El flujo de crédito es uno de los llamados "canales de transmisión" de la política monetaria a la economía. Por ejemplo, un alza de la tasa de interés objetivo del banco central, con la intención de controlar la inflación, encarece el uso del crédito y disminuye su cantidad demandada por parte tanto de las personas físicas como de las empresas. Además, aumenta el riesgo de impago percibido por los acreedores (los bancos, en particular). Se supone que todo ello induce un menor vigor del gasto en el consumo y en la inversión (la demanda), quitándole presión al alza de los precios.
En 2021 Banxico empezó a aumentar en forma muy significativa su tasa de interés objetivo, desde 4%, a un máximo de 11.25% en 2023. Su propósito fue combatir la inflación, en concordancia con su mandato. El año pasado decidió iniciar un aflojamiento de su postura, proceso que ha llevado la tasa a su nivel actual de 8%.
¿Qué ha sucedido a lo largo de ese tiempo con el crédito otorgado por la banca a los particulares?
Para facilitar y encuadrar una explicación al respecto, recurro en lo que sigue a tres gráficas, que cubren los diez años más recientes.
En las ilustraciones aludidas destaca la caída del crédito atribuible al choque provocado por la pandemia —salvo en el caso del crédito hipotecario—. También se nota su rápida recuperación, a pesar del ascenso mencionado de la tasa de interés de Banxico.
Los datos más recientes (Banxico) alcanzan hasta abril de este año y permiten algunas observaciones sumarias:
El crecimiento del crédito ha mostrado un vigor notable, a pesar del aumento de su costo para el usuario.
Lo anterior es aplicable tanto al crédito total como al canalizado al consumo y a las empresas.
En el caso del crédito a la vivienda, es notoria una desaceleración.
Vale aclarar que las cifras usadas en las gráficas se refieren a pesos corrientes, pero, aun corregidas por la inflación, el vigor mencionado persiste: por ejemplo, el crédito al consumo creció 14.8% a tasa anual en abril 2025, lo que resulta en un aumento en términos reales superior al 10%, considerando la inflación correspondiente.
La trayectoria del crédito delineada en los párrafos anteriores cuestiona la idea dominante de una postura monetaria restrictiva.
El jueves 26 Banxico decidió reducir su tasa de referencia en 50 puntos base, a pesar de reconocer el ascenso reciente de la inflación, y de aceptar la existencia de riesgos significativos. Me temo que el proceso de desinflación hacia la meta de 3% se alargará.
El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.
Artículo publicado originalmente en Reforma.