Digitalización en el sector eléctrico

Redefiniendo precios, productos y estructura de mercado

Digitalización en el sector eléctrico

Mientras que la descarbonización del sector eléctrico se ha investigado ampliamente, en general, se ha prestado menos atención a la transición digital en este mismo sector. Las tecnologías digitales, como los datos, la analítica y la conectividad, tienen el potencial de generar cambios transformadores en el sector eléctrico. No solo permiten una mayor eficiencia y reducción de los costos operativos, sino que también crean nuevos ecosistemas energéticos y modelos de negocio, y aceleran la transición energética. En un reciente artículo publicado por el Oxford Institute for Energy Studies (OIES), exploramos cómo convergerán la descarbonización y la digitalización, y qué sinergias o obstáculos podrían surgir en su desarrollo mutuo.

La mayor parte de la investigación sobre el impacto de la digitalización en el sector energético se ha centrado principalmente en su impacto en la eficiencia, es decir, en cómo las tecnologías digitales pueden mejorar la eficacia operativa y reducir los costos de producción, lo que conduce a una disminución del precio de la electricidad en relación con otros bienes. Sin embargo, la digitalización también puede generar nuevas estructuras, actores y prácticas regulatorias que complementen las formas de funcionamiento existentes. Por ejemplo, la digitalización puede aliviar algunas de las principales restricciones del sector, como la necesidad de tener infraestructura subutilizada.

Con base en una conceptualización económica de la transición de la digitalización y en las experiencias en otras industrias-- como fintech, fast food y educación superior--presentamos un marco lógico de análisis de cuatro propuestas y dos corolarios. Proponemos que:

  1. La transición digital en el sector eléctrico conducirá a una fragmentación y una agregación en la cadena de valor, creando un sector más modular en lugar de uno caracterizado por economías de escala, y estableciendo nuevas formas de establecer los precios de los productos eléctricos.
  2. Las tecnologías digitales, como el blockchain, reducirán los costos de transacción y las barreras de entrada en la industria, lo que permitirá a actores más pequeños participar en el mercado.
  3. El sector eléctrico transitará de ser uno basado en economías de escala, a ser uno basado en producción modular, lo que también permitirá a productores pequeños ingresar al mercado sin perder competitividad en costos.
  4. La digitalización presenta un desafío para la fijación de precios, ya que las tecnologías digitales tienen costos marginales cercanos a cero, mientras que el costo total de producción es para todo fin práctico, un costo fijo.

Todo esto rompe con algunos conceptos de la economía neoclásica como el criterio de maximización de ganancias, en donde el precio se iguala al costo marginal. El costo marginal cero de las energías renovables y el costo marginal insignificante de la digitalización sugieren que las tarifas de dos partes, a modo de suscripciones, podrían ser más apropiadas para determinar el precio de los productos eléctricos.

Por último, la interacción entre la descarbonización y la digitalización puede conducir a una estructura industrial transversal o paralela. Las tecnologías de generación distribuida, como paneles solares, tienen el potencial de fragmentar y agregar el sector de la energía, mientras que las redes centralizadas seguirán equilibrando el sistema en su conjunto. En una estructura transversal, la digitalización puede combinar o separar la cadena de valor. En una estructura paralela, las estructuras industriales antiguas y nuevas coexisten.

En todo el mundo se están evaluando nuevas formas de rediseñar el mercado eléctrico para incorporar las características de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, en el Reino Unido y la Unión Europea (UE) se están llevando a cabo consultas sobre el diseño del mercado para abordar la crisis energética, caracterizada por altos precios de la electricidad, una descarbonización insuficiente y una alta dependencia de fuentes de combustible poco confiables. Nuestro enfoque se alinea con propuestas que buscan tener estructuras coexistentes y mercados paralelos, lo que podría brindar fuertes incentivos para la flexibilidad en el lado de la demanda. Sin embargo, cualquier reforma viable no debería pasar por alto los fundamentos de estas propuestas.

En conclusión, la digitalización presenta enormes oportunidades para transformar y acelerar la transición energética en el sector eléctrico. A medida que el mundo avanza hacia un futuro de bajas emisiones de carbono, el papel de la digitalización se volverá cada vez más importante en la configuración del mercado eléctrico. Sin embargo, los altos costos, los retornos de inversión inciertos y la incompatibilidad con las infraestructuras y equipos existentes pueden obstaculizar la adopción de tecnologías digitales por parte de las empresas. La interacción entre la descarbonización y la digitalización dará forma al mercado eléctrico en los próximos años, y cualquier reforma viable no puede ignorar los fundamentos de las cuatro propuestas discutidas en este artículo.


Los autores son profesor investigador de EGADE e investigador visitante de OIES (Rolando Fuentes) y director del Oxford Institute for Energy Studies (Bassam Fattouh).

Artículo basado artículo publicado en Energy Insight.

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