Un Peso no tan fuerte

Artículo publicado en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma

Allá por mayo del año pasado publiqué en estas páginas un artículo titulado con una pregunta: ¿Un Peso fuerte? Y es que entonces, como ahora, el movimiento a la baja del precio en pesos del dólar (el Tipo de Cambio Nominal, TCN) se había convertido en un tema recurrente de los comentaristas financieros. Lo que sigue es (casi) una mera actualización de lo que expresé en aquella fecha.

El TCN en "el tiempo largo"

Para ver el asunto con cierta claridad, puede resultar de utilidad una perspectiva histórica. Por ejemplo, recordar la trayectoria del TCN a lo largo de los treinta años más recientes. (Gráfica 1).

Sin mayor análisis, está claro que el Peso es una moneda débil, con una tendencia general a la depreciación. La cotización del dólar se ha multiplicado por seis en tres décadas. Las apreciaciones registradas en el periodo referido han sido episodios de corta duración, que terminaron con la ocurrencia de un evento que deterioró las expectativas - -por ejemplo, la pandemia del 2020- -. En ese contexto amplio, la apreciación reciente no resulta muy significativa.

El TCN es "simplemente" el precio de una moneda en términos de otra. Pero no es un precio cualquiera. Su nivel, su orientación y sus alteraciones tienen efectos macroeconómicos a menudo graves - -incluso traumáticos- -. En el corto plazo es prácticamente imposible predecirlo, por una sencilla razón: depende de la naturaleza de las noticias diarias que, por supuesto, no son previsibles.

Una versión refinada

Hay una medida del tipo de cambio que se computa tomando en consideración las diferencias de inflación entre países. Se denomina Tipo de Cambio Real (TCR). Para ciertos propósitos analíticos, en particular, para examinar el curso de la actividad económica real (producción, empleo, comercio exterior) el TCR es más importante que el TCN. Un ejemplo simple de su relevancia es el siguiente: una depreciación del TCN del Peso frente al dólar aumenta el atractivo de los bienes nacionales para los extranjeros, excepto si, al mismo tiempo (o casi), los precios internos crecen en forma proporcional (mientras que no cambian "afuera"). En dicha circunstancia, la inflación "cancela" la ventaja en competitividad externa creada por la depreciación del TCN. Por tanto, el TCR no se altera.

El Banco de Pagos Internacionales (BIS, Bank for International Settlements) prepara y publica mes a mes un índice del TCR para muchos países, México incluido. El dato más reciente corresponde a octubre de este año. Su trayectoria, a partir de enero 1992 se presenta en la Gráfica 2. Cuando desciende, implica una depreciación. (Gráfica 2).

La ilustración sugiere unos cuantos apuntes, a mi juicio, de algún interés: 1.- En octubre 2022, el TCR del peso se situó 13% por debajo de su nivel de enero 1992; esto es, ha ocurrido una depreciación real. Así pues, también en estos términos, el Peso es una moneda frágil. 2.- La apreciación actual del TCN, en la que se enfocan de los medios de comunicación, no reviste especial significación si se compara con la trayectoria histórica del TCR. 3.- De hecho, el TCR de hace un mes se ubicó más o menos al mismo nivel del calculado hace siete años.

Un par de "conclusiones"

1.- Para entender ciertos fenómenos monetarios conviene, al menos de vez en cuando, echar una ojeada al pasado. Las fluctuaciones de corto plazo del TCN desvían a menudo la atención sobre su tendencia.

2.- El TCN es importante. Sin embargo, para investigar, por ejemplo, la competitividad de una economía en el comercio internacional, el TCR es más relevante.

El autor es profesor de Economía de EGADE, Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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