En el ámbito de la educación superior, y en particular en las escuelas de negocios, se analizan continuamente los requisitos para reclutar profesores. Las estrategias de reclutamiento, junto con las de retención, revisten una especial importancia en el contexto actual de escasez de alumnos de doctorado, y, por lo tanto, de futuros profesores de negocios, como reconoce la Association to Advance Collegiate Schools of Business (AACSB) en un paper reciente. El desempeño de las escuelas de negocios en el largo plazo, tan ligado a su valor reputacional, depende de la atracción y retención de la facultad.
En la actualidad, para contratar profesores se definen características del deber ser en los perfiles, tales como experiencia, formación académica y publicaciones científicas, cada uno de ellos delimitados por referencias de validez y contexto. Muchos de estos parámetros son reconocidos por las asociaciones de organizaciones educativas, acreditadoras y rankings, lo que permite establecer comparaciones competitivas entre instituciones.
El proceso para reclutar profesores en las escuelas de negocios es largo y, en todos los casos, se compite para poder ser aceptado. Sin embargo, la complejidad no termina ahí, por el contrario, inicia la carrera por mantener la vigencia de los perfiles y, además, destacar en alguna vertiente de clasificación de la facultad, como por ejemplo la investigación, consultoría o docencia especializada, entre otras.
El reto no solamente es para los profesores, sino también para las instituciones, quienes tienen la tarea de brindar las condiciones para el desarrollo de la planta académica.
En la última década, el sector de la educación superior ha jugado un papel importante en el avance de los ecosistemas de emprendimiento en América Latina al promover actividades relacionadas con los negocios y las inversiones de impacto. No obstante, existen aún muchas oportunidades de aprovechar las capacidades de la educación superior para influir en el desarrollo de investigación y diseño curricular, así como de generar una infraestructura local y desarrollar alianzas clave para alcanzar el nivel óptimo en su rol como agentes de cambio estratégico en los ecosistemas locales.
Lo cierto es que las áreas de conocimiento en las escuelas de negocios son amplias y diversas, para cada una de ellas existen perfiles y necesidades de profesores específicas. Pero ¿qué necesitan los profesores para mejorar su desempeño de cara a su incursión en las áreas propias de la nueva economía? Para tratar de contestar a esta pregunta, me centraré en algunas que se encuentran en proceso de asimilación e integración de la oferta académica de las instituciones de educación superior de América Latina que forman parte de las temáticas que constituyen la teoría de la llamada nueva economía, como son:
La nueva economía pretende promover el cambio social, desde el diseño de los modelos de negocios, el comportamiento y la intencionalidad en las acciones de las empresas, sin embargo, este cambio tiene repercusiones y requiere los esfuerzos coordinados de todos los sectores sociales.
Analizar el rol de las instituciones de educación superior con respecto al diseño y ejecución de iniciativas y programas relacionados con estas temáticas, fue el objetivo del estudio “El rol de las instituciones de educación superior en América Latina para la formación y capacitación en negocios e inversión de impacto1”, liderado por el Tec de Monterrey. Para su realización, se aplicaron 122 encuestas a directivos, profesores y administrativos de 100 instituciones de educación superior en México, Colombia y Perú.
En los resultados de este estudio identificamos como principales obstáculos para la implementación de iniciativas y programas sobre la nueva economía: la capacitación a profesores, la falta de personal académico especializado y la falta de recursos económicos (ver tabla).
Si bien el perfil de ingreso de los profesores se encuentra definido por credenciales académicas, conocimientos y experiencias específicas, la capacitación continua, más que en cualquier otra industria, es indispensable y permanente.
Como en todas las profesiones y especialidades, se requiere proveer de instrumentos de trabajo a los colaboradores. En este caso, los resultados del estudio indican que, existe una falta de contenidos, casos, herramientas y metodologías que facilite el aprendizaje de los docentes y fortalezca las experiencias de aprendizaje para los estudiantes.
Otros de los hallazgos documentados por el estudio apuntan a los esquemas de remuneración para profesores, que se enfocan únicamente en el pago por impartición de clases, pero no consideran en la mayoría de los casos el diseño, preparación de materiales, lo que no permite que se destine tiempo y recursos para el diseño y perfeccionamiento de herramientas, así como para la creación contenidos de vanguardia.
Respecto a la participación de la planta docente en actividades de investigación, ésta se ve obstaculizada también por la falta de recursos económicos. Como referencia, el estudio encontró que 90% de las instituciones no cuentan con fondos de financiamiento externo y 70% no cuentan con fondos propios para realizar investigación.
Lo anterior nos plantea los retos prevalecientes en el contexto de las instituciones al incursionar en las temáticas relacionadas con la llamada nueva economía y la realidad a la que se enfrentan los docentes en el proceso, que, si bien pudiera atribuirse a la falta de recursos económicos, también se debe a la falta de conocimiento e interés por parte de las instituciones de educación superior en América Latina.
El autor es profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey.
Para consultar el estudio: