Varia invención (1949) es un libro famoso de Juan José Arreola. Trata de sucesos y personajes fantásticos.
Los temas de este artículo también son variados, pero son reales.
Ha transcurrido un poco más de la tercera parte de 2024 y, en general, la situación económica de México no ha cambiado mucho con respecto al año pasado.
Una encuesta reciente (Citibanamex) entre especialistas resultó en un conjunto de expectativas que no ofreció sorpresas: el PIB, se dice, crecerá 2.2%; la inflación se situará en 4.2% en diciembre: el tipo de cambio cerrará en $17.90; y, la tasa de interés objetivo de Banxico se reducirá a 10%.
Tales números coinciden, a rasgos gruesos, con los producidos por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional. Para el año próximo, la misma encuesta anticipa un menor crecimiento económico; un poco menos de inflación: un tipo de cambio más alto; y, una baja significativa del costo de la tasa de interés líder. (A sabiendas no cité las cifras correspondientes a 2025: darían la idea de una precisión que está reñida con la fragilidad inherente a cualquier intento de incursionar en el futuro. "En cada profecía hay una trampa", Robert Graves.) Según algunos analistas, la actividad económica tenderá a debilitarse en la segunda mitad de este año. Esto será consecuencia, se dice, de un proceso típico de muchos países en años electorales: el gasto público aumenta durante los meses previos a los comiciosy, luego, pierde vigor. (De ello, entre otros factores, continúa el argumento, se derivará la disminución del ritmo del PIB el año siguiente.) El problema con esa linea de razonamiento es que, por un lado. está claro que las erogaciones públicas han crecido recientemente en forma notable, en particular en el renglón de "subsidios transferencias" (61%). Sin embargo, por el otro lado, los datos referentes a la producción, durante el último trimestre de 2023 y el primero de este año, no fueron precisamente dinámicos Al desmenuzar la información, varios comentaristas han señalado la influencia específica, dentro del sector industrial, de la desaceleración detectada en la construcción privada. En todo caso, dada su importancia en el PIB, me parece más relevante examinar la trayectoria descendente de la producción manufacturera, conforme se aprecia en la Gráfica 1.
No es aventurado suponer que lo anterior se relaciona con la pérdida de vigor de las exportaciones manufactureras (Gráfica 2). Ello, a su vez, quizás está asociado con el virtual estancamiento de la producción manufacturera en Estados Unidos (cuya tasa media de variación, de marzo 2023 al mismo mes de este año, e-0.6%).
El día 9 de mayo el INEGI publicó el dato de inflación correspondiente abril, 4.65%, un poco más alto que durante el mes previo, 4.42%.
El desglose de la información permitió notar el alza del precio de los servicios (5.21%) y de las frutas y verduras (18.6%). Lo primero apoya la idea de que la inflación está sustentada en buena medida por presiones de demanda interna.
El mismo día 9. la Junta de Gobierno de Banxico mantuvo su tasa de interés objetivo en 11%. Además, elevó su "proyección" de inflación; y, retrasó al final de 2025 la convergencia hacia la meta de 3%. El tono del comunicado fue de preocupación. La medida fue congruente con la información reciente con las tendencias "previsibles".
En mi opinión, no habrá baja en la reunión de junio.
La semana pasada apunté al "auge" de los ingresos por remesas como uno de los factores explicativos del aumento de la demanda de dinero.
Mi estimado amigo, el Lic. Jesús Cervantes (CEMLA) me enmendó la planas primero, el "auge" ha cedido su lugar a una desaceleración notoria; y, segundo sus cálculos le permiten concluir que la significación de dichos ingresos en el total de dinero en circulación es relativamente pequeña. Seguramente tiene razón. Muchas gracias, stand corrected.
El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.