Ante la imposición de un arancel de 25% a los bienes que México exporta a Estados Unidos, han comenzado a circular noticias que mencionan que los productos mexicanos que se venden en Estados Unidos subirán de precio. Pero, ¿qué tanto subirán de precio dichos productos para los consumidores estadounidenses? La pregunta se puede responder analizando tres escenarios.
- El consumidor en Estados Unidos pagará todo el costo del arancel (poco probable): Un primer escenario contempla que el productor mexicano siga exportando sus productos al precio que los exportaba antes de que existiera el arancel. El precio final del producto aumentaría en 25% para el consumidor estadounidense, quien pagaría el arancel de forma íntegra. En este escenario, el consumidor de Estados Unidos sería el más afectado. Así, los precios de los productos mexicanos vendidos en Estados Unidos subirían en 25%. Ante esta situación, una empresa establecida en Estados Unidos tendría incentivos a producir algunos de los productos elaborados en México. Esto le permitiría competir más fácil con los productos mexicanos que ahora son más caros debido al arancel. Este escenario es muy poco probable.
- El productor en México pagará todo el costo del arancel (poco probable): En un segundo escenario poco probable, el productor mexicano exportará sus productos a un precio 25% más barato a como los exportaba antes del arancel. En este caso hipotético, el arancel lo pagaría en su totalidad el productor mexicano, ya que vendería sus productos más baratos a Estados Unidos en la magnitud del arancel. Así, el consumidor estadounidense no percibiría la imposición del arancel, ya que terminaría pagando el mismo precio por el producto mexicano que pagaba antes. Este escenario, los precios de los bienes mexicanos en Estados Unidos no cambiarían y las empresas locales en Estados Unidos no tendrían incentivos para producir los productos que se importan desde México.
- El productor en México pagará una parte del arancel y el consumidor en Estados Unidos la otra parte (altamente probable): El tercer escenario con una alta probabilidad es que los precios de los productos mexicanos terminen aumentando para el consumidor en Estados Unidos en una proporción menor al tamaño del arancel (25%). Igualmente, es altamente probable que los productores mexicanos terminen vendiendo los productos que exportan a Estados Unidos a un precio menor a como los vendían antes, siempre en un porcentaje menor al 25%. En este caso, por un lado, el productor mexicano terminaría pagando parte del arancel al vender sus productos más baratos y, por otro lado, el consumidor en Estados Unidos asumiría la otra parte del arancel al pagar un precio mayor por los productos mexicanos. En suma, una parte del arancel sería cargada al productor mexicano y la otra parte al consumidor en Estados Unidos. Al permitir que aumenten en cierta proporción los precios en Estados Unidos, este escenario incentivaría la producción doméstica en Estados Unidos. Por ejemplo, podrían existir incentivos para que empresas manufactureras de Estados Unidos empezaran a producir ciertos bienes que antes se producían en México, ya que los importados de ese país serían más caros.
Más allá de estos escenarios, la realidad es que con el arancel se reducirá el comercio entre México y Estados Unidos y nuestro bienestar como región. Es decir, las economías de ambos países perderán con la imposición de los aranceles. Esto se debe a que los consumidores estadounidenses tendrán productos más caros y los exportadores mexicanos exportarán menos, y muy seguramente, tendrán que vender sus productos a un precio menor.
Hay que recordar que el objetivo de un arancel es fortalecer la producción interna del país que impone el arancel. En este caso, Estados Unidos impuso el arancel con el objetivo de incentivar a que más productos se produzcan en ese país, además de recaudar ingresos por parte del arancel, volviéndose menos dependientes de los productos que importan.
Este camino se ve difícil en muchos productos agrícolas que México exporta a Estados Unidos, ya que bienes como el mango, el aguacate, el café y un sinfín de otros productos agrícolas no pueden ser producidos en Estados Unidos con la misma eficiencia y calidad con la que se producen en México. Estados Unidos debe mejor especializarse en los sectores económicos en donde es altamente productivo y no convertirse en un país que produce de todo, solo para demostrar que no es dependiente de sus vecinos geográficos.
El autor es director del Departamento de Finanzas y Economía de Negocios de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Artículo publicado originalmente en Forbes México.