Un discurso extenso y agresivo

Artículo publicado originalmente en la sección Glosas Marginales del periódico Reforma


Una sesión dividida en la televisión el dilatado discurso de Donald Trump frente a la Sesión Conjunta (Joint Session) del Congreso. En realidad, la sesión no tuvo mucho de "conjunta".

Irónicamente, fue una reunión caracterizada por la separación de los asistentes en dos grandes grupos partidistas: uno formado por los que aplaudieron de pie (casi) cada frase del Presidente y el otro, integrado por los que permanecieron sentados, levantando la VOZ menudo con unas inocuas señales de protesta. De la enorme cantidad de temas que Trump tocó, me atrevo a comentar sólo dos, sabiendo que estoy metiéndome en un terreno minado.

La política de la economía 

Trump mencionó, desde luego, la extradición de los 29 capos mexicanos del tráfico de drogas, pero, por supuesto, la atribuyó a la presión ejercida por su gobierno. Y agrego lo más trascendente: los aranceles se establecieron a fin de cuentas porque ni México ni Canadá "han hecho (sic) lo suficiente" al respecto. La cita dice con claridad que los aranceles no son otra cosa que un instrumento económico utilizado para alcanzar un objetivo político. Por eso, el miércoles pasado, Estados Unidos decidió exentar del arancel del 25%, aunque sólo durante un mes, a los autos y las autopartes que cumplan con las reglas de contenido regional. La presión seguirá.

Trump, se dice, no entiende de economía. Puede ser, pero entiende muy bien de cómo negociar desde una posición de fuerza. La rápida claudicación del Presidente Zelenski es una muestra al punto.

Contra la ineficiencia 

El otro tema que me llamó la atención fue la larguísima lista de gastos del gobierno federal calificados como inútiles por el equipo de Elon Musk: el famoso y controvertido DOGE, Department of Government Efficiency. No sé si todas las erogaciones citadas y todas las cifras millonarias relacionadas son ciertas. Por ejemplo, a la letra: "14 millones de dólares para la cohesión social en Mali". Pero no me extrañarían si lo fueran: "eficiencia" y "gubernamental" son términos que no van juntos con frecuencia.

Musk no está tratando de "desmantelar el gobierno federal", sino de reducir el desperdicio y la corrupción.

Con menos alharaca, es lo mismo que está intentando hacer Keir Stramer, el Primer Ministro del Reino Unido líder del Partido Laborista -por cierto, de centroizquierda-.

La pregunta del 25%: ¿Quién lo pagará? 

La semana pasada (03/04/25), Reforma publicó un buen artículo tomado de The Wall Street Journal (WSJ), centrado en una cuestión clave "¿Cuánto más pagarán los consumidores?". "La pregunta -dijo el diario- es sorprendentemente difícil de responder".

Para ilustrar la dificultad, el WSJ se ocupó del caso de varios productos. ¿Y qué encontró, auxiliado por un análisis de Moody's? Halló lo que la teoría económica elemental ha enseñado desde siempre: que el resultado depende de muchos factores, pero que los principales son las respectivas capacidades de ajuste de los consumidores vs. los productores. Dos ejemplos extremos: si el consumidor no tiene opciones, pagará el impuesto sin remedio; por el contrario, si el que no tiene alternativas es el productor, el arancel incidirá sobre él. Y eso, sin mencionar las alteraciones influyentes que se generarán en otras variables, como el tipo de cambio.

De hecho, pocos problemas económicos pueden explicarse satisfactoriamente con referencia a un solo factor causal. La complejidad consecuente no tiene nada de sorprendente.

Anexo: La recesión que viene (?) los impuestos

Varios artículos recientes, firmados por analistas respetados, tuvieron como tema "una reforma fiscal". En realidad, su núcleo fue "una reforma impositiva", y su contenido específico, un "aumento de impuestos".

Dejando para otra ocasión la discusión de los argumentos al respecto, un alza de impuestos en las condiciones actuales de debilidad de la economía, y cuando quizás se avecina una recesión, sería una muy mala decisión económica. 


El autor es profesor de Economía de EGADE Business School.

Artículo publicado originalmente en Reforma.

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