Las multinacionales suelen prestar poca atención al impacto de sus operaciones en sus países anfitriones. Así lo constatan casos como los de Apple, señalada por explotación en las minas de oro y coltán del Congo y en las fábricas de su proveedor chino Foxconn, los abusos reportados en talleres textiles de proveedores indios de marcas de moda como H&M, o el caso de Benetton en Argentina, que compró terrenos originarios de los mapuches para criar ovejas y desarrollar otros negocios agrícolas.
Estos casos nos hacen cuestionar qué tan preocupadas están las multinacionales por el desarrollo social de las comunidades locales donde operan. Pero, ¿qué ocurre con las multinacionales latinoamericanas, también llamadas multilatinas? ¿Se comportan de forma distinta con las comunidades a las que sirven en América Latina?
En el en el artículo “Engaging Stakeholders in Emerging Economies: The Case of Multilatinas” (Journal of Business Ethics, 2018) analizo, junto con los profesores del IESE Marta Elvira y Carlos Rodríguez-Lluesma, las prácticas descritas en los reportes de Sostenibilidad o de Responsabilidad Social Corporativa de 28 multilatinas aparecidas en el ranking de América Economía. Especialmente estudiamos las relaciones de las compañías con los grupos de interés (stakeholders).
Más allá de los tradicionales grupos de interés relevantes para las multilatinas, como clientes, proveedores, accionistas, empleados, gobierno y comunidad en general, identificamos otros grupos de interés relevantes que no suelen tener representación, grupos estigmatizados que probablemente no tienen los recursos para hacerse escuchar, como las familias de los empleados o los pueblos indígenas.
Llevamos a cabo un análisis temático dentro de las actividades reportadas e identificamos previamente los elementos cruciales para ganar legitimidad con los grupos de interés, usando el estándar internacional que proporciona la Global Reporting Initiative (GRI).
Los tres elementos en los que se enmarca la relación con los grupos de interés son, según el corpus bibliográfico en la RSC, principalmente:
Los problemas de las multinacionales en América Latina
Las multinacionales de países desarrollados suelen ser criticadas por sus prácticas en países en desarrollo, sobre todo por su incapacidad de comprender, y todavía menos abordar, las necesidades reales de las comunidades locales.
A pesar de su larga presencia en la región, muchas multinacionales reportan un involucramiento mínimo con las comunidades locales, y algunas de ellas ni siquiera reportan actividades de RSC en la región, a pesar de tenerlas en otras regiones como África, Asia y Europa.
Estos son los principales problemas que aquejan las multinacionales a la hora de implementar políticas de RSC en América Latina:
Las multinacionales de los países desarrollados necesitan analizar las dinámicas institucionales, mantener una comunicación continua con la comunidad, y asegurar la sostenibilidad de las operaciones mientras se mejoran las condiciones de vida de la comunidad.
Debido a la larga tradición de compromiso con el desarrollo social de América Latina, las multilatinas enfrentan un riesgo menor de ser criticadas, debido principalmente a su amplio conocimiento sobre la región.
Por ejemplo, la historia de las empresas mexicanas ha propiciado la institucionalización de las actividades sociales, un estilo de liderazgo más familiar y un enfoque de beneficios sociales para los trabajadores, como financiamiento para sus casas, educación a todos niveles tanto para los trabajadores como para sus hijos, servicios médicos básicos o instalaciones recreativas. Este enfoque fue adoptado como resultado de las precarias condiciones laborales que existían en los países latinoamericanos antes de la industrialización. Además, algunas multilatinas establecieron cooperativas de trabajadores que funcionaban como sociedades asistenciales. Es importante señalar, que a pesar de estos servicios asistenciales, las condiciones de desigualdad económica y social en la región persisten.
Otro factor que explica esta manera de relacionarse de las Multilatinas para con sus grupos de interés es el contrato social subyacente entre la compañía y los grupos de interés, según el cual existen expectativas mutuas y obligaciones por las dos partes. Es posible qué bajo este contrato social, ciertos grupos de interés tengan peticiones legítimas, pero no sean capaces de hacer oír su voz, como los grupos indígenas, que tradicionalmente han sido ignorados, sobre todo por las multinacionales de países desarrollados.
Muchos grupos de interés en América Latina buscan lograr una mayor integración social y esperan que las empresas tengan un papel no solo en el desarrollo económico, sino también en el social. Estas expectativas provienen de que: los latinoamericanos tienen un sentido fuerte de comunidad debido a la combinación de la colonización indígena-iberoamericana, la búsqueda de una identidad nacional, y una estructura social basada en relaciones sociales primarias.
También tiene un papel importante en estas relaciones el paternalismo, que implica una preocupación por los trabajadores más allá de la relación laboral, incluyendo la preocupación por las familias y, por extensión, por las comunidades. Estas relaciones con los grupos de interés van más allá de los mandatos regulatorios del gobierno, teniendo un fuerte foco en el involucramiento con la comunidad.
Esto también se puede deber a una falta de protección de las instituciones de la relación laboral y a la escasez de recursos disponibles para hacer cumplir las leyes laborales y los derechos de los trabajadores. Por ello, los empleados tienen que confiar más en crear relaciones personales con sus superiores.
Las multilatinas a menudo se relacionan con sus grupos de interés a través de la implementación de distintas actividades sociales que tienden a diferir de las establecidas por las guías estandarizadas que se aplican en las economías desarrolladas.
En nuestro estudio hallamos que el desarrollo socioeconómico de las comunidades en las cuales las multilatinas operan aparecía como una preocupación recurrente, siendo de las actividades más comunes la educación vocacional o capacitación en el lugar de trabajo.