dorn, D., & Hanson, G. H. (2016). The China shock: Learning from labor-market adjustment to large changes in trade. Annual review of economics, 8, 205-240.

[10] Belsie, L. (2011). The impact of Chinese imports on innovation, IT, and Productivity. National Bureau of Economic Research. https://www.nber.org/digest/aug11/impact-chinese-imports-innovation-it-and-productivity

[11] Kennedy, S., & Mazzocco, I. (2022). The China shock: Reevaluating the debate. Big Data China. https://bigdatachina.csis.org/the-china-shock-reevaluating-the-debate/

[12] Jyh-An, L. (2020). Forced technology transfer in the case of China. https://www.bu.edu/jostl/files/2020/08/3-Lee.pdf

[13] The Financial Times. (2022). America is struggling to counter China’s intellectual property theft. https://www.ft.com/content/1d13ab71-bffd-4d63-a0bf-9e9bdfc33c39

[14] Jie, Y., & Wallace, J. (2021). What is China’s belt and road initiative (BRI)?. Chatham House. https://www.chathamhouse.org/2021/09/what-chinas-belt-and-road-initiative-bri

[15] Schneider, J. (2022). A Bombshell for U.S-China relations. Noema. https://www.noemamag.com/a-bombshell-for-u-s-china-tech-relations/

[16] Hamilton R. Scarcity and coronavirus. Journal of Public Policy & Marketing. 2021. 40(1):99-100. DOI:10.1177/0743915620928

[17] Mandel A, Veetil V. The economic cost of COVID lockdowns: An out-of-Equilibrium analysis. Economics of Disasters and Climate Change. 2020. 4, 431–451. DOI:10.1007/s41885-020-00066-z

[18] Christensen, T., Fravel, M., Glaser, B., Nathan, A., & Chen, J. (2022). How to avoid a war over Taiwan. Foreign Affairs. https://www.foreignaffairs.com/china/how-avoid-war-over-taiwan

[19] Gompert, D., Cevallos, A., & Garafola, C. (2016) War with China: Thinking Through the Unthinkable. Santa Monica, CA: RAND Corporation. https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/research_reports/RR1100/RR1140/RAND_RR1140.pdf

[20] Brands, H., & Beckley, M., (2022). Danger Zone: The Coming Conflict with China. https://www.amazon.com/Danger-Zone-Coming-Conflict-China/dp/1324021306

[21] O'Neil, S. K. (2022). The Globalization Myth: Why Regions Matter. Yale University Press.

[22] Georgieva, C., Gopinath, G., & Pazarbasioglu, C. (2022). Por qué -y como- se debe combatir la fragmentación geoeconómica. IMF Blog. https://www.imf.org/es/News/Articles/2022/05/22/blog-why-we-must-resist-geoeconomic-fragmentation

[23] Durán, R. (2022). Sobre ballenas y microchips: el reto del nearshoring para México. Arena Pública. https://www.arenapublica.com/roberto-duran/sobre-ballenas-y-microchips-el-reto-del-nearshoring-para-mexico

[24] U.S. Customs and Border Protection. (n.d). Regional Value Content. https://www.cbp.gov/sites/default/files/assets/documents/2020-Jun/%2315_Regional%20Value%20Content_USMCA%20Informational%20Fact%20Sheet.pdf

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[29] Hern, A. (2022). Apple shifts some IPhone 14 production from China to India. The Guardian. https://www.theguardian.com/technology/2022/sep/27/apple-shifts-some-iphone-14-production-from-china-to-india

[30] Business Insider. (2022). Made in America: these are some of the companies bringing manufacturing back to the U.S. https://businessinsider.mx/made-in-america-companies-bringing-manufacturing-back-to-us-2022-7/?r=US&IR=T

[31] Revisión del modelo de sustitución de importaciones: vigencia y algunas reconsideraciones. Review of the import substitution model: validity and some reconsiderations

[32] Van Hassel, E., Vanelslander, T., Neyens, K., Vandeborre, H., Kindt, D., & Kellens, S. (2022). Reconsidering nearshoring to avoid global crisis impacts: Application and calculation of the total cost of ownership for specific scenarios. Research in Transportation Economics, 93, 101089.

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[35] Morales, Y. (2022). Transición fiscal y financiera con nueva administración será lo más suave posible. El Economista. https://www.eleconomista.com.mx/economia/Transicion-fiscal-y-financiera-con-nueva-administracion-sera-lo-mas-suave-posible-20221025-0135.html

[36] Mazzucato, M. (2016). From market fixing to market-creating: a new framework for innovation policy. Industry and Innovation, 23(2), 140-156.

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