COVID-19 y cambio climático, ¿qué tienen en común?

La pandemia del coronavirus y el cambio climático comparten los mismos fundamentos microeconómicos

COVID-19 y cambio climático, ¿qué tienen en común?

¿Qué tienen en común la crisis de la pandemia por Covid-19 y el problema de cambio climático? En el artículo “Covid-19 and climate change: A tale of two global problems, mis co-autores y yo argumentamos que ambos desafíos son problemas globales, exponenciales y potencialmente catastróficos.

Desde el punto de vista económico, también comparten algunas características similares. Una forma útil de verlos es a través del concepto de bienes públicos, o en este caso, de un mal público. Los dos criterios principales que distinguen un bien público son que no debe ser rival ni excluible en el consumo. Un bien no es rival si el consumo de una persona no disminuye el consumo de otra. Un bien no es excluible si no se puede impedir que otra persona más lo use.

Por otra parte, un mal económico es lo opuesto a un bien económico, ya que su consumo da como resultado un menor bienestar. Por sus características, en ausencia de una intervención gubernamental, la producción de un bien público tendería a ser menor que el punto eficiente; no hay incentivos para producirlo si alguien más se puede apropiar de él sin pagar. Para el mal público ocurriría exactamente lo contrario, una producción por encima del nivel eficiente, en donde el costo de abatir el mal una unidad es menor que el costo de sufrirlo.

La pandemia: un mal público

En el caso del Covid-19, la pandemia tiene las características de un mal público global: no es excluible (el virus es altamente contagioso) y no es rival en el consumo (contraer el virus no limita ni impide que otras personas contraigan el virus). Asimismo, el cambio climático tampoco es rival en el consumo y es costoso excluir a los países, independientemente de sus acciones.

Identificar esta misma estructura microeconómica nos permite por un lado apalancar el estudio de la pandemia en los largos años de análisis y diseño de política que existe para el cambio climático; y por el otro, dado que la pandemia se desarrolla a mayor velocidad que el cambio climático, ésta puede servir como un pequeño laboratorio de lo que podría ocurrir en el futuro con el clima.

como la pandemia se desarrolla a mayor velocidad que el cambio climático, puede servir como un pequeño laboratorio de lo que podría ocurrir con el clima

Las características económicas descritas anteriormente dan lugar a respuestas de políticas similares, las cuales se podrían agrupar en tres grandes componentes: mitigación, adaptación y desarrollo tecnológico.

El objetivo de la mitigación es retrasar y reducir los efectos no deseados, que en ambos casos se trata de reducir las tasas, una de las emisiones y otra de las infecciones. El objetivo es retrasar la acumulación del inventario de emisiones o contagios y mantenerla por debajo de la capacidad de absorción, una de la atmósfera y otra de la capacidad hospitalaria.

El objetivo de la adaptación es anticipar los efectos adversos y actuar para prevenirlos o minimizarlos. Para el cambio climático, las acciones incluyen la construcción de infraestructura más resiliente, el uso de los escasos recursos hídricos de manera más eficiente, la adaptación de los códigos de construcción a las condiciones climáticas futuras y los eventos climáticos extremos, y la construcción de defensas contra inundaciones. La adaptación a Covid-19 también puede tomar muchas formas. Puede consistir, por ejemplo, en invertir en hospitales, equipamiento médico e infraestructura sanitaria, así como en instalaciones que permitan el distanciamiento social.

El desarrollo tecnológico, en el caso de cambio climático, se podría referir a las tecnologías de energía renovable o de captura y almacenamiento de carbono, mientras que en Covid-19 el desarrollo tecnológico más evidente es el desarrollo de una vacuna, pero también incluiría el desarrollo de medicinas y tratamientos, así como de pruebas más rápidas y confiables.

Conclusiones

Aunque la pandemia aún se sigue desarrollando, podemos derivar algunas conclusiones preliminares con las observaciones existentes:

  1. El Covid-19 nos ha demostrado que las personas pueden ajustar su comportamiento ante un riesgo eminente. Sin embargo, el alcance de esta medida es limitado porque existe fatiga y relajamiento de las medidas en el mediano y largo plazo. En el caso del cambio climático, el ajuste de comportamiento -por ejemplo, cambiar el auto por la bicicleta o el transporte público- tendría un impacto más bien limitado también.
  2. El mejor prospecto para terminar la pandemia es la vacunación, pero esta solución dista mucho de ser una bala de plata. Queda claro que se necesita una combinación de tecnologías, i.e. todas las vacunas, mejores tratamientos y más pruebas. Basar el combate al cambio climático con el desarrollo de una sola tecnología, por ejemplo, captura de carbono o renovables, tendría un resultado similar.
  3. La rapidez con la que se está desarrollando la tecnología contra el Covid-19 se da gracias a una colaboración de instituciones público-privadas, en un marco de competencia-cooperación entre desarrolladores. Un esquema similar se debería adoptar para el desarrollo de tecnologías contra el cambio climático.
  4. La prevención es una medida costo-efectiva. ¡Ojalá hubiéramos tenido tanto tiempo de preparación para el Covid-19 como el que hemos tenido para el cambio climático!
  5. Se tiene que actualizar el marco de cooperación internacional de cambio climático incorporando las lecciones del manejo de la pandemia.

Por último y regresando a donde empezamos en este artículo: la pandemia es un mal público, y por tanto, es necesaria la injerencia del gobierno para que no haya una “sobreproducción” de este mal público. Dejar estas medidas a la voluntad individual da como resultado una pandemia fuera de control.

Artículo originalmente publicado en Transferencia Tec.

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